Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

martes, 21 de octubre de 2008

Una sanidad para el siglo XXI

Por distintas razones que no vienen demasiado al caso, sigo de manera muy cercana la política norteamericana y con sentimiento de trágica inevitabilidad sufro de manera muy próxima la política española. Desde hace unos años resulta evidente para mí que las políticas, tácticas, estrategias, declaraciones, valores y agendas de los neocon norteamericanos han contaminado el discurso de una derecha española que, tras un breve espejismo de modernidad centrista, ha encontrado con entusiasmo una bandera de enganche en el discurso de esta nueva derecha americana sin complejos. Una bandera de enganche que le ha permitido asumir de nuevo las ruinas postfranquistas del tradicionalismo católico y eternamente hispánico.

Ahora que se vislumbra un claro triunfo de Obama (aunque no seré yo quien lo dé por hecho), ahora que da la impresión de que el capitalismo überliberal (que diría SuperSanti) ha caído al suelo con todo estrépito en esta cataclísmica sacudida financiera, las huestes postconspiranoicas que viven este enésimo giro al centro del partido-chicle de nuestra derecha, que hoy asume un discurso neofranquista, mañana nos vende su carácter liberal y reformista y pasado no se sabe muy bien qué, tienen problemas de identidad. Si en España y en Europa hay Obamamanía, determinados líderes neocentristas del PP se apuntarán al carro. La derecha sin complejines, como Esperanza Aguirre, se alinean con McCain, que siempre ha habido clases. Y así estamos al hueso y a las tajadas, que es lo que hacen los listos (a González Pons le encandila Obama, es de Hillary y le enamora Palin, toma ya coherencia...).

Un contraste entre ellos y nosotros, entre ambas orillas del mismo mar, ha provocado esta breve reflexión. McCain intenta desacreditar el programa de Obama en el tema de la Sanidad acusándolo de pretender instaurar un sistema público, una seguridad social sostenida por el gobierno. Anatema tradicionalmente por aquellos lares. La paradoja es que la primera potencia económica del mundo tiene una sanidad que es calamitosa para amplias capas de la sociedad. En EEUU si tienes pasta tienes la mejor sanidad que la ciencia médica humana te puede proporcionar. Pero si no la tienes y no tienes seguro, estás jodido, que diría Aznar sin bajar los pies de una mesa tejana.

En España hemos aprendido de nuestros vecinos europeos. Una sanidad pública de cobertura universal, aun siendo sustancialmente mejorable, deja al ciudadano común mucho mejor protegido que allende el mar. Cualquiera tiene acceso a los mejores tratamientos y su coste no debe preocuparle, porque tiene una garantía pública de atención. Aquí la acusación que es anatema es... que tal o cual político quiere privatizar la sanidad. Por ello, incluso la admiradora de McCain siente la necesidad de negarlo. Algunos complejines quizá sí tenga. Negar la evidencia también es, por cierto, una táctica neocon.

Eso sí, en los EEUU aún necesitan alcanzar una sanidad digna de cobertura universal. Cómo lo conseguirán, si lo consiguen, está por ver. La sexta parte del dinero gastado en Irak hubiera servido para arreglar la seguridad social para los próximos cincuenta años. Pero parece que hubo otras prioridades de gasto público. Mientras, en España, parece que queremos empezar a desmantelar algo que funciona razonablemente mucho antes de que llegue a funcionar admirablemente bien. Desmantelar un estado del bienestar que aún no hemos alcanzado, porque somos así de modernos.

¿Hemos de copiar también lo que no funciona?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo es que tengo muy claro que la consigna a no muy largo plazo de los dos partidos con alternancia para gobernar este nuestro país, tienen igual de claro la privatización de la sanidad pública.
Se admiten apuestas que en menos de 20 años en este pais quien tenga dinero tendrá médico y quien no a la beneficencia.
Por cierto, los yankees no nos tienen nada que enseñar a la vieja Europa, incluso ni a pasar a cuchillo a quien no esta de acuerdo con ellos.
El Canuit

Dardo dijo...

Amén, en lo referente a la sanidad pública. Es toda una conquista que no valoramos suficientemente.

Pero un apunte a modo de "dardo": ¡Oye, amigo Animal, en relación con la polémica de la tan traida "externalización" (creo que no existe tal palabro)de los servicios: ¡¿Nadie ha caído en la cuenta que el sistema de asistencia sanitaria de los empleados públicos -muface, isfas, etc.- descansa desde "in illo tempore" en agentes externos al sistema público de salud (es decir, cías privadas de asistencia sanitaria -asisa, adeslas, etc.)y tal sistema no se ha modificado durante toda la democracia; y todo ello pese a tener gobiernos más proclives a lo público. Saludos.

animalpolítico dijo...

Yo prefiero creer que, al menos los socialistas, mantendrán por el momento la sanidad pública. Aunque el estado de las autonomías y la transferencia a las comunidades hace más relevante qué opinan los gobiernos autonómicos.

Desde luego, en cobertura sanitaria, los norteamericanos deben más bien seguir el modelo europeo.

animalpolítico dijo...

Yo no quiero entrar a fondo en la polémica de la sanidad madrileña porque no conozco en detalle lo que hay.

Es verdad que Sanitas, Adelas, etc., significa la entrada de empresas privadas en el sistema público de salud y que esto viene de décadas y décadas. Por la profesión de mi padre y la mía, de hecho, he estado casi toda mi vida atendido por estas entidades.

Pero Adeslas, por ejemplo, recibe del estado la aportación que me sustraen en la nómina y a cambio me proporciona unos cuidados pactados con el estado. Todo ciudadano está cubierto de un modo no muy distinto: unos con la Seguridad Social y otros con estas entidades que tienen todo tipo de conciertos con la Seguridad Social y cuya masificación reducen en una parte.

ybris dijo...

Siempre preferí lo público a lo privado en lo referente a los derechos básicos personales. Por eso, si algo veo claro, es que el sistema usamericano de salud no es algo que debamos imitar.

Abrazos

SPOOK dijo...
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