Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

viernes, 6 de julio de 2007

Jordi Sevilla Segura


Volviendo a mi serie acerca de la evaluación de los ministros del gobierno socialista, tropezamos con el inesperado anuncio del recambio de tres; significativamente, creo, los tres que peor iban en las encuestas, por su escaso atractivo político, Trujillo, Calvo y Jordi Sevilla. Aunque de ahí a decir, como el Señor de los Hilillos, que es "una operación cosmética", va mucho. Creo que es una decisión muy interesante y que las tres carteras mejoran, sobre todo en lo político.

A la ministra Trujillo la hemos evaluado aquí, y no salió bien parada entre los comentaristas, aunque el que suscribe resaltó que la botella estaba medio llena. En el futuro valoraremos a Carmen Calvo, quizá ya junto con su sucesor.

Hoy nos centraremos en Jordi Sevilla, sustituido en su cartera por la hasta ahora Ministra de Sanidad, Elena Salgado, alguien con bastante más peso político en mi opinión y de quien hablaremos otro día.

He dejado ver ya que no encuentro méritos ni deméritos llamativos en la gestión de Jordi Sevilla, ministro bloguero.

Es Ministro de Administraciones Públicas desde el 18 de abril de 2004, nació en Valencia el 19 de marzo de 1956. Casado y con tres hijos es Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Valencia. Funcionario por oposición, pertenece al Cuerpo Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado. Es diputado al Congreso por Castellón y miembro del Comité Federal del PSOE. Antes de llegar al cargo de Ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla desempeñó distintos cometidos en Gobiernos socialistas anteriores. Fue también Secretario de Política Económica y Ocupación de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE entre 2000 y 2004, y asesor del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso entre 1998 y 2000. Ha publicado los siguientes libros: "De nuevo socialismo" (2002), "La economía Española ante la Moneda Única" (1997) y "Balance y Perspectivas de las relaciones Norte-Sur” (1993).

Es uno de los ministros con un perfil político más bajo en un gobierno con un perfil político muy bajo. ¿Qué quiero decir con esto? Me refiero a que un ministro debe ser un político, además de un gestor. En ese sentido, varios ministros son funcionarios públicos seguramente honrados y eficaces (o no) en sus gestiones respectivas, pero no tienen peso político, no contribuyen a arrimar el hombro y llevar la empresa gubernamental, esencialmente colegiada, a buen puerto. En realidad esto es una tendencia que viene acentuándose más y más desde los primeros años de la democracia. Sé que en parte lo de esta legislatura se debe a una acción de oposición personalista, centrada en demonizar al presidente o en todo caso a los próximos a él (De la Vega, Alonso), particularmente en torno al ubicuo desbarre con el terrorismo (Rubalcaba como malo oficial), también llamado raca-raca. Algo de lo que, posiblemente, también tiene una parte de responsabilidad el propio gobierno. Pero en gran medida supongo que debemos achacar a los ministros su incapacidad o falta de impulso para salir de la cárcel de papel del silencio mediático. En ello los hay que han tenido más éxito. Pero los hay que no. Uno de los que, en este aspecto, para mí, ha fracasado, es Jordi Sevilla.

De ser muy próximo al Zapatero líder de la oposición, por coincidencias generacionales, etc., ha pasado a ser un ministro del montón. Supongo que la cartera en cuestión no da para muchas florituras, pese al interesante Plan Concilia, atribuible a su gestión, pero creo que es muy escaso balance. Otras contribuciones son el Estatuto del Empleado Público o la culminación del proceso de transferencias a las comunidades. Curiosamente, en una legislatura marcada por las reformas estatutarias, el ministro del ramo no aparece casi tocado ni política ni mediáticamente por la reforma de los estatutos de autonomía. También promovió la Conferencia de presidentes autonómicos y siempre mantuvo que estos foros marcaron "un antes y un después" en las relaciones de las instituciones estatales y las comunidades autónomas. También ha puesto en marcha durante su mandato el Programa de Actuaciones del Código de Buen Gobierno del Ejecutivo, el plan Moderniza para impulsar los servicios públicos e inició la implantación del DNI electrónico (con dificultades técnicas serias).

En cambio, Jordi Sevilla saltó a las primeras páginas de los periódicos con incidentes simplemente absurdos, por frases robadas y magnificadas en los medios. Como aquello de las dos o tres tardes en que él, economista, le iba a explicar a Zapatero los rudimentos de esta ciencia, o los comentarios acerca de Montilla, el charnego a quien no iban a aceptar nunca los catalanes como President. Dos monumentales meteduras de pata a las que la oposición mediática sacó mucho jugo y que, en mi opinión, confirman la imagen que tengo de él.

