Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

domingo, 27 de enero de 2008

Españoles de carnet

Supongo que aceptaremos que, en teoría, los españoles serán los ciudadanos que han nacido o residen legalmente en España. Al menos eso dice su DNI. Así, supongo que, especialmente los más preocupados por las esencias, extenderán el gentilicio 'español' incluso a los ciudadanos del Goyerri, de las tierras altas gerundenses o a los nacionalistas gallegos, baleares, valencianos, navarros o canarios. Supongo que, al menos, los buenos españoles no tendrán ninguna duda al respecto.

Siendo esto así como principio teórico, siempre me hace pensar la expresión esa de 'los dos principales partidos' como sinónimo implícito, no expreso, de 'la España de verdad', la que tiene la obligación o el designio divino de determinar el rumbo de nuestra nave común.

Siempre me gusta constrastar las impresiones objetivas con datos. Aunque soy de letras, reconozco la objetividad de las cifras desnudas como un argumento muy importante. En España, el 9 de marzo, podrán votar algo más de 35 millones de ciudadanos. Me parece significativo, entonces, señalar que los algo más de 9 millones de ciudadanos que votaron al PP en 2004 y los casi once que votaron al PSOE no pueden dejar fuera "del sistema" a la nada despreciable cifra de quince millones de votantes.

Quince millones de españoles juntos tendrían una holgadísima mayoría absoluta en el Congreso. La opción de los que no votan "a los dos grandes partidos" barrería en las generales si compareciese a las elecciones unida. Conviene, por tanto, rebajar un tanto las pretensiones de ciertos estrategas de bar, políticos de pincho y caña, pseudoperiodistas de diagnóstico fácil, con frecuencia oído antes a otro. La voluntad de poco más de veinte millones de españoles (PSOE+PP) no puede ser la única válida en un total de 35. Y, por supuesto, aún menos, la voluntad de 9 millones de elegidos no puede ser la esencia divina de la voluntad de los 35. El que esos nueve y sobre todo sus líderes políticos, mediáticos, sociales, periodísticos o eclesiásticos griten mucho no tiene por qué enmudecer a los 26 millones restantes. Es la esencia de la democracia. Precisamente. Y la voluntad de los españoles. Precisamente.

Esa retórica nacionalista, del más barroco nacionalismo hispánico, esa presunción de ruptura de la patria eterna, que no ven por ningún lado al menos 26 millones de españoles, no puede ser un condicionante por sí sola. En Cataluña viven 7,2 millones de ciudadanos, de los 44 del país en su conjunto. Esos 7,2 optan, políticamente hablando, por opciones nacionalistas (CIU, ERC) y/o de izquierdas (PSC, ICV...), y no compran el mensaje rancio de este PP, con su anticatalanismo latente. Por ello el PP es allí sólo la 4ª o 5ª fuerza política. En 2004, PSOE obtuvo 21 diputados, CiU 10, ERC 8, PP 6 e ICV 2. En la óptica catalana no es comprensible eso de que PSOE y PP son los partidos de las esencias. No puede serlo.

Pero es que algo semejante sucede con el País Vasco y sus 2,1 millones de habitantes. También es ampliamente mayoritario el rechazo a sus tesis políticas. En 2004, el PSOE obtuvo 7 diputados, el PNV obtuvo 7, EA obtuvo 1, y el PP obtuvo 4. Luego la línea que el PP ha marcado claramente en los últimos años en el tema vasco no la apoya el 81% de los votantes vascos.

Por razones distintas, de índole más histórica o ideológica, la línea del PP viene sistemáticamente siendo derrotada en Andalucía, la comunidad más poblada de España, con más de 8 millones de ciudadanos. Aquí es la segunda fuerza, pero el PSOE lleva varias legislaturas de mayorías absolutas y ha mantenido una posición de dominio apabullante en el respaldo popular. Es muy fácil el recurso antidemocrático con frecuencia esgrimido a una hipotética y proverbial ignorancia popular como explicación de un clientelismo enfermizo y endémico en estas tierras. Pero esto es absurdo. En una democracia creemos en el principio intocable del 1 ciudadano 1 voto y no tenemos derecho a deslegitimar ninguna elección por una supuesta falta de conocimiento o raciocinio del cuerpo electoral. CIERTO ES QUE EN ESTO CAEMOS TODOS. Pero no debemos.

Situación, salvando las distancias, en general semejante a la andaluza, es la de Extremadura (1 millón) y la de Castilla-La Mancha (2 millones). Luego podríamos hablar de un bloque de 11 millones de españoles del sur 'estructuralmente' con mayorías de izquierdas.

