Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

miércoles, 24 de enero de 2007

¿Independencia del poder judicial?


El Consejo General del Poder Judicial es controlado por la llamada "mayoría conservadora", pues su composición refleja la mayoría absoluta del PP en la legislatura anterior. Desde el pasado noviembre el CGPJ debería haber sido renovado, pero no parece posible acordar cómo pues la mayoría conservadora no acepta las propuestas que se le presentan. Goza de la ventaja de que, si no se renueva el Consejo, sus componentes actuales siguen en sus puestos. Parece pertinente señalar este "detalle" que sirve para entender decisiones de gran relieve político y social.

De modo ideal una democracia moderna tiene tres pies, tres poderes independientes que son contrapeso el uno del otro y que tienen sus propias esferas de actuación: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Se espera del legislativo que opere con criterios políticos y de representación de la sociedad, del ejecutivo que actúe con criterios de gestión correcta dentro de sus propios planteamientos políticos y del judicial con criterios, claro, jurídicos, pero no políticos o no partidistas.

Lo que parece suceder en España es que el poder judicial está muy mediatizado por el legislativo o, más concretamente, por los partidos políticos, todopoderosos. Aunque ello desde luego será así en la medida en que los jueces, profesionales, se presten a ello.

El Consejo General del Poder Judicial, hoy controlado, seamos claros, por el PP, que de modo desleal prolonga así en el tiempo los beneficios en este ámbito de su victoria de 2000, está dando muestras claras y repetidas de que actúa como ariete contra las decisiones del legislativo y del ejecutivo, porque su fidelidad no parece estar con la justicia sino con el partido político responsable del nombramiento de la mayoría de los miembros del Consejo.

Uno de estos episodios es el nombramiento del juez Javier Gómez Bermúdez como presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, anulado por dos veces por el Tribunal Supremo, en mayo y en noviembre de 2006. Independientemente de lo que uno pueda pensar, parece que es objetivo que el currículo de Baltasar Garzón, otro de los aspirantes, es mucho más largo, pero mucho más, que el de Gómez Bermúdez. Pero la mayoría conservadora del CGPJ se impone siempre en las votaciones,"casualmente" en consonancia con oscuros (no tanto) intereses del PP.

Por dos veces se ha anulado su nombramiento. Por tercera vez ha vuelto a ser nombrado. Y por tercera vez se recurre la decisión. En esta ocasión, por el juez De Prada, otro aspirante.

La Sala de lo Penal, ahora, es muy importante en lo político, pues en esa Sala se celebrará el juicio del 11-M a partir del 15 de febrero.

Sea como sea, lo relevante del caso es que el juez conservador Gómez Bermúdez, que concedió una entrevista muy polémica al diario El Mundo en octubre pasado, en la que parecía alinearse con las teorías conspirativas enloquecidas auspiciadas por ese medio, al que piropea, ha tomado ya la primera decisión importante como presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional: ha citado para el juicio del 11-M, como testigos, a tres miembros de ETA. Henri Parot porque su nombre estaba en poder de un islamista QUE NO ESTÁ ACUSADO DE HABER PARTICIPADO EN EL ATENTADO DEL 11-M. Y otros dos detenidos con una furgoneta cargada de explosivos en Cuenca a finales de 2003 y cuya relación con el caso no se ha visto por ningún lado en el sumario del juez Del Olmo.

Es decir, Gómez Bermúdez SIRVE a la causa del PP y la derecha social y mediática poniéndoles en bandeja las imágenes de los etarras participando en el juicio del 11-M. No son acusados, son testigos, pero ya veréis el jugo que se le va a sacar a todo esto.

La otra decisión polémica también parece encargada por Pedro J., Jiménez Losantos o Zaplana. Hay que volver a analizar los explosivos de los trenes, que "alomojó" estaban compuestos de botillos del Bierzo comprados en León por ZP...

Tiene su utilidad política controlar los poderes. Si no puedes ganarlos democráticamente, puedes abusar del sistema y controlarlos. Tienes a los jueces. "La justicia no es ciega sino tuerta y mira por el ojo derecho", como decía ayer Iñaki Gabilondo en su informativo.

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