Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

sábado, 15 de noviembre de 2008

All men are created equal

Esta afirmación de la Constitución americana, junto con el motto de la Revolución Francesa (Liberté, Egalité, Fraternité), mencionan el valor más intrínsecamente unido a la ideología de la izquierda política: la igualdad. Ni siquiera el concepto de libertad, siendo como es éste también fundamental para nosotros, tiene la misma relevancia para la izquierda. Hay sociedades en las que no hay libertad política en el sentido contemporáneo pero que aún así catalogamos como de izquierdas porque hay una lucha en marcha en pos de la igualdad. Pensemos en la Rusia bolchevique, en la Cuba de Castro, en la China de Mao.

15 millones de africanos fueron desplazados, contra su voluntad, a lo largo de los más de cuatrocientos años de tráfico de esclavos entre su tierra y las Américas a cargo de las potencias europeas. Adicionalmente, se calcula que una cifra de entre 30 y 45 millones perecieron antes de llegar (en tierras aún africanas, en los barcos, en las prisiones).

La abolición de la esclavitud a lo largo del siglo XIX en los distintos países (en España en 1834) no significó el fin de las tribulaciones. Antes de 1930 ya habían sido linchados, en EEUU sólo, cerca de 4000 personas por las razones más peregrinas. Ocasionalmente hay fotos de ello, con muchedumbres como testigos. Tenemos una aquí. Además de los linchamientos hubo durante décadas y décadas todo tipo de abusos, robos, violaciones, etc., que quedaban impunes ante las autoridades policiales, judiciales y políticas blancas.

En los años sesenta se produce el movimiento por los derechos civiles. Figuras emblemáticas como Martin Luther King o Malcolm X harían avanzar la lucha contra la segregación racial y el avance de derechos sociales y políticos para la población negra. Ambos acabarían siendo asesinados. Miles de personas, más o menos anónimas, han seguido poniendo su granito de arena en esta empresa colectiva a lo largo de los años. Subir la montaña de la desigualdad. El temible Everest de la maldad humana. Pero aún hoy hay más jóvenes negros en la cárcel que en las universidades estadounidenses. La esperanza media de vida de los varones en las grandes ciudades americanas es inferior a la de Bangladesh. El continente africano, esquilmado por las potencias coloniales europeas, y dejado a su suerte en manos de élites corruptas, es el continente más pobre de la tierra. Hambre, guerras, desesperación que llevan a la emigración, incluso si es a la desesperada. Darfur. Cayucos. Sida. Hutus y tutsis. Hambre. Miseria.

All men are created equal, promete la constitución americana. Es uno de los derechos humanos fundamentales. Pero es una promesa incumplida.

Un hijo de África está hoy en la Casa Blanca. Un hijo de un país explotado por los ingleses alcanza el poder político en otra tierra que fue en su día colonia inglesa, una sociedad que explotó y comerció con sus semejantes durante siglos. Un hombre que ha alcanzado ese lugar por sus propios méritos y contra todas las corrientes de la desigualdad. Barack Obama es el sueño de generaciones y generaciones hecho realidad. Barack Obama encarna el valor sagrado de la izquierda: la igualdad.

Obama no es descendiente de esclavos americanos. Simplemente es el hijo de un keniata, una tierra aún hoy miserable como resultado de la política de las potencias occidentales, una tierra de la que la gente huye incluso arriesgando gravemente su vida. Obama tuvo que luchar contra los prejuicios tanto de la población negra “normal” de los Estados Unidos (los descendientes de los esclavos), como de la población blanca, siempre proclive a complicar la vida a un hombre negro. Obama no nació en una familia acomodada, como ciertos bulos quieren hacer creer. Su familia es modesta y Barack llegó a Harvard por su brillantez y con becas. Sus abuelos, de Kansas, y su madre, tuvieron que hacer frente a su educación en Hawaii, donde vivían, sin el apoyo de la figura paterna, que volvió a África. El hijo sólo pudo verlo una vez más, cuando tenía 10 años. El abuelo era dependiente de una tienda de muebles. La abuela, primero ama de casa, terminó trabajando en una entidad bancaria, algo que, me temo, no la hace banquera. Pero, ¿por qué habrá quien cree que se puede aminorar su figura señalando un hipotético origen acomodado? ¿si eres negro tienes que ser pobre para ser creíble?

Obama no es un defensor de la pena de muerte, como interesadamente se ha hecho correr por ahí. Obama es un limitador de la pena de muerte. Como mínimo digamos que la diferencia es notable. Obama ha luchado en su corta experiencia política a favor de limitar drásticamente los supuestos de aplicación de la pena de muerte.

Obama no aboga en su programa por la abolición completa de la pena de muerte. No comparto su programa en este punto. Tampoco doy por buena la pena de muerte de los regímenes de Castro o de Mao, o de la Rusia bolchevique. Tampoco doy por buena la pena de muerte vigente en la segunda república española. Antes y durante la guerra civil. Eso sí, amigos, si Obama no es de izquierdas por la posición que mantiene en torno a la pena de muerte (que está en consonancia con la de su partido y en sintonía con el 75% de la población americana), Castro, Mao, Stalin, Largo Caballero, Negrín y Carrillo en su día tampoco podemos considerarlos de izquierdas.

La empresa de Obama es titánica y no sé cómo saldrá de esto. Pero las lágrimas de Jesse Jackson son también las lágrimas de millones de hombres negros. Desde el rapero al pastor de Kenia o el conductor de autobús de Nueva York o el catedrático de universidad especializado en literatura afroamericana nacido en una ciudad segregada de Oklahoma hace setenta años y Decano de una Facultad de Arkansas a quien se le quebraba la voz ayer cuando, sentados en torno a mesa redonda y mantel, nos comparaba a Obama con Martin Luther King.

All men are created equal. Es la única lucha que importa.

5 comentarios:

Gracchus Babeuf dijo...

Southern trees bear strange fruit,
blood on the leaves and blood at the root,
black bodies swinging in the southern breeze,
strange fruit hanging from the poplar trees.

Los árboles del sur dan extraños frutos,
sangre en las hojas y sangre en las raíces,
cuerpos negros balanceándose en la brisa sureña,
extraños frutos colgando de los álamos.

Yo sí creo en el futuro.

animalpolítico dijo...

Billie Holiday. Es un poema impresionante:

Pastoral scene of the gallant south,
The bulging eyes and the twisted mouth,
Scent of magnolias, sweet and fresh,
Then the sudden smell of burning flesh.

Here is fruit for the crows to pluck,
For the rain to gather, for the wind to suck,
For the sun to rot, for the trees to drop,
Here is a strange and bitter crop.

ybris dijo...

Todos fueron creados iguales.
Lo malo es que ese "todos" no incluía a ciertos grupos. Hoy sí los incluye pero bien matizado todo de libertad.
Una libertad intocable para unos y muy tocable para otros. Quizás porque unos pocos poderosos han blindado su libertad con el escudo humano de los muchos otros (que son siempre las primeras bajas en todas la crisis).
Seguiremos insistiendo en sacar las correctas consecuencias del hecho de que todos fuimos creados iguales.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Creo que la desilusión va a ser muchisimo mayor que la alegría que nos produjo que un negro llegase a la casa blanca.
El Canuit

Maripuchi dijo...

La foto es tremenda. Hace pupa... Y estoy de acuerdo contigo, claro.