Otros lugares de España con amplio apoyo a la izquierda y/o a fuerzas nacionalistas son Galicia (2,8 millones), gobernada por una coalición de socialistas y nacionalistas (lo de 'nacionalsocialista' tan del gusto de mi COPEdona es tan burdo, y casi criminal, que merece mi desprecio más profundo), Baleares (1 millón) o Cantabria (0,6 millones).

Es decir hay una cifra de 24,7 millones de españoles que han elegido ser gobernados por opciones alejadas de la retórica del españolismo.

Los 20 millones restantes, tampoco es un bloque homogéneo. Tenemos el caso peculiar de una comunidad, Canarias, en la que la fuerza más votada está en la oposición, pues en flagrante contradicción con la retórica del PP, cuando les ha interesado, han pactado con una fuerza nacionalista minoritaria para arrebatar el poder a los socialistas. Si los nacionalistas hubieran elegido allí lo mismo que en otros lugares del país, los 2 millones de ciudadanos de las islas afortunadas deberíamos incluirlos en el bloque de arriba.

En cualquier caso, en esta legislatura ha sido notoriamente más natural la relación de la izquierda española con los nacionalismos periféricos que la de la derecha con resonancias neofranquistoides que nos ha castigado el hígado estos meses.

Luego hay un grupo de comunidades de población menos significativa y en la que las fuerzas están bastante parejas entre PP y PSOE, pero en las que hubo un deslizamiento notable hacia la izquierda en 2004 con respecto a 2000: Asturias (1 millón), Aragón (1,2 millones), La Rioja (0,3). A su lado hay comunidades claramente en manos de la derecha desde 'siempre', estructuralmente conservadoras, aunque en manos socialistas en los primeros ochenta, y de población escasa: Castilla y León (2,5 millones) y Murcia (1,3). En ellas también se viene notando un paulatino deslizamiento hacia la izquierda, que ha dado ya varias alcaldías importantes al PSOE y, lo que es quizá más notable, un número mayor de votos al PSOE que al PP en la provincia de León en las municipales de 2007. Más ancladas en la derecha parecen por ahora Ceuta (76.000 habitantes) y Melilla (69.000). Aquí las razones parecen ir por la extracción social de los ciudadanos.

La fuerza y del discurso del PP se basa en dos bastiones fundamentales. Madrid y Valencia. La comunidad de Madrid, con sus 6 millones de habitantes, tiene un patrón de voto muy semejante al de su hinterland castellanoviejo (mientras que su región natural, Castilla La Nueva, es de voto progresista). En los últimos años estructuralmente conservador. No obstante, su relevancia es mucho mayor, por su población. Parece, no obstante, que el ligero deslizamiento hacia la izquierda que se detecta en la meseta del Duero, o el gusto por lo izquierdoso en la meseta del Tajo, no medra en la capital. Parece que el discurso de la nación desgarrada vende mejor en la capital... que quizá se siente en la obligación de velar por SU nación.

Otras tierras excepcionales son las valencianas. Excepcionales por población y por el pertinaz apoyo a las opciones políticas conservadoras. En los últimos años también la Comunidad Valenciana es estructuralmente conservadora. Uno de los mejores ejemplos lo tenemos con la familia Fabra en Castellón. Apoyo impertérrito. Los 6 millones de Madrid y los casi 5 de la Comunidad Valenciana, muestran un conjunto donde retóricas nacionalistas españolas cuajan bien. En Valencia el anticatalanismo vende bastante bien. Es algo cultural.

En fin, los ciudadanos de las tierras de España que viven en comunidades en las que el voto es mayoritariamente de izquierdas o nacionalista, suman cerca de 25 millones. Mientras que los ciudadanos de tierras de España dominadas en el presente por opciones conservadoras suman cerca de 20. Una nueva muestra de la esquizofrenia de la vieja España.

El nuestro es un país complejo, con muchos matices, con muchas caras. No hay UN modo de ser español. Hay muchos. No hay un modo mejor que otro de ser español, siempre que se respete la legalidad, la democracia y al conciudadano. No hay carnets de primera y de segunda. Mi voto vale igual que el de un vecino de Lekeitio, o de Sitges, Leganés, Benidorm, Fuerteventura o Betanzos. TODOS tienen el mismo valor.

13 comentarios:

Gracchus Babeuf dijo...

Alguien me dijo: Si los valencianos fueran negros, votarían al Ku klux klan.

ybris dijo...

Pues eso. Habrá que cambiar la ley electoral y hacer por fin del senado una cámara territorial. Un hombre, un voto, sea de donde sea (se admite que no haya medio diputado en cortes).
Los mayoritarios necesitan la humildad y la sabiduría de la minoría y no podemos sacrificar la voluntad ciudadana en aras de la gobernabilidad.

