Rubalcaba sin glosas, sin intermediarios
Comparecencia del Ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, acerca de la concesión del 2º grado a Iñaki De Juana Chaos
Muchas gracias Sr. Presidenta:
Como su señoría acaba de mencionar comparezco ante esta Comisión a petición propia, también a solicitud del PP, para informar sobre política penitenciaria en relación con los presos de ETA y, en particular, de la situación del preso De Juana Chaos.
Me gustaría empezar esta comparecencia explicando por qué considero imprescindible hablar de la política penitenciaria que el Estado, a través de los distintos gobiernos democráticos, ha mantenido en relación con el colectivo de presos de ETA. Permítanme, señorías, que empiece con una afirmación. “Los miembros de ETA, en el supuesto de que en un momento determinado decidieran una actuación, que ojalá no se produzca, lo tienen más complicado en el sentido de que no pueden justificar que aquí se ha producido una cerrazón y una intransigencia por parte de Interior”.
Antes de que alguien se lance en tromba les aclararé que la frase no es mía. La pronunció en el año 1996 el entonces Ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, para justificar el acercamiento de 32 presos que llevó a cabo en junio de dicho año. Volveré sobre esta actuación más adelante. Si traigo a colación en este momento de mi intervención esta frase, les recuerdo que ese acercamiento se realizó estando secuestrado el señor Ortega Lara, si traigo a colación esta frase es para dejar establecido que la política penitenciaria en relación con los presos de ETA ha sido siempre para los Gobiernos democráticos un poderoso instrumento para luchar contra el terrorismo, para poner fin a la violencia. Siempre. Un instrumento que los distintos gobiernos hemos aplicado en el marco de nuestras leyes penitenciarias, utilizando las posibilidades que la ley nos ofrece con firmeza y también con inteligencia. Las decisiones que los sucesivos gobiernos hemos tomado en relación a los presos de ETA lo han sido siempre en el marco de nuestras leyes; siempre guiados por nuestra voluntad, la de todos los Gobiernos, de ver el fin del terrorismo. Como trataré de exponer a continuación, la política penitenciaria no ha sido siempre la misma. Se ha adaptado a las distintas fases por las que ha discurrido la lucha contra el terrorismo, ha considerado las circunstancias individuales que pudieran concurrir en cada caso concreto. Insisto en esto: las circunstancias individuales. Empezando por la más esencial: la vida de los penados. De cualquier penado. Sobre esto volveré también más adelante. En todos los casos, en todos, manteniendo los mismos principios: la ley aplicada con firmeza y con inteligencia. Por eso, porque ha sido así siempre- creo que la frase de Jaime Mayor Oreja es taxativa al respecto- me llamó profundamente la atención la afirmación de Mariano Rajoy del viernes pasado cuando dijo que el nunca tomó decisiones políticas, que, simplemente, eran decisiones penitenciarias. Eso sencillamente no es cierto.
Se lo diré de otra forma. Si es mentira, malo y si es verdad, que no lo creo, peor. Porque sus decisiones de política penitenciaria, que alguna tomaría, la simple decisión de mantener la que él encontró cuando llegó al Ministerio del Interior, es al tiempo una decisión penitenciaria, naturalmente, y de política antiterrorista. ¿O es que la decisión de acercar o alejar presos a las cárceles del País Vasco es una mera decisión administrativa? Claro que se han dicho tantas mentiras estos días pasados. De esta relación entre una y otra política da buena cuenta, además del sentido común, el hecho de que todos los grandes pactos, todos, de política antiterrorista han incluido de una u otra forma alusiones explícitas a la política penitenciaria. Todos. También el Pacto por las libertades y contra el terrorismo.
Aquí puedes leer el resto...
Como su señoría acaba de mencionar comparezco ante esta Comisión a petición propia, también a solicitud del PP, para informar sobre política penitenciaria en relación con los presos de ETA y, en particular, de la situación del preso De Juana Chaos.
Me gustaría empezar esta comparecencia explicando por qué considero imprescindible hablar de la política penitenciaria que el Estado, a través de los distintos gobiernos democráticos, ha mantenido en relación con el colectivo de presos de ETA. Permítanme, señorías, que empiece con una afirmación. “Los miembros de ETA, en el supuesto de que en un momento determinado decidieran una actuación, que ojalá no se produzca, lo tienen más complicado en el sentido de que no pueden justificar que aquí se ha producido una cerrazón y una intransigencia por parte de Interior”.
