Esperanza, sí mancas...
"Ya me manqué". Me ha venido así, de golpe, a la cabeza. Es lo que decíamos en mi tierra leonesa cuando te caías por el duro suelo de tierra en un lance del partido de fútbol y te dejabas la piel de la rodilla hecha jirones. En León hay muchas expresiones coloquiales del viejo bable, pese a que el castellano ha penetrado tan fuerte desde hace siglos, que nadie lo diría a simple vista. "Ya me manqué" viene a ser "ya me he hecho daño" (cf. castellano 'manco'). Porque, un poco a la asturiana, también tendemos a usar más que en castellano estándar el indefinido en lugar del perfecto: "fue penalti", "fue gol", "fue fuera"...
El juego de palabras con Simancas, el candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, era fácil. Máxime si recordamos el francés manquer, 'faltar'. En catalán también se usa el verbo mancar, con un significado semejante al del francés, según creo.
Todo esto viene a propósito de la toponimia. La toponimia, como sabéis, es esa disciplina lingüística que se dedica al estudio de los nombres de los lugares. Topos (como en U-top-ía) 'lugar' + onoma 'nombre'. Podemos hablar así también de la toponimia de un lugar para referirnos a ese conjunto de nombres.
La toponimia, Esperanza, mis rodillas ensangrentadas, Simancas, ¿habré perdido la cabeza? No. Se trata de una nueva historia neocon, que una bitácora amiga también comenta. Bueno, más bien, dos. Simplemente, son patéticos...
"Desaparece del plano de metro de Madrid la estación llamada Simancas
Fuentes del suburbano afirman que se trata de un error de impresión.- ELPAIS.com Madrid - 06/05/2007
La Comunidad de Madrid está abriendo gran cantidad de nuevas estaciones de Metro, pero también ha borrado una de ellas del mapa (en sentido literal), y justo ha sido la estación que lleva por nombre el apellido del candidato socialista a la presidencia de la región, Rafael Simancas. La presidenta, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, inauguraron ayer la prolongación de la Línea 7 del metro y la creación del Metro Este, que enlaza Coslada con San Fernando de Henares. En el nuevo plano, suministrado por Metro de Madrid, no figura la veterana estación de Simancas.
El propio Rafael Simancas ha dicho que cuando él sea presidente no cambiará el nombre de la estación de Esperanza (en la Línea 4) y que incluso le dará ese nombre "al mejor torneo de Golf de Madrid".
"Pues la parada sigue ahí", relataban ayer en la Cadena SER los perplejos vecinos de la zona."
Fuentes del suburbano afirman que se trata de un error de impresión.- ELPAIS.com Madrid - 06/05/2007
La Comunidad de Madrid está abriendo gran cantidad de nuevas estaciones de Metro, pero también ha borrado una de ellas del mapa (en sentido literal), y justo ha sido la estación que lleva por nombre el apellido del candidato socialista a la presidencia de la región, Rafael Simancas. La presidenta, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, inauguraron ayer la prolongación de la Línea 7 del metro y la creación del Metro Este, que enlaza Coslada con San Fernando de Henares. En el nuevo plano, suministrado por Metro de Madrid, no figura la veterana estación de Simancas.
El propio Rafael Simancas ha dicho que cuando él sea presidente no cambiará el nombre de la estación de Esperanza (en la Línea 4) y que incluso le dará ese nombre "al mejor torneo de Golf de Madrid".
"Pues la parada sigue ahí", relataban ayer en la Cadena SER los perplejos vecinos de la zona."
No me diréis que los neocon 'liberales' no son enternecedores... La misma profundidad mental que el paleto de Las Nubes, la comedia de Aristófanes, que cree que la solución a la amenaza militar de los espartanos es coger el mapa y borrar Esparta... Eliminando la estación de Simancas, el candidato Simancas quizá desaparezca, y con un poco de suerte, el barrio también, como Castroforte del Baralla, la fantasmagórica ciudad gallega de Torrente Ballester en La Saga/Fuga de JB, o como las penumbrosas estaciones del metro de Berlín Este que cruzaban los trenes del metro de Berlín Oeste, sin detenerse, a finales de los ochenta, antes de la caída del muro.
