Mi lugar en el mundo

Mi amiga Blanca me plantea un nuevo meme de los que circulan por la blogosfera. Mi primera reacción, viniendo de ella y saliendo de mí, un muy helénico Animal Político, ha sido pensar en Utopía, que como Blanca, yo también creo que existe...

Utopía, con este nombre, es un término inventado por el filósofo inglés Tomás Moro a principios del siglo XVI, un lugar nuevo y puro donde existiría una sociedad perfecta. La etimología del topónimo es griega: ou (no) + topos (lugar). Utopía es 'el no-lugar', 'el lugar que no existe'. Toda una paradoja del filósofo, que escribe en la senda de la República de Platón (Politeia en griego).

La Utopía de Moro describe una sociedad organizada racionalmente, una república que establece la propiedad común de los bienes, sin pleitos y sin guerras. Desde Moro se ha empleado el término Utopía para describir tanto obras de ficción que presentan las ideas de un autor respecto a la manera en que una sociedad se debe organizar mejor, como comunidades fundadas para poner en práctica tales teorías. La utopía puede ser idealista o práctica, pero el concepto ha adquirido una fuerte connotación de perfección optimista, idealista e imposible. Las utopías socialistas y comunistas se centraron en la distribución equitativa de los bienes.

Pero quedarme en Utopía seguramente sería hacer trampa al espíritu del meme. Así que me he puesto a estrujar el cerebrito y a pensar, a pensar, a elegir un lugar. Como ya he practicado mucho chovinismo localista leonesista y salmantino, me restrinjo a otros lugares, otros momentos, otras experiencias. Mi meme se beneficia de lo que me han inspirado entradas muy hermosas, como la de Scout o las de Maripuchi. Como soy Géminis y suelo ver siempre dos o más lados de un asunto, suele costarme decidir, de modo que más que un lugar os daré un repertorio, más en la línea de los momentos maripuchianos que otra cosa. Son lugares que recuerdo por la emoción que me provocaron:

1. La mesa de Tara, en Irlanda, es un lugar inolvidable. Es una pequeña altura, con la cima muy plana y desde la que se observan muchos kilómetros de llanura verde en todas las direcciones. Los irlandeses de época antigua y medieval creían que Tara era el centro geográfico exacto de Irlanda y del mundo. La visité una mañana de abril de 1990, con un grupo de amigos, después de haber estado durante semanas leyendo literatura irlandesa medieval. Casi se me saltan las lágrimas (y esto en mi caso es difícil, pues como explica mi oftalmóloga, tengo el ojo seco).
2. El foro romano. He estado dos veces allí. Una en 1989, una tarde de mayo. Pasé dos horas mirándolo todo, memorizándolo todo, respirándolo todo. La segunda vez fue en enero de 2004, y pude verlo bajo la nieve. ¡Qué experiencia! Es un lugar que me acerca a la historia como ninguno.
3. Edimburgo durante el festival del mes de agosto. También he estado dos veces: en 1991 y en 1996.
4. Unas praderitas junto al río Charles, en Boston, a cuatro pasos de Beacon Hill donde ponían en verano películas al aire libre, o celebraban conciertos, etc., y las familias acudían con todo, sillas, artilugios de picnic varios, churumbeles, etc. Al menos lo hacían en 1991, 92 y 93. ¿Siguen haciéndolo, Candela?
5. La playa de Santa Monica, en las afueras de Los Angeles. Particularmente el restaurante mexicano que hay en el muelle, donde degusté todo lo que se puede degustar... y un grupo de mariachis nos cantó canciones que no oía desde mi infancia, mientras el sol se ponía sobre el Océano. 2001.
6. Los templos griegos junto a las playas de Agrigento, en Sicilia, a cuatro kilómetros de la ciudad actual. El emplazamiento de la ciudad antigua, junto al mar, fue abandonado con el acoso normando en la Edad Media. De este modo la fila de templos ha quedado bastante bien conservada y se ven en la distancia, como si fueran un decorado, desde la altura fortificada donde se instaló la ciudad medieval. Aún recuerdo aquella mañana calurosa de mayo del 90 en que no se me llenaban los ojos de chumberas, rocas volcánicas, templos griegos dorados al sol de la mañana, el azul inmenso del Mediterráneo, y el olor a fritos del chiringo siciliano, y la discusión de los tenderos... ("¿cómo se dice en italiano...que mañana me despierten un ratito antes para disfrutar del amanecer...?").

Habría más, pero ya irán saliendo... ¿Naide, Rue Madeleine, Paquita, Candela, os animáis?