No creo que haya hecho mal nada que tenga auténtico relieve. Pero la política tiene un componente icónico fundamental y en este aspecto no ha contribuido en casi nada a mejorar la imagen del gobierno, por su poco atractivo político. Así, la posibilidad de que Jordi Sevilla ocupe algún cargo de responsabilidad en la Comunidad Valenciana, que le parecía una "muy buena idea" hoy a Zapatero, no tengo claro que realmente sea así. Aunque, sí, hay que ir haciendo, creando, un líder capaz de hacer frente al PP valenciano en algún momento. Pero no sé si nuestro ya ex-ministro, sería el hombre adecuado, salvo que alguien como Bono le explique "en un par de tardes" de qué va esto de la política.

38 comentarios:

Blanca dijo...

Creo que eres un poco injusto con mi ministro (hablo como funcionaria). Su labor al frente del Ministerio ha sido bastante notable: aparte de lo que has comentado, que no es moco de pavo, hincarle el diente a los funcionarios con un nuevo Estatuto, bastante mejor que el que había y el impulso para la reconversión en Agencias Estatales a partes de la Administración, que por su idiosincrasia o su volumen de personal o presupuesto, deben tener autonomía para su mejor funcionamiento (por ejemplo donde yo trabajo, el CIEMAT).

Esto quizás sean cosas que no resaltan al común de los ciudadanos, pero en la vida adminiostrativa es muy importante.

Tienes razón de que es un ministro de perfil bajo, pero muy trabajador, y un gran administrador, gestor y buen socialista.

Zapatero le manda a enderezar Valencia, fíjate si confía en el... yo tambien confío.

Blanca dijo...

Ah, se me olvidó añadir que el Ministerio funciona de p. madre, en cuanto a los funcionarios se refiere.

Dardo dijo...

¡Ay!, mi estimado Animal, lo nuestro es un desencuentro sellado por el destino. Yo por el contrario creo que éste Ministro no se merece que lo hayan cesado visto el contexto del Consejo de Ministros.

Me creo que es bastante positivo. Como tú dices ha impulsado una nueva ley de la función pública y ha avanzado la cuestión de la Admond. virtual o electrónica. En esto los españoles (gracias a lo que se empezó a hacer en el anterior Gobierno) estamos a un nivel muy digno y superior respecto de otros países europeos.

Hoy nuestra Admond. en TIC (tecnologías de la información y de la comunicación) no tiene ni punto de comparación con lo que pasaba hace sólo diez años. Los procesos administrativos están volcados en programas y se ha logrado mucha agilidad. Luego hay que trabajar con toda esta colosal información. Y aquí está el factor humano. Este no ha cambiado y hay inercias que no acompañan esta modernización. Todos sabemos de lo que estamos hablando.

Le deja a su sucesor otro proyecto importantísimo: el de una nueva ley de régimen local. Algo que es posible que no se pueda a llegar a aprobar en lo que queda de legislatura y que es una pena porque las admones. locales son unas estructuras muy cercanas al ciudadano y con poca autonomía.

Ya hablaremos de Dixi. Por lo pronto en Salamanca os habéis quedado sin el prometido Centro de la Memoria Histórica. ¿Qué te parece?. Se lo vas a tener que preguntar a Caldera.

Dixi y Truquillo son en realidad unas víctimas. Tenían ministerios con todas las competencias transferidas. Pero ellas aceptaron ser rutilantes estrellas de la paridad.

Un saludo. Ya ves; a mí me gustaba Sevilla dentro de lo que cabe.

Anónimo dijo...

Buenas. En relación con la renovación de carteras, ahí va un enlace a un artículo de Victoria Prego al respecto que os puede resultar interesante (y discutible):
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/07/06/espana/1183722523.html

No dice gran cosa de Jordi Sevilla, pero tampoco lo denigra.
Personalmente este señor ya me gustaba cuando andaba por la oposición. Como ministro, poco he oído o leído, lo cual puede ser un buen indicio de partida: prefiero un ministro discreto y trabajador a un payaso mediático.
De su plan de conciliación familiar tengo muy buen concepto, aunque efectivamente, pocos se hayan beneficiado del mismo. También tengo una opinión favorable al nuevo Estatuto del Funcionario, en general a la modernización de la Administración y de la implantación del DNI electrónico, en particular.

En cuanto a las reformas ("culminación" dice usted sr. Animal... qué más quisiéramos) de los estatutos de autonomía... brrrr. No sé hasta qué punto son responsabilidad del Sr. Sevilla. La iniciativa probablemente no fue suya sino de su jefe, y eso le exhonera. Pero en fin... esto daría pie a mucho que hablar y escribir.

Anónimo dijo...

Blanca. Leo que usted trabaja en el CIEMAT. Qué interesante. ¿Ocupa un puesto técnico o simplemente burocrático? ¿Está usted versada sobre la rentabilidad energética de las conocidas como energías alternativas?

animalpolítico dijo...

Bien, me alegra comprobar que mis primeros comentaristas son más benévolos que yo con el ministro. Incluso Dardo, que me acusaba en ocasiones anteriores de hacer hagiografía...

