De mochuelos y olivos

La verdad es que me fui a la cama cansado, pero tranquilo. El lunes pensé que las elecciones estaban ganadas. Las encuestas de los días de precampaña me habían hecho temer lo peor. Que volvieran. Que recibieran este premio como resultado de su estrategia ¿política? en los últimos cuatro años.

Más que los aciertos de la campaña socialista creo que fueron los errores populares los que empezaron a movilizar a la ciudadanía. La mayoría social no quiere que gane el PP. Una mayoría social muy amplia. Si hubiera elecciones presidenciales a dos vueltas como en Francia, no habría ninguna duda. Zapatero sacaría a Rajoy más de veinte puntos de ventaja. Por ello, cada vez que aparece la posibilidad de que gane el PP, la mayoría social se moviliza más. Se reduce el número de abstencionistas y se transfieren votos desde otras opciones políticas, otras siglas, como IU o los nacionalistas periféricos. Pero si se percibe que el PSOE gana con claridad, muchos mochuelos vuelven a sus olivos, y así desciende, en las encuestas, el apoyo al PSOE.

Mientras tanto el apoyo al PP sigue imperturbable en el 39-40%, pero a veces a dos puntos de los socialistas y a veces a cinco, o incluso seis.

La mejor campaña que se ha hecho en beneficio del PSOE es la recuperación de la retórica de toda la legislatura por parte del PP. Durante el tiempo en que se hicieron moderados y se interesaron por la economía y los currantes, temí que muchos ciudadanos olvidaran los tres años y medio previos. Ésa era la línea que tendrían que haber seguido si querían ganar.

Pero las encuestas empezaron a reflejar, allá al comienzo de la campaña que el miedo a una victoria del PP movilizaba progresivamente a nuevos votantes al PSOE. De modo que se tiraron, empujados por sus talibánicos ideólogos mediáticos, por la pendiente de la desmesura y el tremendismo. Lo tuve claro con las primera palabras de Rajoy en el primer debate. La huida hacia delante, que sólo complacerá a los ya convencidos.

Paradójicamente, el natural despegue del PSOE en la intención de voto tras esta estrategia popular, conduce a la euforia de la izquierda, o al mensaje de IU en contra de la mayoría absoluta del PSOE. El reflejo es una retracción de algunos votantes de nuevo, algo que sólo se puede detectar porque el Periódico de Cataluña sigue ofreciendo encuestas (radicadas en Andorra), pese a estar ello prohibido en la última semana de la campaña.

Así, podemos comprobar que el gran éxito de Zapatero en el debate ha perjudicado su intención de voto precisamente porque los votantes lo perciben como ganador holgado, mientras que el voto al PP sigue invariable.

AMIGOS O ENTENDEMOS QUE LA ÚNICA ENCUESTA QUE VALE ES LA DE LAS URNAS, Y QUE EN ESTOS MOMENTOS ESTÁN CON SU ALIENTO EN LA NUCA SOCIALISTA O TENDREMOS LA SONRISA BRONCEADA EXPLICÁNDONOS EL BIEN Y EL MAL LA NOCHE DEL 9 DE MARZO.

Voy a dejar aquí, a la derecha de la entrada diaria, el enlace al sitio web de las encuestas prohibidas diarias. Las espadas siguen en alto. Que nadie se confíe.