Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

jueves, 4 de septiembre de 2008

El poder de la fe

Los humanos tenemos un problema duro. Somos unos mamíferos con especial desarrollo de la capacidad cognitiva. Esto nos lleva a ser conscientes de nuestra propia muerte y la de nuestros seres queridos, uno de los tragos más duros a los que hacer frente.

La conciencia de que la vida sobre la Tierra tiene un fin seguro llevó a antepasados nuestros en todos los continentes a creencias de diverso tipo acerca de una hipotética vida de nuestra alma en otro plano de realidad incorpórea, dado que un ser querido al morir pierde el halo de vida, pero nos deja su cuerpo inerte, carente de su soplo de vida, que parece haber 'volado' a otro lugar.

Supongo, sin ser un teólogo ni un antropólogo, que éste es en esencia el estímulo del surgimiento entre humanos de la fe en una vida más allá de la muerte.

Este asunto complejo parece que pedía a gritos la ayuda, la explicación que miembros señalados de la comunidad podían ofrecer al resto de conciudadanos. La casta sacerdotal tendría que explicar a los atónitos animales políticos qué sucede al morir, qué esperanzas hemos de tener, qué nos espera más allá. En torno a todo esto se crea una fe. Otra comunidades tienen otra fe. Las creencias no siempre coinciden en todo, pero con frecuencia tienen coincidencias impresionante en continentes distintos.

Una derivación natural es creer que un comportamiento determinado en esta vida condiciona la suerte o el destino en la vida del más allá. Natural porque está presente en todas las religiones, de un modo o de otro. Es decir, se relaciona la correcta actitud de convivencia en la comunidad humana con el premio de una vida mejor más allá de la muerte.

Desde muy pronto los humanos percibieron que, además del loable y satisfactorio efecto en la correcta y justa convivencia que estas creencias entrañaban, todo esto significaba un poder enorme sobre la comunidad. La influencia política, la influencia de la casta sacerdotal sobre la vida de la polis es potencialmente gigantesca. Quien está dotado de la voz divina es una fuente de orientación del comportamiento ciudadano en lo moral... y en lo social, en lo político. Quien nos habla en nombre de Dios puede modular y modula nuestras creencias acerca del bien y del mal en la vida de nuestra polis. La batuta de la moral. Quien dirige la orquesta, suma las voluntades de los seguidores y les lleva adonde cree justo si es capaz de mantener su autoridad.

Pero los humanos tenemos una naturaleza muy peculiar. Somos proclives al atajo y al abuso. De intérprete de Dios en beneficio de mis semejantes puedo fácilmente pasar a intérprete de mis intereses usando el nombre de Dios en vano para dominar a mis semejantes.

Es un comportamiento que ha conocido la humanidad en todos los siglos y en todos los continentes, en un grado o en otro. Recuerdo la influencia política del oráculo de Delfos en la Grecia clásica. Recuerdo la Inquisición. Recuerdo a los puritanos de Norteamérica y las desdichadas jóvenes de Salem, Massachusetts, quemadas en la flor de sus vidas por 'brujas'. Recuerdo las Cruzadas, el terromismo islamista, y la lista es interminable.

Siempre ha habido creyentes sinceros e intérpretes sinceros de cada fe. Esto es otro asunto. El poder político ha invadido el argumento de la fe para hacerse con su batuta. O el argumento o batuta de la fe se ha servido de esa autoridad moral para hacerse con el poder político de hecho o de derecho. Repetidamente, en repetidas formas, con los mismos o distintos ropajes.

La separación de la Iglesia y del Estado fue el modo en que las democracias occidentales modernas trataron de atajar las interferencias. La idea es buena, pero aún no la hemos aplicado.

La moral es del individuo. Pero la autoridad moral es un arma que se usa en la comunidad a gusto de quien tiene la batuta. Los family values dieron seguramente la victoria a Bush en 2000 y, sobretodo, en 2004. El uso del nombre de Dios sigue centrando la política del partido republicano en los Estados Unidos de América. Los neocon han descubierto hace décadas que eso les puede hacer ganar o perder elecciones. Hay millones de votantes que votan atendiendo sólo a esto.

Si la hija de Palin está embarazada con 17 años ello sólo muestra que es anti-aborto. El que se haya quedado embarazada siendo menor de edad no es problema. Porque su madre no es la candidata demócrata. Si lo fuera, sí sería un problema. Hace pocos días, mi amigo R. Almazán nos traía una imagen escalofriante: ciertos fundamentalistas cristianos norteamericanos consideraban un justo castigo divino el accidente aéreo de Barajas, por ser el nuestro un país de maricones...

Utilizar la religión para crear un pool de aturdidos votantes idiotizados, que se pueden contar por millones, es una tentación muy grande en la que caen con frecuencia quienes más hablan de su fe como factor legitimador de sus pretensiones políticas.