En cualquier caso, Blanca, Dardo, mis críticas a Sevilla son de índole político y no de gestión, como cuidadosamente traté de resaltar. Creo que ha hecho la tarea gris que le correspondía con toda la eficacia y ambición necesarias.

Pero me parece indudable que, en lo político, no ha existido o si lo ha hecho ha sido para mal.

animalpolítico dijo...

Dardo, no minimizo la importancia de lo que ha hecho. Ya expliqué qué carencias le noto y no son en el plano de su gestión.

No quiero mezclar en la evaluación de Sevilla la de otros ministros, como la ridícula polémica acerca de si Calvo sabe o no latín. Si eso es hoy un requisito... te aseguro que no ha visto a ningún ministro pasar por nuestras aulas... Ni socialista ni del PP. Y tus informaciones acerca del Centro de la Memoria Histórica no corresponden con las mías.

En fin, creo que en aras de la crítica a la paridad se han criticado todo tipo de cuestiones para las que el único argumento de peso es únicamente ése.

Saludos, y gracias por subirnos la nota a Sevilla... ;-)

animalpolítico dijo...

Yo también, Lole, prefiero un ministro discreto y trabajador (Sevilla lo es) a un payaso mediático. Pero lo que prefiero de veras es un ministro discreto, trabajador y con un muy útil perfil político, o 'carisma', tipo Rubalcaba, Alonso, De la Vega o incluso Bermejo.

Ya ves, el supuesto 'político' natural, Bono, a mí no me gustaba. Se le ve demasiado. Aunque es muy eficaz en lo político.

Hablo de 'culminación' del proceso de transferencias, Lole. Y éste se ha concluido. Pero esto es distinto al proceso de reformas de los estatutos, que está en marcha, y que traerá, sin duda, nuevas transferencias...

Hablaremos de las reformas estatutarias, habrá ocasión.

Saludos

garib dijo...

Estoy completamente de acuerdo con animal en la dualidad sobre el perfil gestor y el político. Un ministro ideal debe tener un cierto grado de ambos y Sevilla no lo tiene. Y cuando no lo tienes y abres la boca más de la cuenta tiendes a menter la pata. Y un ministro tiene que abrir la boca obligatoriamente. El perfil tipo gestor lo veo más adecuado para Secretarios de Estado, que para eso están. Ahora bien, es cierto que tampoco vale un político "puro" sin nada más, aunque si es buen político y sabe rodearse de gente preparada para tomar decisiones puede ser más ideal de lo que parece. Estamos hablando de político en el sentido de comunicador, carisma, saber decir las cosas en su momento, transmitir resultados... no simplemente mediático. A mí Bono tampoco me gusta, no estoy seguro de si hubiera votado sociata si hubiera sido el líder del PSOE en lugar de ZP.

El caso de Sebastián es otro ejemplo de alquien que técnicamente puede estar preparado pero no vale como político.

¿Sabéis qué? Que la política está muy desprestigiada y que con la porquería y vulgaridad que hay parece que sólo con que hable un poco bien o gestione un poco bien o simplemente no insulte ya se es un buen político. Pues no, en un mundo más normal, ser un buen político es mucho más difícil, realmente es una posición que exige capacidades muy variadas y de mucho mérito.

Por cierto, tengo entendido que el tema de los estatutos se decidió llevar a nivel de presidencia y alrededores y no del ministerio de Sevilla.

Anónimo dijo...

Animal. A mi tampoco me gustaba Bono. Era un bocazas populista, y en su feudo, seguramente un cacique.

En cuanto a las trasferencias de competencias, el proceso ciertamente no culminará hasta que se reforme la constitución blindando las competencias estatales.

Ciertamente, de las reformas estatutarias, mejor dejarlo para otro momento. Ahí hay mucha chicha.

Garib. El sr. Sebastián no sólo es un político como bien se demostró ante Gallardón, sino que además no debe ser ni de izquierdas, viendo su modelo fiscal propuesto.

Blanca dijo...

Sevilla tenía un ministerio que no se adaptaba al brillo mediático, ni maldita la falta que le hacía. Ha sido un gran ministro de Administraciones Públicas. Los funcionarios con sentido común y sentido laboral y social del término, siempre se lo agradeceremos. Esperemos que Salgado continúe la labor. Conociéndola, no lo pongo en duda. Somos muchos miles de personas trabajando en la administración y muy mala fama de salida, en muchos casos injusta.

Lole, no soy técnica ni investigadora. Pertenezco al staff de la Subdirección de Admón. y Personal, que es la encargada de la conversión del CIEMAT en Agencia Estatal, entre otras cosas, y en eso estamos, intentando lo mejor para España en el campo del I+D+i, que no me cabe la menor duda, será uno de los impulsos modernizadores del Estado, de ahí mi alegría ante los nuevos nombramientos, sobre todo en el Ministerio de Sanidad.

