Maternidad
Al bueno de Joaquín no le gusta nada. Menea la cabeza de izquierda a derecha mientras, pacientemente, Ana, su amada esposa, se lo explica otra vez. La hija, tan joven, está embarazada. No es una tragedia, no habrá escándalo público, pues su niña está felizmente casada. El problema es más íntimo. La joven pareja no ha consumado el matrimonio. ¿Cómo puede haber sucedido?
El yerno es un pedazo de pan. Un hombre serio, sensato, callado y trabajador, con una capacidad de comprensión fuera de lo común. Hasta el punto de que parece haber aceptado la extraña explicación de la futura madre. Ella insiste en que no ha estado con ningún varón y en que es virgen. De modo que achaca su estado a un milagro divino.
El buen marido parece aceptarlo. La futura abuela, Ana, tan piadosa, también. Pero Joaquín es un hombre pragmático, cercano a la tierra, hecho de otra pasta. Y hay algo que le escama. Aparte de todo, recuerda, el cheque-bebé debería reservarse, según los obispos, a los hijos "de padre y madre conocidos".
Y los 3.500 euros vendrían muy bien a la economía familiar, maltrecha. Pero su hija anda contando que está encinta siendo virgen, y ello produce gran escepticismo a su alrededor; aunque a su marido, el carpintero José, esto no parece inquietarle. En fin, que acepta su papel de padre putativo. Dios quiera que no haya ningún problema y que su adorada María no sea señalada con el dedo. Es la bondad en persona y no merecería ninguna discriminación.
15 comentarios:
Cuando la crítica va revestida de elegancia y delicadeza, se convierte en un arma demoledora.
Mis respetos, caballero.
Si uno lo piensa desde ese punto de vista... la Sangrada Familia era una familia disfuncional en más de un sentido.
¿Y si la mujer embarazada se queda viuda?
La iglesia no tiene armas ya, Animal... y tiran sin tino.
Cuando uno se quiere oponer sin argumentos de peso, ocurre lo que estamos viviendo desde hace años y si además los argumentos sin substancia vienen de la jerarquía eclesial, se les puede relatar, como tu has hecho magníficamente, la historia del cristianismo que ellos, al parecer, han olvidado.
Magnífica parábola, animal.
Gracias, amigos, es una imagen que se me vino a la mente cuando oí esas palabras de Camino. No lo pude evitar.
Un saludo
Le ha quedado un comentario divino.
Enhorabuena.
Amigo; la alusión a tu entrada en el blog de nuestro apreciado Garib ha venido a cuento de cómo se puede ser hacer un crítica demoledora sin necesidad de ser zafio. En el fondo ha sido, si lo piensas, una amarga alabanza.
Quería poner un ejemplo y ciertamente tu "Maternidad" podía servir. No deberías sentirte ofendido. Con esto no pretendía contestarte. Créeme. Yo también puedo ser duro; no sé si a la vez de forma tan pacífica como tú. Opté por callar.
Os leo siempre. Pero me concederás la libertad de evitar comentar. Estás en tu casa y yo eso lo respeto.
Sí, amigo, sí. Contra los puños de acero estamos prevenidos. Pero el golpe que viene recubierto de seda pilla al cuerpo desprevenido y es difícil de encajar. KO técnico.
Dardo, yo alabo tu estilo. Siempre lo he hecho. Sé que tenemos importantes diferencias de opinión, pero creo que ambos sabemos expresarlas de modo correcto.
Por supuesto que respeto que comentes o no comentes de acuerdo con tu criterio. Eres dueño de tus silencios y esclavo de tus palabras, como todos.
Tus observaciones siempre me hacen pensar, que conste.
No es premeditado lo del golpe recubierto de seda. Trato de exponer una opinión y trato de hacerlo de modo que el interlocutor perciba mi punto de vista de modo claro y, a ser posible, que lo comparta. Pero no me gusta, rehuyo el insulto o la descalificación grosera, la columnia o la mentira, la falsedad.
Como humano que soy a veces se escapa algún improperio impropio. Pero lo evito siempre que puedo.
En este caso, lo que me parece muy duro a mí son las palabras de Martínez Camino y la falta de caridad cristiana que destilan. Pero es mi valoración. La quise compartir de un modo irrefutable. No sé si habrá alcanzado el objetivo.
Un abrazo
Yo creo que el argumento es tan acertado que sería interesantísimo que llegase a quienes corresponde.
Enhorabuena.
(He enlazado esta entrada en mi blog, espero que no te moleste. Me admira profundamente la brillantez en la mente de las personas)
Muchas gracias por tus palabras y por el enlace.
Un saludo
ACTUALIZACIÓN:
“La Iglesia desea que se ayude
a todos los niños, independientemente
de las condiciones
en que hayan sido traídos
al mundo”. Así se desmarcaba
ayer la Conferencia Episcopal
de las declaraciones que un
día anterior había realizado
su portavoz, Martínez
Camino, sobre las ayudas a la
maternidad. Eso sí, defendieron
la natalidad en el seno del
matrimonio. PÚBLICO, 30 DE SEPTIEMBRE.
Bueno, anda, eso ya me parece otra cosa.
Me alegro de que realmente no estén de acuerdo con esta insensatez.
Lo de que defiendan la natalidad en el seno del matrimonio ya es, simplemente, una cuestión de coherencia.
Exactamente, tú lo has dicho.
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