Antes de que alguien se lance en tromba les aclararé que la frase no es mía. La pronunció en el año 1996 el entonces Ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, para justificar el acercamiento de 32 presos que llevó a cabo en junio de dicho año. Volveré sobre esta actuación más adelante. Si traigo a colación en este momento de mi intervención esta frase, les recuerdo que ese acercamiento se realizó estando secuestrado el señor Ortega Lara, si traigo a colación esta frase es para dejar establecido que la política penitenciaria en relación con los presos de ETA ha sido siempre para los Gobiernos democráticos un poderoso instrumento para luchar contra el terrorismo, para poner fin a la violencia. Siempre. Un instrumento que los distintos gobiernos hemos aplicado en el marco de nuestras leyes penitenciarias, utilizando las posibilidades que la ley nos ofrece con firmeza y también con inteligencia. Las decisiones que los sucesivos gobiernos hemos tomado en relación a los presos de ETA lo han sido siempre en el marco de nuestras leyes; siempre guiados por nuestra voluntad, la de todos los Gobiernos, de ver el fin del terrorismo. Como trataré de exponer a continuación, la política penitenciaria no ha sido siempre la misma. Se ha adaptado a las distintas fases por las que ha discurrido la lucha contra el terrorismo, ha considerado las circunstancias individuales que pudieran concurrir en cada caso concreto. Insisto en esto: las circunstancias individuales. Empezando por la más esencial: la vida de los penados. De cualquier penado. Sobre esto volveré también más adelante. En todos los casos, en todos, manteniendo los mismos principios: la ley aplicada con firmeza y con inteligencia. Por eso, porque ha sido así siempre- creo que la frase de Jaime Mayor Oreja es taxativa al respecto- me llamó profundamente la atención la afirmación de Mariano Rajoy del viernes pasado cuando dijo que el nunca tomó decisiones políticas, que, simplemente, eran decisiones penitenciarias. Eso sencillamente no es cierto.
Se lo diré de otra forma. Si es mentira, malo y si es verdad, que no lo creo, peor. Porque sus decisiones de política penitenciaria, que alguna tomaría, la simple decisión de mantener la que él encontró cuando llegó al Ministerio del Interior, es al tiempo una decisión penitenciaria, naturalmente, y de política antiterrorista. ¿O es que la decisión de acercar o alejar presos a las cárceles del País Vasco es una mera decisión administrativa? Claro que se han dicho tantas mentiras estos días pasados. De esta relación entre una y otra política da buena cuenta, además del sentido común, el hecho de que todos los grandes pactos, todos, de política antiterrorista han incluido de una u otra forma alusiones explícitas a la política penitenciaria. Todos. También el Pacto por las libertades y contra el terrorismo.
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5 comentarios:
en: El blog de Kevin Vázquez: MEAR FUERA DEL TIESTO.
"Urgente solidaridad
Acabamos de recibir, en nuestra redacción provisional de Medina del Campo, el siguiente mensaje de
solidaridad que reproducimos:
Secuestrados Rajoy, Acebes, Zaplana y Jiménez Losantos. Los secuestradores piden 100 millones de
euros o los quemarán vivos en 48 horas. Sé solidario y colabora en la colecta. Ya llevamos recogidos
25345 litros de gasolina y 7321 cerillas. Apadrina un litro.
Nuestra redacción, siempre sensible a la llamada de cualquier víctima, tanto más cuando se trata de
patriotas españoles tan preclaros como los citados, se dispone a responder a tan generoso llamamiento y
aportará varios mecheros con la bandera española y la sigla "P.P." y 500 ejemplares atrasados del diario
LA RAZÓN, para calentar motores.
Lo más curioso de todo es que Alberto Ruiz Gallardón ha dicho que se trata de una astuta maniobra para
hacerle de menos y que el mensaje de los secuestradores lo ha escrito Aznar, debido a las abundantes
faltas de ortografía que contiene. De todas formas, reconoce que él aportará una vela encendida a dios y
otra al diablo, por si acaso, para que se tuesten por igual por los dos lados.
P. D. Keviniana
Mi sobrina me pregunta cómo es que tardan 48 horas en quemarlos. Le digo que porque están muy verdes
y hay que sacarles primero los humos.
¿Y eso no contaminará?"
Salud.
Entiendo que tu comentario parte del hastío hacia la hipocresía política y el en ocasiones 'terrorismo' de opinión de los tres personajes. Comparto tu hastío. Pero, chico, no me parece gracioso lo de hablar de quemarlos vivos con gasolina. Sé que es humor, pero no lo comparto. Son temas en los que, en estos momentos, no debemos caer. Es mi opinión.
Pues yo lo encuentro de lo más gracioso, tratándose de semejantes personajes ¡ojo! que he dicho personajes, no hijos de p ... ni c ..., ni mal n..., ni gent.za, ni malhecho.es, ni ... cualquier otra cosa que gente mal pensada imaginar quiera ¡que quede claro!
Abrazos, muchos abrazos. PAQUITA
Hombre pues, el chistecito ya lo contaba mi abuelo, franquista, al propio Franco, luego se contó referido a Gonzalez, y a Bush, y a Zapatero, y a Saddam, .... si estan fácil cambiar los protagonistas!. Vamos que de original más bien poco o nada. A mi personalmente me deja frío, y lo que me produce gracia es que alguien, todavía pueda colgarlo en un blog como si estuviese siendo el primor de los ingenios.
Saludos, Nacho
¡Aquí la ingenua! pues y yo que no lo conocía ¡qué! diosanto, qué de cosas por aprender!
No sé si tendré tiempo bastante. MÁS BESOS. Paquita
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