Un abrazo... y te reclamo más nota a Sevilla, animal, con todo mi cariño y respeto.

Anónimo dijo...

Blanca. Gracias por la aclaración.

animalpolítico dijo...

Coincido plenamente con Garib en lo del perfil político esperable en los ministros. Es lo que yo quería decir.


Saludos

animalpolítico dijo...

Francamente yo no sintonizo con Bono, pero entiendo que pueda ser popular. No es el perfil de político que a mí me encandila, pero sí tiene un atractivo político para mucha gente. Y eso es algo exigible para un ministro, en mi opinión. Él se las sabe todas.

Sebastián, desde luego, o Sevilla carece de sensibilidad en ese aspecto político...

animalpolítico dijo...

Es verdad, Blanca, que para ser un buen gestor del ministerio no hace falta tener atractivo político. Pero para arrimar el hombro al éxito POLÍTICO de un gobierno hace falta un buen equipo de POLÍTICOS brillantes. En este aspecto, para mí, Jordi Sevilla no contribuye. Por eso estoy siendo duro con él. Aunque esto no me hace dudar de que su gestión como ministro habrá sido buena...

Saludos

Blanca dijo...

En este caso es como en todos, unos son más simpáticos, otros menos, unos altos, otros bajitos, guapos y feos, buenos y malos.

Sevilla no es simpático, el ministerio que le tocó es el menos "escaparatista": dirige (dirigía) la Función Pública y hace lo posible para que sea menos mastodóntica, más ágil, cercana al ciudadano, más descentralizada, menos burocrática.

Y tiene que lidiar con un colectivo difícil, gente generalmente muy preparada intelectual y académicamente, muy mal pagada, habida cuenta la cantidad de resortes que tiene en sus manos y la dependencia que todo ciudadano tiene de su buen desempeño. Y a la que todo el mundo exige y en muchos casos maltrata, aunque los despachos de cualquier recinto de la administración esté lleno de chistes de funcionarios. Un colectivo que lleva muchos años de congelación salarial, perdiendo nivel adquisitivo desde la época de Felipe González, el primero que frenó el crecimiento remunerativo funcionarial. Y con una carrera profesional excesivamente estanca, en la que no se asciende por méritos laborales, sino por saberse un tocho de leyes mediante examen, creando grandes frustraciones.

Y a todo ésto hay que hincarle el diente porque es un colectivo muy numeroso e imprescindible para el buen funcionamiento de los pilares del Estado...¿cómo se consigue?... Sevilla lo estaba logrando, espero que Salgado lo remate.

Gracchus Babeuf dijo...

Este ministro limitó las horas de las reuniones, porque exigía estar en casa a la hora de la cena de sus hijos. El Plan Concilia, que está en pañales es un compromiso personal del ministro Sevilla.

Más Administración electrónica. Paso a paso.

El Estatuto Básico de la Función Pública no es más que una Ley de Bases, por lo que la 'chicha' nos la jugamos en el desarrollo, pero es un buen principio. Y negociado, no impuesto.

Varios estatutos han salido, y no han salido mal. Si el peso político se lo llevó ZP, para eso están los ministros: para hacerle el trabajo a su Presidente.

Un 8 para Jordi Sevilla.

Plá es un desastre. Sevilla debe repetir en Valencia el éxito de López Aguilar en Canarias.

Blanca dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, gracchus.

En el CIEMAT se está negociando la conversión en Agencia con todos los sectores, siguiendo las normas que Sevilla impuso en toda la administración.

Lo que pasa es que, como dice animal y otros, hay ministros "que brillan", pero otros son brillantes en sus despachos... y con humildad pueden hacer muchas cosas. Cuanto menos "salgan" en los medios mejor, así nadie se mete con ellos y van trabajando como las hormiguitas. Los funcionarios le vamos a recordar con mucho respeto.

animalpolítico dijo...

Blanca, Gracchus, en realidad estoy con vosotros en las alabanzas a la gestión del ministro, insisto. Blanca, lo has explicado muy bien y he aprendido detalles contigo.

Aunque "mi ministerio" es otro (Educación), yo también soy empleado público desde hace muchos trece años y funcionario desde hace seis. Y comparto prácticamente todo lo que dices.

Mi única pega era la 'política', convenientemente relativizada por vosotros. No me pareció oportuno pasar por alto este problema, que me parece de una importancia relativa, a fuer de ser creíble y honesto en mis evaluaciones.

Y creo que este 'defecto' no es halagueño para su éxito en Valencia como López Aguilar en Canarias. Porque López Aguilar era y es esencialmente mediático y muy atractivo políticamente. Justo lo opuesto a Sevilla.

Pero veremos, el PSOE valenciano difícilmente puede empeorar sus resultados...

SPOOK dijo...

