Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

martes, 9 de enero de 2007

Principio de no contradicción


El principio de no contradicción es una exigencia del pensamiento racional y, junto al principio de identidad y al principio del tercero excluido, constituye las bases de la lógica aristotélica clásica.
El principio establece que toda proposición idéntica o analítica (es decir, toda proposición en la que la noción del predicado está contenida en el sujeto) es verdadera, y su contradictoria es falsa. Por ejemplo, las proposiciones "A es A" o "El triángulo equilátero es un triángulo" son proposiciones necesariamente verdaderas, puesto que negarlas supone caer en contradicción. Así pues, el principio de no contradicción nos permite juzgar como falso lo que encierra contradicción.
Para Leibniz y, en general, para los filósofos racionalistas, el principio de no contradicción es innato, es decir, se halla en el alma humana sin necesidad de haber sido aprendido. En sus Nuevos Ensayos, Leibniz lo expresa del siguiente modo: "El principio de contradicción incluye dos enunciaciones verdaderas: la primera, que una proposición no puede ser verdadera y falsa a la vez; la segunda, que no puede ocurrir que una proposición no sea ni verdadera ni falsa".
En palabras de Aristóteles el principio indica que “uno no puede hablar de que algo es y no es al mismo tiempo y respecto al mismo tema".
Según Allan Bloom, “la primera declaración explícita conocida del principio de no contradicción - la premisa base de la filosofía y la fundación del discurso racional” - se da en la República de Platón donde Sócrates dice, “es claro que la misma cosa no estará dispuesta al mismo tiempo a hacer o sufrir cosas contrarias con respecto a lo mismo y en relación al mismo objeto”.
Según Aristóteles y Santo Tomás, este es uno de los principios fundamentales del pensamiento, que puede ser probado simplemente mostrando a los opositores que ellos mismos lo cumplen. Así, Aristóteles considera el caso de alguien que niega el principio de manera fuerte - sosteniendo que cada asunto es a la vez verdadero y falso - y pregunta por qué tal persona toma la ruta de Megara para llegar hasta allí desde Atenas, puesto que en la opinión de tal persona es tan verdadero que cualquier otro camino lo llevaría a Megara.

La Asociación de Ayuda a las Victimas del 11-M, que subvenciona el Gobierno de la Comunidad de Madrid, del PP, ha solicitado 230.000 años de prisión para los 29 procesados por la matanza. Pero, a la vez, esta entidad, la que menos víctimas del 11-M representa, insiste en que ETA participó en los atentados basándose en conjeturas sin pruebas. ETA habría pretendido, dice, tumbar al Gobierno para "lograr un paisaje político más favorable a sus intereses de autodeterminación". (JORGE A. RODRÍGUEZ - Madrid EL PAÍS - España - 17-11-2006).

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