Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

lunes, 16 de abril de 2007

Lunes de aguas


Hoy es "lunes de aguas", una fiesta bastante peculiar que se celebra tradicionalmente en esta ciudad, y que puede considerarse una solución de compromiso bastante llamativa entre, por un lado, el calendario prescrito por la dominante religión católica, hecho cumplir por la jerarquía eclesiástica y apoyado por el poder terrenal, y por otro las gentes de a pie, la Salamanca pegada a la tierra. Se dice que los orígenes concretos de la romería que se celebra a las orillas del Tormes tal día como hoy desde hace mucho tiempo se remontan al siglo XVI, cuando el rey Felipe II dictó al parecer unas ordenanzas según las cuales las mujeres de mal vivir o de moral distraída que vivían y desarrollaban su trabajo en Salamanca debían ser trasladadas, durante la Cuaresma, fuera de la ciudad. A partir del Miércoles de Ceniza, las prostitutas abandonaban su residencia habitual y eran trasladadas a la otra orilla (la izquierda) del Tormes, a la sazón, huelga decirlo, fuera de la ciudad.
El Padre Putas era el encargado de vigilar, cuidar y atender a las prostitutas, siendo el responsable de ellas. Este personaje, convertido eufemísticamente en el Padre Lucas (hoy conmemorado como el cabezudo más famoso que persigue a niños y niñas en las festividades locales) acompañaba a los estudiantes (principales consumidores al parecer de los servicios de las profesionales del amor), a recoger de su exilio a las prostitutas el lunes siguiente al lunes de Pascua. Este día se terminó convirtiendo en una fiesta popular. Los estudiantes cruzaban el río en todo tipo de embarcaciones y pasaban la jornada acompañados de esas mujeres, entre risas, merendolas, vino y otros motivos de alborozo. Sería también una celebración del buen tiempo, la vuelta de temperaturas civilizadas y el fin del período de Cuaresma y Semana Santa, de máximo recogimiento religioso (por orden de la autoridad). La denominación "lunes de aguas" parece apropiada. Los últimos años ha cundido la broma de que el nombre tiene que ver con que, indefectiblemente, siempre llueve en este día. Pero hoy hay 20º y cielo azul (las pocas nubes no parecen muy amenazadoras), con lo que Salamanca entera está en el campo...
Lo paradójico es que es comúnmente aceptada hoy como una fiesta popular y familiar generalizada, hasta el punto de que todas las carreteras se colapsan, el tráfico en la ciudad es imposible, el martes todo el mundo cuenta "dónde tomó el hornazo" esta vez, etc. La Salamanca oficial lo ha adoptado como algo propio y de todos, pese a los orígenes humildes y moral o religiosamente altamente sospechosos. Todos los ayuntamientos han apoyado a su manera las celebraciones, y, que yo sepa, no ha habido resistencia con motivo de tan pagana celebración por parte de la jerarquía eclesiástica. Parece que, en algún aspecto, la vida estudiantil y universitaria sí ha influido algo en el salmantino castizo. Es digno de reflexión que sea esta especie de botellón avant la lettre lo que haya comunicado a las dos caras de esta ciudad, no siempre en buena comunicación.
Esta romería no sería nada sin el producto estrella, el hornazo (hasta el punto de que muchos locales denominan a la actividad "salir a comer el hornazo"), una especie de empanada gallega con marisco mesetario: una receta posible para la masa tendría como ingredientes 3 huevos, 1 vaso de vino blanco, 1 vaso de aceite, 1 kilo de harina, 25 gr. de levadura, sal y azafrán. Para el relleno, ya te digo, algo light: Jamón, chorizo, lomo adobado y huevos cocidos. Podéis leer aquí la receta completa.

8 comentarios:

Naveganterojo dijo...

Mira que soy de Bejar y no sabia la razon de esa extraña fiesta,pero en lo que te voy a hacer la competencia es en el "hornazo",el de mi ciudad es mas rico,ja,ja.
Salud,y disfruta del dia que mañana.... a currar.

animalpolítico dijo...

Seguro que el de Béjar está más sabroso y es más natural. Lo que yo no sabía es que en Béjar también lo celebrabais. Yo no soy de aquí, en realidad, pero llevo ya más de veinti... mucho tiempo por aquí.

Béjar, por cierto, me encanta. La montaña me atrae mucho y Béjar me recuerda mucho mi Astorga infantil.

Un abrazo

Paco dijo...

Todos los días se aprende algo. Desconocía esta tradición vuestra.

Un saludo

Maripuchi dijo...

Me encantan las fiestas tradicionales y laicas (aunque ésta tenga origen en el fin de un período religioso) ...

Besos

manuel_h dijo...

bueno, pues hacía buen día, pero al final, por supuesto, llovió (al menos 15 km al norte de salamanca)

animalpolítico dijo...

Sí, yo estaba por la zona de Santa Marta (al sur de la ciudad) y pude oir truenos y ví los nublados, aunque por allí no llegó a llover. Pero, ¿qué sería de un lunes de aguas sin estos sobresaltos?

Un abrazo

animalpolítico dijo...

Maripuchi,

Sí, esta fiesta tiene su "origen en el fin de un período religioso", pero lo digno de consideración es que se puede ver cómo la gente siempre termina encontrando recovecos para que nadie ni nada les agüe las fiestas... (salvo las tormentas...).

Caminante dijo...

Es un gusto haber leído tu "lunes de aguas" y lo de las mujeres de vida distraída. Pobrucas ellas ¿o las pobrucas serían las otras?
Besos de aguas. PAQUITA