Blanca dice: “gente generalmente muy preparada intelectual y académicamente, muy mal pagada” .
La réplica es evidente. ¿por qué no se van al sector privado?.
¿Por su amor al servicio público?...
¡Menos lobos¡ los funcionarios españoles, con la productividad más baja de Europa, son un colectivo privilegiado a costa de los demás productores. E interesados en conservar este “statu quo”. (Alejandro Nieto lo cuenta mejor que yo).
En otra ocasión hablaré de la corrupcíón y de la burla de las incompatibilidades de estos ejemplares servidores públicos.
Hay excepciones que confirman la regla.

animalpolítico dijo...

La verdad, Claire, es que también es fácil replicar a tu comentario. ¿No has oído a ningún otro sector laboral quejarse de lo que ganan? ¿por qué a quien le parece tan privilegiado el funcionariado no se hace funcionario?

Los funcionarios españoles son un colectivo muy variopinto. En "funcionarios" habría que meter policías, médicos, carteros, profesores, enfermeras, administrativos, inspectores de hacienda, jueces, fiscales, diputados, ministros, conserjes, ordenanzas, conductores de trenes o de ambulancias...

Pero ellos no viven a costa de los demás productores. No vivimos (yo soy profesor) a costa de los demás productores. Vivimos a costa de nuestro trabajo. Cuando tú vas al médico o tu hijo a un colegio y no pagas lo que el servicio cuesta es porque el ESTADO, al que contribuimos todos (nosotros también pagamos impuestos) paga ese servicio, no porque el trabajo de esas personas sea gratis...

Entre los funcionarios públicos hay todo tipo de personas, corruptas también. Pero imagino que no me estarás contando que entre los ciudadanos que no son funcionarios públicos todos son honrados. Sería poco menos que ridículo.

Me parece que no tiene sentido dividir a los ciudadanos en 'buenos y honrados trabajadores' de un lado y 'funcionarios' de otro. No creo que haga falta ni argumentarlo más.

Blanca dijo...

Claire, animal te ha contestado. Lamento que seas una más en el gusto por los estereotipos.

Para hablar de ciertas cosas, hay que saber de qué se habla y tu disertación adolece de un profundo desconocimiento de la Administración del Estado y del colectivo que trabaja en ella.

Blanca dijo...

Y añado... no todos tenemos ese gusto que tu insinúas y además valoras, por la pasta... los hay que creemos que servir al Estado es gratificante, aunque ganemos menos.

Es una cuestión de conceptos y valores. Los míos no coinciden con los tuyos, evidentemente.

garib dijo...

Bueno, bueno, si puede ser que haya habido exageraciones por un lado, tampoco nos vayamos por el lado corporativo. Hablar de los funcionarios en general es difícil, porque como dice animal es un colectivo muy variado y como en todos sitios, cuecen habas. Pero unos cierto privilegios si tienen (o tenemos, yo no soy funcionario pero como profe de la uni con contrato indefinido, como si lo fuera) al menos en algunas áreas.

Pensad amigos que tal vez conocéis las áreas de funcionariado que habéis tocado de cerca, pero tampoco vosotros podéis generalizar. Hace ya muchos años estuve un tiempo trabajando en la admon. de Justicia, en varios lugares, con lo que pude obtener una imagen del asunto. Básicamente la mitad era muy profesional, trabajadora y competente y la otra mitad no daba palo al agua excepto si se veía forzada. De esta última, una buena parte llegaba con ganas de trabajar, como todo hijo de vecino, pero acababa en ese apoltronamiento porque si no al final acababa sacando las castañas del fuego a los demás. Eso se daba desde el administrativo más bajo hasta el fiscal o juez. Seguramente la cosa ha evolucionado bastante, pero viendo como va la justicia, apuesto a que todavía le falta. Del tema de la uni, animal, yo lo dejaría aparte, por mi parte podría largar hasta cansarme. Es un tipo de funcionariado completamente distinto, con acceso distinto, controles distintos y muchos, muchos privilegios. Me incluyo, como dije, sin ser funcionario.

En general, el problema del funcionariado era la falta de control, la falta de incentivos para promocionar para los que sí daban el callo, horarios muy arregladitos que perjudicaban al ciudadano (aunque eso sí, sueldos apretados también) y una gestión poco profesional con una visión muy endogámica en ocasiones en la que se pierde la perspectiva de servicio público. Yo creo que ha ido mejorando, pero también creo que falta camino por andar.

Como he dicho en todos sitios cuecen habas, pero cuando hablamos de servicios públicos, las habas las pagamos nosotros. En la privada que hagan lo que quieran. Si la gente critica, no sólo será por tópico, blanca, es que algo queda.

Anónimo dijo...

