Trampantojo

Un trampantojo (o «trampa ante el ojo», del francés trompe l'œil, «engaña al ojo») es una técnica pictórica que intenta engañar a la vista jugando con la perspectiva y otros efectos ópticos. Los trampantojos suelen ser pinturas murales realistas creadas deliberadamente para ofrecer una perspectiva falsa. Pueden ser interiores (representando muebles, ventanas, puertas o escenas más complejas) o exteriores, en muros de edificios. También pueden encontrarse trampantojos pintados en mesas (aparentando naipes dispuestos para una partida, por ejemplo) u otros muebles.

A pesar de que los trampantojos son más propios de la pintura, también existen famosos «engaños» en arquitectura (algunos de los más conocidos son la Scala Regia en el vaticano de Gianluca Bernini o la Galería Spada del Palazzo Spada de Borromini), o en el cine, especialmente hasta la aparición de los efectos especiales digitales. Desde simular una vista exterior a través de una ventana en escenas rodadas en decorados interiores, hasta la simulación de todo un "grandioso" decorado exterior.

Esteban González Pons es un político valenciano que es mucho más joven de lo que parece físicamente. Sólo tiene 44 años. Quizá por ello haga tantos esfuerzos conscientes y visibles de parecer abierto, moderno y a la moda.

Esteban González Pons parece un político moderado y de centro. Pero sus declaraciones con frecuencia son tan radicales como las del mejor Acebes y tan a destiempo como las del más sonriente Zaplana. Como con su edad, parece que estamos ante un esfuerzo semejante al de los autores más diestros en esto del trampantojo.

Esteban González Pons, uno de los más genuinos representantes del 'nuevo' PP centrista del escaldado Rajoy, parece inteligente y culto si se le escucha su tono cuando habla, pero si se escucha con atención el contenido de lo que dice, su nivel de debate político es ciertamente bajo.

Esteban González Pons ha dicho hoy, por ejemplo, que a ningún demócrata se le ocurriría pedir el apoyo de la oposición sin peros ni condiciones a un plan del gobierno. Difícilmente es aceptable semejante falacia. Una democracia es gobernada por la voluntad del pueblo soberano, manifestada en las urnas. El gobierno ha nacido de la voluntad del pueblo soberano. El gobierno del pueblo PUEDE pedir a la oposición su apoyo. Esto no es antidemocrático. La oposición puede negárselo o concedérselo. Ni una ni otra respuesta es antidemocrática. Eso sí, el pueblo las valorará.

Lo que sí es antidemocrático es que la oposición pretenda suplantar al gobierno en su papel y decidir si los presupuestos deben o no discutirse en el Congreso. Eso propone Esteban González Pons, moderadamente.

Lo que es digno también de la atención ciudadana es el comportamiento de un partido político que, ante las innegables dificultades financieras internacionales, está haciendo todo lo que está en su mano para dinamitar la confianza de la población y de los inversores internacionales en la salud del sistema bancario español, aquejado, si acaso, del peligro sombrío de la falta de confianza internacional en medio de esta crisis internacional de... confianza. Confianza, vaya, el lema del PP...

Esteban González Pons afirmó que nuestro sistema financiero "no estaba para presumir de una forma inconsciente como hizo Zapatero en Nueva York".

Sin duda, señor González Pons, hubiera sido más adecuado que Zapatero hubiera dicho en Nueva York que el sistema bancario español está al borde de la quiebra. Esto hubiera sido más productivo... (al menos para el PP y a España que le den) y se parecería menos a un trampantojo... ¿no, amigo extremocentrista?