Moa se lo inventa y Aznar aplaude
Una de las mentiras preferidas de Pío Moa, elevado a los altares por la derecha social y política española que decidió empezar a edulcorar, sin complejos, el legado franquista, es que en el 34 (Revolución de Asturias), el PSOE se rebeló contra el gobierno pretendiendo dar un golpe de Estado, marcando así el "verdadero" comienzo de la guerra civil. Las historietas de que la guerra civil fue inevitable para salvar a España de las hordas rojas vienen circulando desde los tiempos de la guerra. Propaganda franquista descarada. Ahora los pseudohistoriadores "revisionistas" lo rescatan como si se tratara de investigaciones "frescas". Pero son propaganda y rancia. Los revisionistas tienen lugar de privilegio en ciertos medios de la derecha (Pío Moa --recomendado por Aznar como lectura para el verano en 2003-- o César Vidal, a Ángel Palomino a quien recomendó hace dos o tres días el mismo Aznar, claramente fan de los revisionistas), lo que está dándoles una gran capacidad propagandística y un rearme moral a la derecha tradicional española: eliminando el "pecado original" de ser responsables de la guerra y del franquismo, pueden mirar de frente a la sociedad española y crecer con respecto a la izquierda.
La revolución de Asturias fue un desmán equivocado de mineros descontentos con las contrarreformas que en todos los ámbitos estaban haciendo los gobernantes derechistas que daban la vuelta a las reformas de los primeros años de la República, que entre otras cosas habían dignificado la situación laboral de los maestros, como mi abuela. Los mineros fueron apoyados por grupos sindicales y políticos equivocados en el procedimiento. Pero fue una revuelta social, de una parte pequeña de la ciudadanía, no un golpe de Estado. Y no lo hizo "el PSOE". La cuestión la aplastó en cuestión de días el ejército, por orden de las autoridades, cuentan los historiadores (y los testigos) que a lo bestia. Hubo bombardeos a la población civil de las ciudades asturianas, pero tuvieron cuidado de que ninguna bomba cayera en los barrios acomodados de Oviedo, donde la gente era de derechas. ¿Sabes quién era el general al cargo? Franco. Aquí ganó mucho de su prestigio entre la derecha social y política del momento. Pero la gente humilde asturiana no lo ha olvidado. La izquierda suele ganar en los procesos electorales asturianos. ¿Sabes quién participó en la acción, como un capitán que seguía órdenes? El abuelo de Zapatero, que entonces seguía órdenes del gobierno legítimo y dos años después, porque volvió a seguirlas, fue fusilado.
Moa engarza directamente con tesis explicativas de los años cuarenta, de autores franquistas, que prácticamente fusila (Arrarás, De la Cierva). Su discurso, para cualquiera que esté acostumbrado a la investigación histórica, carece de método y de rigor científico. Sus escritos salen como churros de las imprentas, sabe de todo, publica a diario, siempre menoscabando a la izquierda, y elevando a los altares al franquismo.
Os cuento con detalles lo que sucedió durante la revolución de Asturias no porque yo estuviera allí. He leído sobre ello y de lo que yo he dicho no se puede desmentir nada. Percátate de que digo "cuentan que a lo bestia" porque eso incluye alguna valoración. Pero los bombardeos es un hecho que no se puede ocultar ni inventar. En Gijón, en Avilés o en los barrios humildes de Oviedo, o en los valles mineros, mucha gente lo recuerda. Eso no se puede inventar.
Pío Moa publica a diario artículos en Libertad Digital contra todo lo que hace el gobierno y se opone también a lo que no hace pero que la derecha COPEra se inventa. César Vidal dirige un programa diario en la COPE en el que el deporte nacional es leña al mono hasta que cante, siendo el mono ZP. Si ante lo que estoy viendo con mis propios ojos mienten y manipulan todos los días, ¿cómo me voy a creer nada de lo que escriben en sus libros? Por supuesto, tú eres libre de creer lo que quieras, y si tienes mejores argumentos que yo, siéntete libre de creer a Moa y pensar que el pobrecito Franco salvó a España de las hordas rojas, exactamente lo que decían los votantes de Blas Piñar. Pero no todas las teorías son igual de respetables. Lo son si se presentan con argumentos y metodología serios. Créeme. No es el caso. Tengo un librito muy breve y muy bueno acerca de esto de un catedrático de Historia Contemporánea de Badajoz, especialista en la guerra civil.