Sólo un inciso. En cuanto a las remuneraciones, en general en el sector público se cobra menos que en el privado en las escalas altas. En cargos menos cualificados, se gana más que en el sector privado.
Cosa aparte, es la seguridad contractual que implica el funcionariado, que no tiene precio. Así como saber que puedes ejercer tus labores hasta la jubilación. Desgraciadamente, hoy en día es difícil encontrar una empresa que esté dispuesta a tenerte en nómina de buen grado más allá de los 50. Ay del que pasada esta edad pierda el empleo por la razón que sea.
Personalmente estoy a favor de la Función Pública, y ya me gustaría ser funcionario.

SPOOK dijo...

Tal como se ha puesto el comentario quizá sea prudente aclarar antes de seguir que fui funcionaria , y a los dos años abandoné quemando las naves (renuncié expresa y voluntariamente a la excedencia). Pertenecía al cuerpo superior como Ingeniero industrial en el Ministerio de Industria.
Por la razón que ha expuesto Blanca más arriba ”Y con una carrera profesional excesivamente estanca, en la que no se asciende por méritos laborales, sino por saberse un tocho de leyes mediante examen, creando grandes frustraciones”. Por lo mismo me he alegrado mucho de que ninguna de mis dos hijas haya hecho oposiciones a la administración. Ni para mi ni para ellas quiero frustraciones.

Animalpolítico, muchos, muchísimos obreros y empleados desearían tener nómina del estado, y al revés no. ¡No es válido su peloteo¡
No, no viven costa de los demás productores, pero se diferencian por sus privilegios.
No es fácil de justificar que Uds. paguen impuestos- me refiero al IRPF-, en el mercado los salarios brutos los fija el mercado y el IRPF es claramente una contribución del trabajador. En la administración no es así de transparente.
¿A qué viene lo de los corruptos?. Yo no he querido tocar el tema. Pero ya que lo saca, el empleado privado puede ser desleal con el propietario pero el funcionario estafa al estado.¡no es lo mismo¡ (de hecho el reglamento del funcionario es mucho más exigente).
Lo de dividir a los ciudadanos por su nómina estatal o privada es cosa suya. ¿Puede indicarme donde ha extraido tal idea de mi comentario?. O sólo intenta descalificarme con infamias?.

Blanca prefiero que considere lo anterior como respuesta.
Su agresividad no me invita a responder de otro modo.

SPOOK dijo...

Para Lole
Eso de ”las remuneraciones, en general en el sector público se cobra menos que en el privado en las escalas altas” era antes, ahora hay mucho mileurista con títulos y masters, y mucho ingeniero con cinco años de experiencia y no más de cuarenta mil euros de ingreso bruto anual. Sé lo que digo, pero muchos…muchos, más de la mitad entre los de esa edad.(lean las encuestas de los colegios profesionales).

Yo no estoy en contra de la Función Pública, es necesaria para el buen funcionamiento de un pais moderno. Pero eso no me impide criticar a los funcionarios. Es más, porque estoy a favor, exijo que los funcionarios honren la función pública con una dedicación y esfuerzo que hoy está ausente. Y si están frustrados ,como escribe Blanca, es imposible realizar bien el trabajo.
La frustración conlleva el rencor, culpar a los demás y a la eterna queja, todo menos solucionar el problema.

.

animalpolítico dijo...

Garib, yo no creo en el corporativismo y he sido el primero en criticar lo criticable del sistema, incluyendo sin duda el de la Universidad, a menudo tremendamente injusto con 'los jóvenes' (en este entorno la gente con cuarenta y algo son, somos jóvenes...). Pero no es aceptable una descalificación global ni es aceptable hablar de 'privilegios'. Por una sencilla razón: todos somos iguales ante la ley y todos podemos optar, si queremos, a ser funcionarios. ¿Privilegio? Un contrato indefinido... obtenido en competencia con muchos otros candidatos. Lo malo no es tanto el sistema como la corrupción del mismo: aquel que no consigue una plaza aún siendo objetivamente el que más méritos tiene porque hay alguien que ha tenido más 'ayudas'.

Claro que en todos los sitios cuecen habas. Pero no hay ningún otro sector laboral al que se le descalifique de modo global sin que ello se considere inapropiado.

Si yo te contara, Garib, lo que podría 'largar', como tú dices, de la Universidad...

Claro, Lole, que la seguridad laboral del funcionario es algo muy atractivo. Por eso hay tanta gente que quiere lograrlo. Pero no creo que se pueda definir como 'privilegio', pues es algo que esas personas logran de acuerdo con las reglas del sistema...

animalpolítico dijo...

En realidad, Claire, no creo que sea tan relevante que indiques que tú has sido funcionaria en el pasado, aunque se agradece la información, porque realmente no te estamos valorando a ti sino a tus palabras.

En cuanto a los defectos del sistema y de las vías de promoción dentro de la administración, todos somos conscientes de ellos, especialmente aquellos a quienes nos atañe personalmente, y todos deseamos que mejoren.

