Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

viernes, 9 de febrero de 2007

Espíritu de Ermua, ¿qué ha pasado?

Esta carta al director publicada hoy en El País me parece escalofriante:



"A los familiares de Miguel Ángel Blanco
José María Andrés Sierra - Zaragoza

El día que asesinaron a Miguel Ángel yo me encontraba de vacaciones en mi pueblo natal, Molinos, en la provincia de Teruel, y estaba ayudando a mi hermano en las labores de la cosecha del cereal. Recuerdo que, a eso de media tarde, o quizá algo antes, yo iba conduciendo la cosechadora, una vieja máquina que no llevaba cabina, mientras mi hermano descansaba. Nos alternábamos cada cierto tiempo llevando la máquina para poder descansar. Francisco, mi hermano, estaba como digo descansando a la sombra de un hermoso pino que había a la orilla del campo en el que estábamos trabajando escuchando un radiotransistor.
Volvía yo con la máquina en uno de los remos, en dirección a donde se encontraba mi hermano, cuando vi que él se levantaba y hacía unos gestos como si quisiera aporrear la tierra. Es una imagen que no olvidaré. A medida que me acercabam, me daba cuenta de que su rostro estaba más desencajado y, por fin, entre sus gestos y los movimientos de su boca, pude entender: "Se lo han cargado".
No detuve la cosechadora mientras Francisco continuaba con sus gestos de rabia y de impotencia porque me daba vergüenza que mi hermano viera las lágrimas que no podía evitar que manaran de mis ojos mientras golpeaba con todas mis fuerzas el volante de la máquina gritando inútilmente "pero ¿por qué?, ¿por qué?".
Han pasado ya unos años, y cuando ahora os he visto significándoos, como lo habéis hecho, en una manifestación en la que en vez de gritar contra ETA, que fue la que asesinó a Miguel Ángel, se ha gritado -vosotros sabréis por qué- contra un Gobierno y su presidente que están intentando que nadie más tenga que sufrir en sus carnes vuestra desgarradora vivencia...; cuando os he visto ahí, me he arrepentido de todas y cada una de mis lágrimas y cada uno de los golpes que casi destrozaron mis manos. Segundos después, no. Miguel Ángel (no lo conocía) seguro que se los merecía. Vosotros..., no."


Yo también recuerdo aquel día. Mi hijo tenía pocos meses. Era verano y estaba en mi pueblo en la casa de mis padres, que no estaban. Eran unos días muy tranquilos de julio, entre pañales, biberones, paseos junto al río nosotros tres y reuniones familiares. Días inolvidables. La paz se truncó de pronto con una noticia que saltó de las televisiones y radios a nuestros corazones. Otra vez ETA. Un país levantado en resistencia pacífica. Una impresión de que aquello era el final. La duda de si se atreverán después de ver a la ciudadanía en las calles: Bilbao, Madrid, tan lejos y tan cerca. Tan juntos todos. Sí. Se atrevieron. ¿Cómo puede haber seres humanos capaces de algo así? Un país unido. Un espíritu nuevo. Ermua...

¿Cómo hemos llegado de aquello a esto? ¿cómo pueden haberlo roto de este modo? Yo expresamente quiero decir que sigo con los familiares de Miguel Ángel Blanco en su dolor. Pero no pued
o compartir que se hayan dejado manipular en la política partidaria. Eso sí, el comportamiento rastrero es sobre todo de quienes los utilizan con descaro. Quienes negociaron con ETA sólo un año después de la muerte de Miguel Ángel.

Espero que la historia termine culpando a los que lo merecen. Ojalá el país recupere la unidad. Será cuando mandemos a sus casas a los profetas de la infamia.

1 comentario:

Maripuchi dijo...

Yo estuve en esa manifestación en Madrid donde sí llegábamos (y sobrepasábamos de sobra) al millón de personas.
Nadie tenía consignas políticas más allá de VASCOS SI, ETA NO ...
Nadie recriminó a nadie el no haber hecho NADA para poder hacer algo por la vida de este chico.
Era un muerto de TODOS.

Por eso me sentí horrible el otro día al tener enfrente a su hermana, porque hubo un día en que la sentí como mía ... y ahora me da ASCO lo que ha hecho.

Besotes.