Los extremos no se tocan
Quiero que alguien me diga si oyó alguna vez al Partido Socialista acusando al gobierno de Aznar de rendirse ante ETA cuando estaba hablando con ellos. Nadie puede haberlo oido, porque no se hizo. No me valen las equidistancias. Lo que ha hecho el PP en estos últimos casi tres años es totalmente inaudito en la democracia española. No hay parangón, ni de lejos. Y las acusaciones de mentir, si hay mentiras de por medio, son inevitables. No si no las hay.
El arco político no está ocupado de igual modo. El extremo izquierdo lo ocupan IU, los Verdes, ERC, etc. El PSOE es de centro izquierda y la extrema izquierda es territorio vedado para ellos. El PP no tiene nada a su derecha y se estira hacia ahí para lograr rebañar esos votos. Pero es como una manta que te queda corta. Si te tapas bien los pies, te queda el pecho fuera y si te tapas hasta la barbilla se te quedan helados los pies. El PP no puede ocupar desde el centro hasta la extrema derecha y tener un discurso coherente. De ahí las tensiones entre Jiménez Losantos y Gallardón, o incluso Maricomplejines. La diferencia principal entre derechista moderado y extremista es precisamente el modo de defender una posición, no la posición defendida. La capacidad de alcanzar compromisos. Los teóricos del asunto (Bobbio por ejemplo) sostienen, creo que con buen criterio, que centro izquierda y centro derecha comparten un valor, el del respeto a la opción contraria y a la democracia, que no tienen en el mismo grado ambos extremos, que tienen tendencias al totalitarismo, a defender sus posiciones sin parar en mientes para con nada (de hay las dictaduras de uno u otro signo, desde Castro a Pinochet, Stalin a Hitler o Franco). Actitudes que usan el insulto, la calumnia, la injuria o la mentira no son moderadas, son extremistas. Rajoy quiere, dice, lo mismo para España que dice querer Tejero. Los métodos es lo que en teoría les diferencia. Como a Jiménez Losantos de Piqué. O a Llamazares de Bono.
Pero los guiños de Rajoy a los duros de sus filas ya son insoportables. Hasta el punto de que, personalmente, me parece muy cuestionable eso de que Rajoy es un moderado. En fin, que no me lo trago.
Pero los guiños de Rajoy a los duros de sus filas ya son insoportables. Hasta el punto de que, personalmente, me parece muy cuestionable eso de que Rajoy es un moderado. En fin, que no me lo trago.
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