Claire, no puedes hacer afirmaciones del tipo "muchísimos obreros y empleados desearían tener nómina del estado, y al revés no. ¡No es válido su peloteo¡". No puedes, entre otras cosas, porque no es cierto. El salario medio de los empleados públicos es más bajo que el salario medio de los españoles, y eso significa que hay mucha gente cobrando del estado menos dinero de lo que muchos cobran en el sector privado.

Muchos profesionales cobran menos si trabajan para el estado que si lo hacen para la empresa privada. Pero también gente de otros niveles. No podemos generalizar.

Y yo no hablo para pelotear, hablo desde los datos que tengo y porque ésa es mi opinión.

¿Cómo que no es fácil de justificar que nosotros paguemos impuestos? ¿qué quiere decir eso? Yo pago impuestos, los que me corresponden, por el salario que gano por mi trabajo, el trabajo que yo he logrado. Igual que cualquiera. No veo ninguna diferencia ni privilegio ni nada de nada.

Lo de la corrupción lo has sacado tú, no yo. Repasa tu comentario anterior. Y yo no he sido quien ha descalificado de modo global e indiscriminado a varios millones de personas: "¡Menos lobos¡ los funcionarios españoles, con la productividad más baja de Europa, son un colectivo privilegiado a costa de los demás productores. E interesados en conservar este “statu quo”...
En otra ocasión hablaré de la corrupcíón y de la burla de las incompatibilidades de estos ejemplares servidores públicos".

Y luego soy yo el de las infamias...

animalpolítico dijo...

Claire, toda generalización es, por esencia, injusta, y, por naturaleza, estúpida.

"exijo que los funcionarios honren la función pública con una dedicación y esfuerzo que hoy está ausente" es una generalización que tiene una buena carga de ambas cosas: injusticia y estupidez.

Y si quienes consideran, en contra de su inmenso saber, que está usted siendo injusta, los define usted como 'frustrados', 'rencorosos' y 'quejicas', yo voy obteniendo una idea más cabal del modo de valorar este tipo de comentarios.

Un saludo

SPOOK dijo...

¿privilegios?.
- Salario de por vida, con la sóla obligación de fichar o excusar la ausencia.
- Acceso preferente (favoritismo que perjudica a terceros), por compañerismo, amistad o como quiera llamarlo, a los servicios públicos, yo tengo, por mi esposo, conocimiento en sanidad y supongo que será igual en otros servicios.
- Práctica imposibilidad de traslado geográfico forzoso.
- Posibilidad de exigir el cumplimiento estricto de la reglamentación de seguridad e higiene sin temor a represalias. Por cierto, los funcionarios inspectores no son precisamente ni muy exigentes ni muy activos exigiendo dicho cumplimiento a la empresa privada.

Y en muchos casos hay un privilegio de raiz, todos aquellos que no han obtenido la plaza por oposición libre: oposición restringida tras el acceso “digital”, los que accedieron por los acuerdos de la Moncloa según el decreto Moscoso, y ese, digamos 20 % que aprueba la oposición sin merecerlo y en detriomento de otros. (Usted lo cita, quizá pueda dar un porcentaje más ajustado). ¿Qué proporción representan éstos respecto a los que han obtenido la plaza en oposición libre?.

Si, he dicho que hablaré de corrupción en otra ocasión, no ahora. Sólo constato que existe, de lo cual usted mismo da fé. De la burla de incompatibilidades no hace falta que de fé, es demasiado pública y publicada. Señalar estas realidades no es infamia, son realidades.

Mire Animalpolítico, no era mi intención aportar mi experiencia como funcionaria, pero las descalificaciones gratuitas y personales de Blanca me obligaron a ello. Por mi preparación de la oposición, por mis dos años de experiencia, por mi continua relación profesional con la administración, por mi familia, por mis amigas, por los amigos de mi marido tengo sobrado conocimiento del trabajo de la administración para escribir lo que he escrito, aunque Blanca opine que no. ¡Eso si que es hablar sin conocimiento.¡

No, yo no he definido como frustrado a nadie. La frase ”una carrera profesional excesivamente estanca, en la que no se asciende por méritos laborales, sino por saberse un tocho de leyes mediante examen, creando grandes frustraciones” está en un comentario de Blanca antes de entrar yo en este blog. Yo he dicho que ”La frustración conlleva el rencor, culpar a los demás y a la eterna queja, todo menos solucionar el problema” y eso es verdad.

Parece que es demasiado pedir que intente leer sin inventar. Usted sabrá que interés le lleva a ello. Evidentemente no es una actitud en pro de la verdad.

animalpolítico dijo...

Amiga Claire. Interés ninguno más allá de tratar de reconducir generalizaciones injustas a un nivel más adecuado. Yo no me las invento, usted las repite.

No tiene demasiado sentido que nos pongamos a rivalizar quién ha sufrido más o menos en su relación con la administración, porque ése no es el tema.

Mire, es simple. No se puede decir que los funcionarios no trabajan. Muchos trabajan mucho. Otros poco, otros se rascan la barriga. Claro que sí. Pero decir que "los funcionarios no trabajan" es injusto y no es verdad, dicho así.

