Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

martes, 6 de marzo de 2007

Uno sensato

¡Ru-GAL-caba, traidor, mentiroso! ¡Z-ETA-P, cobarde, vendido! Ah!, no, calla, que esto lo dijo uno sensato...

Esto lo dijo en 1996 el que era entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, a propósito de la decisión del Gobierno de Aznar a acercar a 43 presos de ETA (13 de ellos con delitos de sangre) a cárceles vascas o próximas al País Vasco. La medida se había tomado para quitarle a ETA argumentos con los que pudiera justificar el asesinato de Ortega Lara.

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