Arrecia el chaparrón

Zapatero parece ser el "único responsable de las graves consecuencias políticas y morales" de esta decisión "política", "a la que de ninguna manera estaba obligado". "No acepto esta situación, no quiero que los españoles se sientan derrotados, no quiero que cunda el desánimo, no nos vamos a conformar. Hago mío el propósito de recuperar la dignidad de los españoles, esta historia no termina aquí". "Hoy se ha creado una deuda de justicia y tenemos que repararla, podemos repararla".

Podría repetir todo lo dicho en la entrada anterior. Pero me limitaré a lo más básico. La decisión del gobierno es difícil de tomar. Pero parece de sentido común evitar el surgimiento de un mártir. Absurdo preferir que muriera. Adecuado a derecho y prerrogativa del gobierno el paso al segundo grado, a la prisión atenuada de un preso que ya cumplió condena por sus asesinatos y que ahora la cumple por un delito que consiste, no olvidemos, en dos artículos de interpretación ambigua, considerados delito de amenazas por el Supremo.
La primera consecuencia positiva es el anuncio del final de la huelga de hambre. Si la entrevista de Otegi en La Vanguardia y los acontecimientos de hoy son indicios de que algo se mueve, y si esto es de nuevo el principio del comienzo del fin de la violencia, como decía el presidente hace unos meses, señores, todos los ciudadanos de este país ESTAMOS DE ENHORABUENA, incluso quienes están preocupados por sus posibilidades electorales...
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