Abrazos

Anónimo dijo...

Lo que acabas de contarnos es la esencia misma de la democracia, pero es, precisamente, lo que no gusta en la derecha.

¿Cómo va a valer lo mismo - dicen - el voto de uno que no se siente español que el de uno que sí? ¿Cómo va a valer lo mismo el voto de un ingeniero que el de un labriego?

Claro, era mucho mejor antes, cuando se elegían entre ellos... lo que pasa es que eso era oligocracia ... y no democracia, esa cosa que tanto repelús de facto les produce...

Anónimo dijo...

Aunque lector habitual del blog nunca he comentado, pero quiero hacer un pequeña excepción hoy. Si las cifras de las Comunidades dadas se refieren a la población total y no sólo con derecho a voto debo decir que la de Canarias supera ya los 2 millones.

Atentamente.

desahogandome dijo...

Hay españoles que no son españoles.

Creo que faltaba decirlo así de claro.

Un saludo

animalpolítico dijo...

La frase es buena, Gracchus, pero yo prefiero resistirme a caer en ese tipo de valoraciones, por las razones que comento a propósito de Andalucía. Yo puedo tener una impresión personal de que valencianos o madrileños están 'equivocados' al votar. Pero esto es un terreno resbaladizo que debemos ver con objetividad y frialdad. Ellos votan lo que quieren. "Alomojó" el equivocado soy yo... (que no creo ;-), pero en fin...).

animalpolítico dijo...

Sí, Ybris, yo creo que lo de repensar el Senado es una necesidad urgente.

Tienes toda la razón, Maripuchi, bloguera-reportera. Me ha encantado que compartieras tu experiencia con 'la población civil'. Un abrazo.

animalpolítico dijo...

Manwe, gracias por partida doble. Por leerme y por el apunte. Tienes razón. Aunque no lo parezca, esta entrada me ha resultado laboriosa. La gran cantidad de cifras, que he ido sacando sobre todo de las referencias de Wikipedia, las he reflejado con cuidado de no equivocarme. Pero me he equivocado. Creo que había puesto a Canarias la población de Cantabria, por error. Gracias por tu apunte, tienes razón. Ya lo he corregido.

Espero que no haya más errores...

Un saludo, amigo/a ¿canario/a?

animalpolítico dijo...

Eso es, Txantxangorri, eso creo yo.

Anónimo dijo...

"En Valencia el catalanismo vende bastante bien. Es algo cultural."

Imagino que en esta frase te ha faltado un "anti". No sé si será un cierto complejo de inferioridad, por rechazo a la cosa esa de los independentistas catalanes de "els Països Catalans", o por otras razones sociológicas más profundas, pero el deslizamiento hacia el nacionalismo españolista en Valencia, roza a veces el absurdo. Véase si no el gilipollesco debate en torno a la denominación de la lengua común en la comunidad, o la censura a la señal de TV3.

Saludos

Adivagar dijo...

Animal, solo una tangenciada de las mías.

No entiendo muy bien el motivo, pero "carnet" ha sido retirado del diccionario de la RAE. Ahora la real academia solo acepta "carné", castellanización del término francés, creo. Yo sigo escribiendo carnet, pero manda webs que el término correcto acabe sucumbiendo al término deformado. En fin, supongo que así es como evolucionan las lenguas. De eso sabes tú mucho más que yo.

Un saludo.

animalpolítico dijo...

Tienes razón, Fogars, es una errata. Has captado lo que quería decir. Lo corrijo ahora mismo.

Lo de la 'lengua valenciana' como algo radicalmente diferente a catalán y mallorquín, para un filólogo, es de risa.

Adivagar, yo me niego a usar "carné". Carnet también se admite, según la mayoría de lexicógrafos (Seco en su diccionario de dudas, por ejemplo), y yo prefier o usar la ortografía francesa original.

También escribo septiembre, psicología, y no los admitidos setiembre, sicología, etc.

Saludos

J. G Centeno dijo...

Buen post, como siempre, que viene a decir lo que ya sabemos, aquí no hay opciones políticas tan mayoritarias como para entre las dos decidirlo todo. Además dentro de las fuerzas, llámemos estatales, no hay tanta uniformidad, no tienen la misma idea de España el PSC, el PSE-EE, o la federación extremeña del PSOE, ni Ezker Batua berdeak comparte los mismos presupuestos que el resto de Iu. Sólo el Pp, ¡España una, grande y libre! tiene una actitud monolítica y así les va.