No creo preciso repasar el papel político de la Iglesia Católica en España y la autoridad moral que han ejercido y ejercen los miembros de su jerarquía a lo largo de los siglos y hasta hoy. No creo preciso hablar de la COPE o de la polémica con Educación para la Ciudadanía.

Pero he pensado en todo esto al conocer que Esperanza Aguirre, la lideresa, ha acudido a la Convención Republicana de los Estados Unidos a prestar su apoyo a McCain. Aguirre se autodefine como liberal, pero apoya a un candidato que ha elegido como vicepresidenta a una señora que aboga por la enseñanza del creacionismo, una mujer que no cree en la educación sexual, y que tiene una hija de 17 años embarazada, que milita contra el aborto y cree que la guerra de Irak responde a un designio divino. El liberalismo de Aguirre es polisémico, sin duda.

6 comentarios:

Santiago Bergantinhos dijo...

Poniéndonos en [modo neocón on]
podríamos decir:

¿Cómo esa señora pretende ser vicepresidenta, si ni siquiera es capaz de controlar a su familia e inculcarle los valores de la familia tradicional cristiana?

Cuando tenga el debate con el demócrata, que es un perro viejo de la política, va a ser la repanocha.

Naveganterojo dijo...

La lideresa en EE UU, ¡¡ que bonito!!,esta en el lugar donde su amo se sintio un superhombre, donde su mentor organizo junto con dos idiotas mas una guerra ilegal, donde su jefe compro con dinero español una medalla del congreso.
Se sentira como en casa.
Un saludo

Maripuchi dijo...

Como si los demócratas usamericanos fueran poco liberales....
Espe tiene tanto de liberal como yo, que ya es decir...

Adivagar dijo...

Buf, que de temas tocas en una sola entrada, animal. Qué de cosas a comentar...

A mí particularmente, el tema que más me atrae de tu entrada es el de la conciencia de la muerte y cómo eso ha modelado de modo natural todas las sociedades humanas. Eso sí, creo que en una de las frases confundes moral con ética. Siempre me ha apasionado la antropología (aunque no paso de aficionado en ese campo), y cómo la fe parece estar grabada en nuestros genes como algo positivo (no os escandalicéis, quiero decir desde el punto de vista evolutivo, es decir, aumento de las posibilidades de supervivencia y procreación del grupo). El sentimiento religioso es un poder enorme, tanto para el individuo como para el grupo, sin duda.

Pero bueno, este blog es esencialmente político, así que te comento mi opinión. Quizá te sorprenda, pero si fuera estadounidense casi con seguridad sería un votante del partido demócrata. Ya sabes, lo de la izquierda americana y la derecha europea, aunque eso tiene muchos matices, como siempre que se generaliza.

Palin no me parece una política atractiva, ni McCainn. Y entre Clinton y Obama quizá hubiera preferido a Clinton, aunque por poca diferencia. Clinton está algo más a la derecha que obama en lo referente a valores y más a la izquierda en lo económico. Por lo menos esa es mi impresión.

Lo que no me parece correcto es emplear políticamente la vida privada de la hija menor de edad de un candidato, sinceramente. Es algo privado, personal. Y en esto incluyo a los dos partidos. Ni que el hecho de que esa chica esté embarazada le de o le quite autoridad moral a nadie. Esa chica puede creer firmemente en los valores cristianos y quedarse embarazada, evidentemente, como cualquier ser humano. La fe no te convierte en un superhombre. Y no abortar en esa situación, a mí me parece admirable. En todo caso, creo que el tema de esa adolescente no debería llegar al discurso político, pues es algo privado. Y además de una menor de edad.

Sobre el creacionismo, creo que conoces de sobra mi opinión. Esa discusión en Europa está ya muy superada. Y lo de barajas y el castigo divino, tú mismo lo has dicho, son fundamentalistas. No se representan más que a ellos mismos, no creo que merezca la pena comentar las opiniones de minorías extremistas. Y sobre todo no representan a los católicos, sin duda.

Animal, perdona, pero sobre Esperanza Aguirre, y sobre la política española en general, hace tiempo que no doy mi opinión, ya sabes. Y perdona por la extensión de mi comentario, que casi siempre se me va la mano.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Lo de Esperanza es liberal nacional-catolicismo: toda la libertad para las empresas, toda la moralina eclesiástica para los ciudadanos.

También es socialista, pero para las pérdidas de sus empresarios y amigos constructores. Si hay ganancias, entonces es la ultraliberal más liberal de todos los tiempos.

Depende, es camaleónica, se adapta a cualquier clima, aunque en eso no es tan buena como Gallardón, toda hay que reconocerlo.

Anónimo dijo...

Yo es que viendo la foto de tita espe ya se me quitaron las ganas de tratar de leer la carta
El Canuit