La cobardía del agorero holgazán
"El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo" es una frase que encuentro atribuida a Montaigne (1533-1592), escritor y filósofo francés, pero también a Goethe (1749-1832), poeta y dramaturgo alemán.
Conducía ayer mismo rodeado de nieve y montañas hermosas, camino de la costa norte y escuché a mi paisano hablándome desde la radio del coche. "Dentro de un año, la economía estará mejor que hoy..." Recordé, como todos, la víspera del bombazo de Barajas, hace un par de años por estas fechas, y unas palabras semejantes.
No obstante, amigos, lo fácil es dejarse llevar por la corriente. Eso hacen los holgazanes. Los agoreros. Los cobardes. Lo difícil es ir contra corriente. Que se lo digan a los salmones que tratan de seguir río arriba el curso de los ríos asturianos. Lo difícil es tratar de hacer algo ante la adversidad. Tratar de contribuir a mejorar lo que está bajo tu responsabilidad. Tu empresa, tu trabajo, tu entorno personal y familiar. En el caso de los políticos, la vida pública.
Lo fácil, hacer como el jubilado ante la obra de la esquina. Opinar sin hacer nada. Opinar desde la ignorancia. Opinar desde la inoperancia. Opinar con la leche cortada. Criticar, el deporte nacional. Enmierdar. Rendirse sin mancharse las manos. "Cuando el capador está sobre la gocha, no se puede decir que la gocha está mal capada", dice un proverbio franco y bárbaro de mi tierrina leonesa. Y "quien no se arriesga, no pasa la mar"...
Amigos, un líder debe liderar. Como cuando el añorado Aznar nos animaba a alcanzar la moneda única. Como Julio César a sus tropas antes de la invasión de la Galia. Como Juande Ramos a un Madrid empequeñecido ante las huestes hostiles del nuevo campo azulgrana, un clamor de gargantas enrojecidas de goles imaginados.
No sé si la economía estará mejor el año que viene. No sé si las medidas del gobierno son las únicas posibles, o si son correctas en lo económico. Pero sé que Zapatero está intentando hacer algo, capar a la gocha de la crisis, y un selecto coro de idiotas ("seres peculiares", en buen griego clásico) emite un chorro constante de malos augurios, como negros pajarracos del rencor. Es que hay suelto mucho imbécil ("débil de miembros", en buen latín clásico), cobarde y pequeño ante la dificultad.
1 comentario:
El Problema Animal radica en que todos hablan lo que queremos escuchar, y quizás les falte la categoría suficiente para buscar lo mejor para el ciudadano.
Yo personalmente creo que el año que viene va a ser muy duro para las personas que de alguna manera no tienen garantizado su salario a primeros de mes.
El Canuit.
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