Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

domingo, 21 de enero de 2007

Intolerancia


Quiero reproducir sin más la carta que sigue de Esther Liras García (Cornellà, Barcelona), publicada en El País ayer mismo. Pensaba comentarla, pero el mejor comentario es la respetuosa admiración por Esther y expresar nuestra con-dolencia por el crimen antiguo y por el contemporáneo. Mi abuela paterna, maestra, sufrió sanciones por parte de los franquistas (tuvo suerte: el pueblo donde trabajaba intercedió por ella). Mi abuelo materno estuvo en una prisión republicana porque iba a misa. También tuvo suerte al final. No todos los abuelos tuvieron suerte, como vemos en el caso de Esther Liras:
"El 25 de agosto del pasado año se celebraba el 70º aniversario del paseo y fusilamiento de 20 convecinos del pueblo de Nava de Roa, en la provincia de Burgos. Los amigos y familiares de los paseados nos unimos para celebrar un sencillo (y merecidísimo) acto de homenaje. En la plaza del pueblo, junto al Ayuntamiento de donde aquellos vecinos salieron para no volver jamás, los familiares leímos unas palabras en memoria de los fusilados y sus familias, recordando aquellos viles asesinatos -aún hoy impunes- y la terrible situación en que quedaron sus familias, agravada por la cruel posguerra. Tuvimos el honor y el orgullo de que nos acompañara la vicepresidenta primera del Congreso de los Diputados, la señora Carme Chacón, biznieta de uno de los fusilados, Gonzalo Liras Cerezo. Todos juntos nos dirigimos luego a una de las dos fosas comunes donde -se supone- reposan sus cuerpos, depositando unas flores y descubriendo una placa, honor que corrió a cargo de la señora Chacón, quien puso fin al acto con unas emotivas palabras. En la placa ponía: "Homenaje a los paseados del 36. Agosto del 2006. Os rendimos honores por haber perdido la vida a manos del fascismo. No os olvidamos. D. E. P.". Y digo "ponía" porque la intolerancia ya llevó a que, en el pasado mes de diciembre, manos anónimas y cobardes profanaran esa placa de homenaje a unos muertos injustamente y retiraran las palabras "del 36" y "fascismo", como queriendo así borrar la verdad de la Historia. Son esos que intentan hacernos creer que en julio de 1936 no hubo golpe de Estado, que Franco no fue un militar rebelde, que no hubo dictadura (dura). Son los mismos que no admiten la declaración (¡la mera declaración!) de la Guerra Civil como fruto de la rebelión militar del 18 de julio del 36 protagonizada por el general Francisco Franco, quien se erigió ilegítimamente en jefe de Estado para instaurar su Gobierno, después de una cruenta guerra civil provocada por su golpe de Estado contra una República libre y progresista y, ante todo, legal y democrática. Democracia, libertad y legalidad: lo que él -y los suyos- nos negó durante 40 años. Y lo que muchos pretenden tapar 70 años después a golpe de martillo. ¿Cómo denunciar estos hechos? Los que lo hacen (y los que los apoyan, los mismos que quieren negar la realidad de los hechos históricos) intentan que estas cosas no se sepan, y quieren desprestigiar el simple deseo de familiares y amigos de homenajear a quienes murieron vilmente, dignificar su nombre y lavar la afrenta de sus familias por lo que tuvieron que pasar (y nos consta, desgraciadamente, que pasaron). Porque se lo merecen (nos lo merecemos todos), en nombre de la justicia y la dignidad. Y por la memoria histórica. Quiero decirlo, para que se sepa, yo, nieta de Gonzalo Liras Cerezo, fusilado el 25-8-1936 en Nava de Roa (Burgos), junto a 20 vecinos, quien dejó cinco hijos (de 3 a 12 años) y una mujer embarazada de un mes. Como tantos otros..."

No hay comentarios: