Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

lunes, 23 de febrero de 2009

Slumdog millionaires



Las razones por las que esto me recuerda el caso Gürtel deben estar ocultas en las circunvoluciones de mi córtex neuronal. O dicho de otro modo, por ahí perdidas por el colodrillo. Pero más acuciante en mis mientes es el oscuro caso según el cual los líderes políticos del otrora partido de la sacrosanta limpieza, prefieren matar al mensajero y al estado de derecho, antes que amputar los miembros gangrenados de su organismo y confesar que son mortales.

Y eso que en realidad yo prefiero representantes políticos poliédricos, limitados, mortales y pecadores. Si quisiera santos varones y féminas incorruptos e incorruptibles, ideales ángeles de la perfección, no los buscaría bajo sigla alguna. Si quisiera un santoral, no lo buscaría en las papeletas amontonadas junto a urnas de cristal...

Tiene bemoles que una agrupación política que en sí misma es un conjunto de ciudadanos privados, por mucho que muchos de entre ellos ocupen puestos de responsabilidad pública, pretenda marcar el ritmo a un juez de la Audiencia Nacional. No sé si Baltasar Garzón debe o no debe inhibirse. No sé cuándo debe hacerlo. No sé si puede hacerlo estando de baja.

1 comentario:

Maripuchi dijo...

Lo que sí que tiene bemoles es que el mismo que NO DIMITIÓ con la escandalosa gestión del accidente del yak-42 siga raca raca raca tras la dimisión de Bermejo. El famoso doble rasero, la paja en el ojo y tal y tal...
Remuá