Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

viernes, 3 de abril de 2009

Las once y 34 minutos y Granados sin dimitir

Hace poco más de un mes publicaba en esta humilde bitácora una reflexión que tenía como telón de fondo al ministro Bermejo y su presencia en una cacería, en la que participaron otra cincuenta personas, entre ellas el juez Garzón.

Hoy me he acordado de la cacería, al conocer otra coincidencia con ricas viandas de por medio. Ahora sólo comen juntos el Consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid y el y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) Francisco Javier Vieira, responsable del caso Gürtel tras la inhibición de Baltasar Garzón. A diferencia de la cacería de Jaén, no estaban rodeados de cincuenta o sesenta personas más ni hubo un militante del PSOE (entonces fue del PP) organizando la reunión. Simplemente ambos individuos quedaron para comer y comieron.

Supongamos que hablaron. Es lo más normal si quedan dos personas para comer. Que hablen. Sí, pudieron hablar de mil cosas, claro. "Cuando hay un nuevo presidente de un Tribunal, que tiene muchísimos medios materiales a su cargo que (…) dependen del consejero de Justicia, me parece lo normal que tengan una entrevista para ponerse acuerdo de esos asuntos", señaló Esperanza Aguirre ayer mismo. Pero supongamos que hablaron concretamente del caso Gürtel. Quizá sería inapropiado simplemente que hablaran del asunto. Pero ellos lo consideran "normal", reconociendo que el tema surgió, aunque "sólo tangencialmente". En palabras del juez, “probablemente salió alguna cuestión sobre el tema”.

Puestos a suponer supongamos que en la conversación el consejero pidió al juez que exonerara a todo el mundo (en febrero mi post decía "entrullara a unos cuantos peperos"). Inapropiado, por supuesto. Pero pudo pedírselo. Alomojó lo hizo. Cierto es que, para hablar dos señores que viven en Madrid y que tienen teléfonos, etc., no necesitan encontrarse en un lugar público ante decenas de testigos. Eso mismo dice Esperanza Aguirre ahora. En febrero decía otras cosas. Bueno, ahora sigue diciendo lo mismo, si el protagonista es Garzón. Si el protagonista es Vieira, no.

Hay algo que ha cambiado de modo sonrojante. Los mismos medios, los mismos políticos que nos han machacado los tímpanos con las bofetadas a Garzón y que lograron cobrarse la pieza de un hoy ya exministro, ven hoy muy normal una reunión en un restaurante entre el Consejero de Justicia madrileño y el juez que se va a ocupar del caso Gürtel: “Si ellos mismos han dicho que esos asuntos (Gürtel) no eran el objeto de la reunión, a sus palabras nos tenemos que ceñir”, dice tan fresco el Secretario del grupo popular en el Congreso, José Luis Ayllón. En la COPE hoy estaban muy ocupados destrozando toda tentación de optimismo en el mundo tras la reunión del G-20. No fuera a ser que algún oyente pudiera creer que quizá algún día las cosas mejoren.

Y por el lado contrario, salvo la portada de Público y unas tibias palabras de José Antonio Alonso y de Tomás Gómez, no veo una reacción desde la izquierda que provoque al menos una ruborización de cinco segundos en alguna que otra mejilla pepera.

Para terminar, una sola cosa más: son las 11:34 y Francisco Granados sigue sin dimitir.

10 comentarios:

Santiago Bergantinhos dijo...

¿Pero a ti te parece bien ponerme semejante foto, que estoy a dieta hipolipolemiante?

Maripuchi dijo...

Les llega el rostro a Wellington.

animalpolítico dijo...

SuperSanti, esa foto a estas horas es de lo más hermoso que se puede uno echar a la cara. Disfruta de la estética, al menos...

Encantado de tenerte de nuevo por aquí, aunque tan delgado casi no se te reconozca...

De mi IMC hablaremos otro día.

animalpolítico dijo...

Maripuchi, estos tipos rostro han tenido siempre.

Lo que no entiendo es el silencio memo de los progres.

AF dijo...

Pues no me había enterado yo de este enormidad. Ley del Embudo es lo que hay, y a todo pasto además.

Gracias por sacarlo de la trastienda y traerlo al frente.

Un saludo.

Blanca dijo...

Es esa "manera de ser" que creemos tener la gente de izquierdas: que nosotros no vamos a hacer las mismas cosas que los cutrepepés, que nosotros somos "decentes"...

Pero en este mundo, la decencia hay que practicarla desenmascarando a los sinvergüenzas: Granados, Camps, Bárcenas, Aguirre... Rajoy...

Lees, por ejemplo, El País, y ahora mismo su portada no dice absolutamente nada de esa comida entre dos desvergonzados... mientras que se hablaron muchos días de la cacería de Bermejo... o sea, que tampoco la prensa (=empresa) ¿progresista? incide.

¿Qué se logra con ésto? ¿Quedar como personas éticas por no comportarnos como los miserables? Pues no, se consigue que los miserables sigan en sus puestos y que cada vez el mundo sea más miserable y más ruin porque los dirigentes lo son.

Todos me dan asco, incluyendo a los supuestos progres que no nos defienden a los honrados de esa horda, de esa piara que se ríe de todos

Rosario Colombres dijo...

¿Por qué se van a ruborizar? ¿Alguien ha visto ruborizarse a Acebes cuando ha mentido delante de un video que decia lo contrario a lo que el afirmaba?¿O a Aznar? ¿O a Fabra? ¿o a Camps? ¿o a Trillo? Todo el mundo sabe que los del PP mienten y roban, eso no es ninguna novedad, es lo normal. Con lo de la famosa cacería no solo salió la derecha como una piña para lanzarse al cuello de Bermejo y de Garzón, también la izquierda se mostró incómoda por la "inoportunidad" de ese encuentro y así se les vió y así lo aprovecharon.
Si este asunto de la comida se hubiese producido con otros protagonistas de distinta ideología ya la derecha se hubiese encargado de hacernos saber lo que comieron, lo que bebieron, a cuánto ascendió la cuenta y quién la pagó (y con qué fondos). Darían por sentado de lo que se habló e insinuarían hasta de lo que se pensó.
La derecha y sus medios saben manejar un escándalo, la izquierda no y encima los que se supone que son sus medios ni siquiera la apoyan.
Por favor, a ver si de una vez nos damos cuenta que los del PP son un agrupación de chorizos y aspirantes a chorizos y que quienes los votan ven en ellos el modelo a seguir (y también para ver lo que les pueda caer)
Y por si no se me ha notado lo suficiente ¡Estoy indignada!

ybris dijo...

Y fíjate si aumentará mi asombro ante la escasa reacción de los medios y las izquierdas cuando, además, se me antojan menos de fiar estos dos que aquellos dos.
Una pena que los tribunales tarden tanto en juzgar.
Acabamos hablando más siempre de formas que de contenidos.

Abrazos totalmente sintonizados con tus palabras.

Caminante dijo...

Así nos luce el pelo.
Sinverguenzas con derechos adquiridos desde la cuna. Besos PAQUITA

josman dijo...

hay una diferencia bestial entre el asunto de la caceria, que fue usado como una maniobra de despiste, y esto...que es UN ASUNTO en si mismo, pero es que la izquierda siempre pica de ingenua y cuando los conservadores acusan, les escuchan y reaccionan, aunque sea por guardar las apariencias, mientras que sujetos como Trillo siguen dando la cara, o la jeta, y no pasa nada...