La toponimia en sus manos parece un instrumento de modificación del mundo, un instrumento de creación de realidades paralelas. Los neocon españoles llevan unos años jugando a demiurgos de salón. Necesitan crear mundos. El real no les gusta. Y quieren llevarse a todos sus fieles con ellos, a su propia dimensión.
Hace unas semanas se inauguró en Salamanca un nuevo puente sobre el Tormes. El parto ha durado más de una década. Todo este tiempo la gente, la prensa, todos le hemos llamado 'el puente de la Serna', aprovechando el topónimo tradicional, de origen prerromano, de las tierras bajas junto al Tormes en Santa Marta, el municipio vecino por el suroeste. Pues cuando la plana mayor del PP regional y local lo inauguraron, el último día antes del comienzo de la precampaña, se descuelgan con que se llamará 'puente de Juan Carlos I'. Ellos dirán lo que quieran, pero la toponimia real será otra cosa. Al puente anterior, denominado oficialmente 'príncipe de Asturias', lo llama la gente 'puente de la Universidad', y los otros dos puentes anteriores también tienen un nombre oficial y otro real. El único sobre el que hay acuerdo es el puente romano, que se llama... 'puente romano'.
Y la Iglesia, muy ducha en esto de bautizar, también quiere intervenir en la toponimia menor del suburbano madrileño, informa El País: "La estación de Jarama fue bendecida por un párroco del barrio, quien solicitó a la presidenta que cambiara el nombre al apeadero. "Hemos recogido 10.000 firmas para que le cambien el nombre a la estación, queremos que se llame Juan Pablo II"... No sé qué le pasará al cura con el nombre de 'Jarama', ilustre hidrónimo aplicado desde antes de la presencia romana en Hispania a uno de los ríos más importantes de la Comunidad de Madrid (lo cual no es decir mucho en cuanto a volumen de agua, eso sí, pero Gallardón 'está trabajando en ello'...). Pero no lo comprendo. Y confío que los vecinos no se dejen cambiar el nombre. Es perder parte de tu identidad...
9 comentarios:
Animal, ésto manca de verdad... pero los coj.....
El juego con la lengua francesa es claro: "Tu me manques", tú me faltas; más libremente traducido al español: "Te echo de menos". Doña Esperanza, Tu ne me manques pas.
Pas du tout.....
En gallego, igual que en portugués, mancar es el verbo habitual para decir que uno se ha hecho daño: "Manquei-me", o para decir que un jugador de fútbol se ha lesionado. Un tullido es en gallego un "tolleito", o sea alguien al que se le ha quitado algo, de ahí la gracia que me hizo ver el verbo "tollir" en los Milagros de Nuestra Señora.
Lo de la estación de Simancas tiene una explicación antropológica de lo más sencilla: magia por simpatía, igual que el vudú. Si borras a tu enemigo a través de un elemento simbólico como la palabra lo borras de la existencia. Es como quemar un papel en el que has escrito el nombre de tu enemigo. No creo que hayan leído a Frazer y La rama dorada, pero quién sabe lo que hace doña Espe cuando no la vemos.
La Espe está que se sale, ante todo sigue fiel a su partido con el juego sucio.
El enlace de memeame:
Menealo
Blanca, en el sentido 'materno' para ti como asturiana y para mí, esta historia demuestra que alguien tiene el entendimiento 'manco'.
Pepe, Maripuchi, en el sentido francés elle ne nous manque pas...
Vaya, SuperSanti, no lo había pensado, pero el gallego también va con nosotros en eso entonces.
'Tollir' o 'tolleito' son de la misma familia léxica que el castellano estándar 'tullido'.
Sí, lo de la explicación antropológica es verdad. Es casi como el vudú. Podríamos recomendarle a Frazer, sería una lectura más interesante que César Vidal...
Gracias, Raúl, por el enlace...
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