La desautorización a Moa no viene de su ideología, sino de su método. Sus tesis no están fundamentadas, argumentadas, desarrolladas con método. Los historiadores profesionales lo consideran totalmente fuera de la comunidad científica. Le acusan de que escribe panfletos y no demuestra científicamente lo que propone (vid. Reig Tapia, Antimoa). Su prosa es la misma que usa en Libertad Digital. Hoy "demuestro" que la guerra civil la empezaron el PSOE y ERC en 1934 y mañana que Zapatero se rinde ante ETA, quiere romper España y que el PSOE está detrás del 11-M.
El consenso de los historiadores es el consenso de cada momento, el punto de encuentro de los especialistas en el diálogo a muchas bandas que son sus publicaciones. Este consenso cambia constantemente, se corrige, con los nuevos descubrimientos aceptados por la comunidad científica. Algunas ideas tardan en echar raíz, porque las presentó alguien de modo poco ducho o porque son demasiado chocantes, lo que hace que los expertos reaccionen con recelo inicialmente. No es el caso de Moa. Moa no construye discurso científico. Y esto es lo que le reprochan los historiadores profesionales. Igual que tú nunca irías a un iluminado a que te cure la hipertensión, sino que acudes al médico que te aplicará el tratamiento que recomienda el consenso de la investigación médica en el momento en el que vayas, para conocer la historia hay que acudir a los profesionales, siempre que uno quiera realmente conocer la historia. Si uno quiere que le cuenten el cuento para ir a la cama y que ello permita la resurrección moral del franquismo, puede ir a Moa. Si uno quiere que su cuerpo demuestre que las pastillas de la hipertensión que te receta el médico son peores que restregarse una acelgas por los morros todas las mañanas, puede ir al curandero.
El objetivo de la investigación no es que haya "cuantas más visiones" mejor. Porque no todas las visiones son igual de buenas, porque no todas valen, porque no todas son "verdad". El objetivo de la investigación es alcanzar la "verdad científica". En todos los campos del saber. En la investigación histórica, usando una expresión coloquial de fácil comprensión, se trata de saber "lo que pasó". Ése es el quid de la cuestión. Todo lo que no se encamine a saber de verdad lo que pasó no es historia, es propaganda. El objetivo de Moa no es saber lo que pasó, es pseudo-informar a los ciudadanos acerca de un supuesto pasado glorioso de la derecha española, con el fin de mejorar sus espectativas electorales, a lo que dedica el resto del tiempo con Libertad Digital, etc. Y ello lo hace sin el método y el rigor científico que se exige a los historiadores, igual que a los médicos, a los químicos, a los filólogos o a los físicos.
Yo soy un positivista flexible. Creo en la verdad científica, que está ahí para que los investigadores la encontremos, aunque no siempre podemos o podamos. Pero soy flexible porque sé que la verdad científica de hoy se verá superada mañana. Por eso hay investigación, si no un día apagaríamos todos los ordenadores porque ya estaría todo descubierto. Los científicos del XIX eran positivistas acérrimos y creían que su verdad era inmutable. El tiempo nos ha enseñado a ser más humildes.
Pero el método es innegociable. Sin él podrías decir lo que quisieras de cualquier cosa: "La gripe aviar se previene si las aves oyen hablar español porque no hay aves afectadas en ningún país de habla española".
Moa engarza directamente con tesis explicativas de los años cuarenta, de autores franquistas, que prácticamente fusila (Arrarás, De la Cierva). Su discurso, para cualquiera que esté acostumbrado a la investigación histórica, carece de método y de rigor científico. Sus escritos salen como churros de las imprentas, sabe de todo, publica a diario, siempre menoscabando a la izquierda, y elevando a los altares al franquismo.
Os cuento con detalles lo que sucedió durante la revolución de Asturias no porque yo estuviera allí. He leído sobre ello y de lo que yo he dicho no se puede desmentir nada. Percátate de que digo "cuentan que a lo bestia" porque eso incluye alguna valoración. Pero los bombardeos es un hecho que no se puede ocultar ni inventar. En Gijón, en Avilés o en los barrios humildes de Oviedo, o en los valles mineros, mucha gente lo recuerda. Eso no se puede inventar.
Pío Moa publica a diario artículos en Libertad Digital contra todo lo que hace el gobierno y se opone también a lo que no hace pero que la derecha COPEra se inventa. César Vidal dirige un programa diario en la COPE en el que el deporte nacional es leña al mono hasta que cante, siendo el mono ZP. Si ante lo que estoy viendo con mis propios ojos mienten y manipulan todos los días, ¿cómo me voy a creer nada de lo que escriben en sus libros? Por supuesto, tú eres libre de creer lo que quieras, y si tienes mejores argumentos que yo, siéntete libre de creer a Moa y pensar que el pobrecito Franco salvó a España de las hordas rojas, exactamente lo que decían los votantes de Blas Piñar. Pero no todas las teorías son igual de respetables. Lo son si se presentan con argumentos y metodología serios. Créeme. No es el caso. Tengo un librito muy breve y muy bueno acerca de esto de un catedrático de Historia Contemporánea de Badajoz, especialista en la guerra civil.