No se puede decir tampoco que tienen privilegios, porque tampoco es verdad. Porque no vale la casuística, el ejemplo concreto del enchufado, cuando uno está arrogándose la capacidad de juzgar a un colectivo. El que algunos se lleven plazas por enchufe a quien más perjudica es a quien no se la lleva, en muchos casos funcionarios también.

Repaso lo que usted considera 'privilegios':

"- Salario de por vida, con la sóla obligación de fichar o excusar la ausencia." No es verdad. Si no cumplen con su trabajo pueden recibir sanciones y hasta perder su empleo. En cualquier caso, la contratación indefinida la hace el empleador (el estado) entre aquellas personas que elige porque son las que considera mejor cualificadas para el puesto en cuestión. Podemos discutir mucho de los procesos de selección, de lo adecuados que son o de cómo hay personas que los pervierten. Podemos hablar.

Pero no podemos decir que los funcionarios son 'privilegiados' porque tienen trabajo estable. Eso no es un privilegio, es algo que ellos han logrado en libre competencia con quienes hayan querido o podido presentarse a las plazas en cuestión. ¿Tiene un privilegio un alto directivo de una empresa por cobrar diez veces más que yo?

"- Acceso preferente (favoritismo que perjudica a terceros), por compañerismo, amistad o como quiera llamarlo, a los servicios públicos, yo tengo, por mi esposo, conocimiento en sanidad y supongo que será igual en otros servicios."
¿Cómo va a ser esto un privilegio de los funcionarios? Lo que es, es una vergüenza de la que se benefician los sinvergüenzas de turno. Y a quienes perjudica es, generalmente y en primer lugar, a otros funcionarios...

"- Práctica imposibilidad de traslado geográfico forzoso."
Ni es cierto del todo (piense en militares, etc.) ni se benefician de ello sólo los funcionarios. Y aunque fuera así, eso son las condiciones laborales del grupo. Esto no es 'un privilegio'.

"- Posibilidad de exigir el cumplimiento estricto de la reglamentación de seguridad e higiene sin temor a represalias. Por cierto, los funcionarios inspectores no son precisamente ni muy exigentes ni muy activos exigiendo dicho cumplimiento a la empresa privada". Francamente no creo que casos muy concretos le faculten a usted para descalificar al conjunto. Soy funcionario y casi no sé ni de lo que me está hablando. Pero, claro, hay funcionarios en todos los ministerios, con tareas y circunstancias totalmente dispares...

En fin, no veo sus 'privilegios' por ningún lado, de modo que parece que no soy el único con gran inventiva. En el fondo, la imaginación es una virtud, es verdad.

Blanca dijo...

Claire, ves la paja en ojo ajeno y no la viga en el propio.

Dices que soy bronca en mis exposiciones. Solo repasa las tuyas y veremos quien es más "vehemente".

Nos has llamado de todo, solo repasa tus entradas. A todo lo que has dicho solo te puedo responder con que estás muy resentida y trasluce por todos tus poros, tu sabrás el por qué, a mi no me importa lo más mínimo.

Anónimo dijo...

Animal. Me he explicado mal y por tanto, me he expuesto a una malinterpretación.
Me ha faltado entrecomillar la palabra privilegio. Lo entiendo en términos relativos. Nunca he considerado que las condiciones laborales de los funcionarios en general sean privilegiadas en absoluto, aunque sí a veces en términos relativos. En realidad son las condiciones laborales a las que deberíamos poder aspirar en el sector privado, en el que, por indefensión, la mayoría de los "curritos" estamos expuestos a todo género de abusos.
Por ejemplo, los funcionarios, en general, tienen el "privilegio" de poder exigir el cumplimiento de la ley en sus circunstancias laborales. Por supuesto, esto no es un privilegio en términos absolutos, y sí, un drama en el sector privado al no poder exigir algo tan básico en muchas ocasiones.
Saludos

SPOOK dijo...

Para Lole
Excelente comentario. Muy bien fijada la posición.
Es a los funcionarios a los que cabe responsabilizar de que sean respetadas las leyes laborales y que se cumplan en todos los ámbitos, no sólo en el suyo.

animalpolítico dijo...

Correcto, Lole. Sólo añadiría que la administración tampoco es que sea un dechado de perfecciones como empleador y hay historias que serían para no dormir. O si quieres recordamos lo que hicieron los gobiernos de Aznar congelando los salarios de todos los empleados públicos (funcionarios o no) por tres veces en pocos años. A ver qué empresa es capaz de hacerlo...

SPOOK dijo...

para Animalpolitico
En tales casos, las empresas privadas pactan un ERE con el ministerio de trabajo.

SPOOK dijo...

para Animalpolitico
En tales casos, las empresas privadas pactan un ERE con el ministerio de trabajo.