Conspiración contra Quevedo, Cervantes y los Reyes Católicos
Ayer en Pozuelo de Alarcón, ante un público de fieles entregados y acompañado de su fiel socio Pedro J. Ramírez, tras minimizar cualquier responsabilidad en relación con las armas de destrucción masiva en Irak como comentaba en el post anterior, José María Aznar sostuvo, sin complejos, que la izquierda “sufre alergia no sólo con la Historia de España, sino hasta con el himno y la bandera”, por las críticas del PSOE por el uso de la bandera y el himno nacional en la manifestación del sábado. No, sr. Aznar. No. Los rojeras como el que suscribe consideramos que la bandera y el himno tienen unos usos socialmente apropiados y recomendables, algunos de los cuales usted explicitó en la ley a la que me refiero en otro post. Además de los usos allí recomendados y reglados, a mí me parecería perfecto que mi vecino pusiera una enorme bandera a la puerta de su casa, como hacen los americanos con la suya. Allá él. No entendí en su día el aluvión de críticas que usted recibió en relación con el banderón de Colón. En ese momento sólo estaba usted expresando su sentir nacionalista, no agrediendo en concreto a nadie, aunque de modo difuso quizá sí.
El problema que a la izquierda le causa la ocasión actual, le puedo anticipar ya, es que se usa la bandera y se usa el himno CONTRA una sección de la población, la que sustenta al actual gobierno, la que lo elevó a las urnas y le apoya en las encuestas. Una parte de la población que hasta que se demuestre lo contrario es aún mayoritaria.
Usar en España la bandera y el himno CONTRA la izquierda y contra los nacionalistas periféricos es un rasgo de infausto recuerdo. El nacionalismo español más rancio, mucho más cercano socialmente de lo que parecía, lo hizo una y otra vez. La defensa de España y los ataques no sólo a la izquierda, sino también a las fuerzas democráticas de diferentes signos que apoyaban la República, como "enemigos de España", están demasiado cerca como para jugar a eso.
Aznar nos consoló en el acto de Pozuelo, eso sí, comprometiéndose de que allí donde gobierne el PP, se enseñerá en las escuelas a Quevedo, Cervantes o los Reyes Católicos, advirtiendo al escandalizado auditorio que allí donde gobierne el PSOE se impedirán tales enseñanzas. Pero ZP, ¿cómo puede ir usted contra el Quijote, siendo usted tan quijotesco por naturaleza?
¡Zapatero, radical, deja en paz a Cervantes! ¡No nos ocultes la verdad sobre los Reyes Católicos! ¿no tendrá Quevedo que ver con el 11-M?
¡Zapatero, radical, deja en paz a Cervantes! ¡No nos ocultes la verdad sobre los Reyes Católicos! ¿no tendrá Quevedo que ver con el 11-M?
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