La desautorización a Moa no viene de su ideología, sino de su método. Sus tesis no están fundamentadas, argumentadas, desarrolladas con método. Los historiadores profesionales lo consideran totalmente fuera de la comunidad científica. Le acusan de que escribe panfletos y no demuestra científicamente lo que propone (vid. Reig Tapia, Antimoa). Su prosa es la misma que usa en Libertad Digital. Hoy "demuestro" que la guerra civil la empezaron el PSOE y ERC en 1934 y mañana que Zapatero se rinde ante ETA, quiere romper España y que el PSOE está detrás del 11-M.
El consenso de los historiadores es el consenso de cada momento, el punto de encuentro de los especialistas en el diálogo a muchas bandas que son sus publicaciones. Este consenso cambia constantemente, se corrige, con los nuevos descubrimientos aceptados por la comunidad científica. Algunas ideas tardan en echar raíz, porque las presentó alguien de modo poco ducho o porque son demasiado chocantes, lo que hace que los expertos reaccionen con recelo inicialmente. No es el caso de Moa. Moa no construye discurso científico. Y esto es lo que le reprochan los historiadores profesionales. Igual que tú nunca irías a un iluminado a que te cure la hipertensión, sino que acudes al médico que te aplicará el tratamiento que recomienda el consenso de la investigación médica en el momento en el que vayas, para conocer la historia hay que acudir a los profesionales, siempre que uno quiera realmente conocer la historia. Si uno quiere que le cuenten el cuento para ir a la cama y que ello permita la resurrección moral del franquismo, puede ir a Moa. Si uno quiere que su cuerpo demuestre que las pastillas de la hipertensión que te receta el médico son peores que restregarse una acelgas por los morros todas las mañanas, puede ir al curandero.
El objetivo de la investigación no es que haya "cuantas más visiones" mejor. Porque no todas las visiones son igual de buenas, porque no todas valen, porque no todas son "verdad". El objetivo de la investigación es alcanzar la "verdad científica". En todos los campos del saber. En la investigación histórica, usando una expresión coloquial de fácil comprensión, se trata de saber "lo que pasó". Ése es el quid de la cuestión. Todo lo que no se encamine a saber de verdad lo que pasó no es historia, es propaganda. El objetivo de Moa no es saber lo que pasó, es pseudo-informar a los ciudadanos acerca de un supuesto pasado glorioso de la derecha española, con el fin de mejorar sus espectativas electorales, a lo que dedica el resto del tiempo con Libertad Digital, etc. Y ello lo hace sin el método y el rigor científico que se exige a los historiadores, igual que a los médicos, a los químicos, a los filólogos o a los físicos.
Yo soy un positivista flexible. Creo en la verdad científica, que está ahí para que los investigadores la encontremos, aunque no siempre podemos o podamos. Pero soy flexible porque sé que la verdad científica de hoy se verá superada mañana. Por eso hay investigación, si no un día apagaríamos todos los ordenadores porque ya estaría todo descubierto. Los científicos del XIX eran positivistas acérrimos y creían que su verdad era inmutable. El tiempo nos ha enseñado a ser más humildes.
Pero el método es innegociable. Sin él podrías decir lo que quisieras de cualquier cosa: "La gripe aviar se previene si las aves oyen hablar español porque no hay aves afectadas en ningún país de habla española".
2 comentarios:
Magnífico post. Lo comparto totalmente. Ahora bien, visto que soy más viejo que tú, permíteme un consejo. No lear carroña. No pierdas el tiempo. Es bueno y necesario el debate pero con la derecha civilizada, por cierto que cada vez hay menos. Desde luego Moa es lo que es y ningún, repito, ningún insulto le podría describir. Júntale con Aznar, Losantos y Vidal y tendrán el Poker del odio y la mentira.
Salud y República.
Es carroña. Pero creo que no nos conviene, en ningún sentido, no prestar atención a este fenómeno. El PP lo apadrina. Y el PP está a 5 puntos del PSOE. Pueden ganar mañana. Media España se lo traga. Y no lo entiendo. Hay que desemascarar a los tramposos mentirosos. No en beneficio de quienes lo tenemos claro, sino en beneficio de quienes se lo tragan, y en beneficio de la salud pública.
Saludos
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