Nin
Andreu Nin i Pérez (El Vendrell, Tarragona, 4 de febrero de 1892 - ¿Alcalá de Henares, Madrid, 22 de junio de 1937?), fue uno de los personajes más importantes del marxismo revolucionario en España de la primera mitad del siglo XX.
A pesar de sus orígenes modestos —era hijo de un zapatero y una campesina—, consiguió, gracias al esfuerzo de sus padres y a su inteligencia, llegar a ser maestro y trasladarse a Barcelona, poco antes de la Primera Guerra Mundial. Aunque fue maestro durante un tiempo, en una escuela laica y libertaria, pronto se dedicó al periodismo y a la política.
El año 1917 fue clave para su vida. Sucesos como la huelga general de agosto, la Revolución Rusa o las luchas entre la patronal barcelonesa y los sindicatos, sobre todo la CNT, le marcaron profundamente. Si bien se integró primero en las filas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) pronto abrazó la causa del sindicalismo revolucionario, ingresando en la CNT. Tras asistir al segundo congreso de la CNT en 1919, donde defendió el ingreso de la CNT en la Internacional Comunista, sustituyó a Evelio Boal, secretario del Comité Nacional de la CNT que había sido asesinado.
En el pleno nacional de la CNT celebrado el 28 de abril de 1921, fue elegido delegado para asistir al tercer congreso de la Internacional Comunista y al congreso fundacional de la Internacional Sindical Roja (Profintern), convirtiéndose en un personaje clave de ambas internacionales (mientras tanto, en 1922, la CNT había abandonado la Internacional Comunista).
Vivió durante un tiempo en Moscú. A partir de 1926, perteneció a la Oposición de Izquierda dirigida por Trotski para oponerse al ascenso de Stalin dentro del Partido Comunista de la Unión Soviética, teniendo que abandonar la URSS en 1930.
A su vuelta a España, Nin fue clave en la formación de un grupo de orientación trotskista (bolchevique-leninista), la Izquierda Comunista de España (mayo de 1931), grupo afiliado a la Oposición de Izquierda Internacional, publicando también el periódico El Soviet. La Izquierda Comunista era un grupo pequeño aunque con algunos militantes muy destacados.
Formó parte de la Alianza Obrera e intervino en las sucesos de octubre de 1934 en Cataluña. Rompió con Trotsky por no aceptar su pretensión de adoptar una táctica entrista en el PSOE. Al fusionarse su grupo con el Bloque Obrero y Campesino para fundar el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) en 1935, fue nombrado miembro del comité ejecutivo del nuevo partido y director de su publicación, La Nueva Era. Fue también elegido secretario general de la Federación Obrera de Unidad Sindical (FOUS) en mayo de 1936.
Al estallar la Guerra Civil Española se convirtió en el máximo dirigente del POUM y tras formar parte del Consell d'Economia de Catalunya (entre agosto y septiembre de 1936) fue consejero de justicia de la recién constituida Generalidad (hasta diciembre de ese año) hasta que fue cesado debido a las presiones comunistas.
Finalmente, a medida que las tensiones antitrotskistas se hicieron más evidentes, supuestamente azuzadas por los agentes soviéticos a través del Partido Comunista de España y del Partido Socialista Unificado de Cataluña (rama catalana del partido comunista), la posición del POUM se fue haciendo más difícil en la España republicana. Tras los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona, Nin fue detenido por la policía, junto con otros dirigentes del POUM (16 de junio de 1937), al haberse descubierto entre los documentos incautados a una red de la quinta columna en Madrid, algunos de los cuales se alegaba que "demostraban" la relación entre el POUM y el gobierno de Burgos. Inmediatamente su custodia fue transferida a la NKVD, que actuaba clandestinamente en la zona republicana. Los dirigentes del POUM fueron trasladados a Valencia y luego a Madrid. Nin fue separado del resto de dirigentes del POUM desde el momento de la detención, siendo trasladado a Alcalá de Henares, donde fue se sostiene que fue interrogado y torturado los días 18, 19 y 21 de junio de 1937. A pesar de las torturas, Nin negó cualquier complicidad con el espionaje fascista. Posiblemente, Nin fue asesinado el 22 de junio, por orden del general Orlov, que actuaba a las órdenes de Stalin. La versión de las autoridades de la república fue que Nin fue liberado de la checa por "sus amigos de la Gestapo". Así lo sostuvo Juan Negrín, jefe del Gobierno de la República.
A pesar de sus orígenes modestos —era hijo de un zapatero y una campesina—, consiguió, gracias al esfuerzo de sus padres y a su inteligencia, llegar a ser maestro y trasladarse a Barcelona, poco antes de la Primera Guerra Mundial. Aunque fue maestro durante un tiempo, en una escuela laica y libertaria, pronto se dedicó al periodismo y a la política.
El año 1917 fue clave para su vida. Sucesos como la huelga general de agosto, la Revolución Rusa o las luchas entre la patronal barcelonesa y los sindicatos, sobre todo la CNT, le marcaron profundamente. Si bien se integró primero en las filas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) pronto abrazó la causa del sindicalismo revolucionario, ingresando en la CNT. Tras asistir al segundo congreso de la CNT en 1919, donde defendió el ingreso de la CNT en la Internacional Comunista, sustituyó a Evelio Boal, secretario del Comité Nacional de la CNT que había sido asesinado.
En el pleno nacional de la CNT celebrado el 28 de abril de 1921, fue elegido delegado para asistir al tercer congreso de la Internacional Comunista y al congreso fundacional de la Internacional Sindical Roja (Profintern), convirtiéndose en un personaje clave de ambas internacionales (mientras tanto, en 1922, la CNT había abandonado la Internacional Comunista).
Vivió durante un tiempo en Moscú. A partir de 1926, perteneció a la Oposición de Izquierda dirigida por Trotski para oponerse al ascenso de Stalin dentro del Partido Comunista de la Unión Soviética, teniendo que abandonar la URSS en 1930.
A su vuelta a España, Nin fue clave en la formación de un grupo de orientación trotskista (bolchevique-leninista), la Izquierda Comunista de España (mayo de 1931), grupo afiliado a la Oposición de Izquierda Internacional, publicando también el periódico El Soviet. La Izquierda Comunista era un grupo pequeño aunque con algunos militantes muy destacados.
Formó parte de la Alianza Obrera e intervino en las sucesos de octubre de 1934 en Cataluña. Rompió con Trotsky por no aceptar su pretensión de adoptar una táctica entrista en el PSOE. Al fusionarse su grupo con el Bloque Obrero y Campesino para fundar el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) en 1935, fue nombrado miembro del comité ejecutivo del nuevo partido y director de su publicación, La Nueva Era. Fue también elegido secretario general de la Federación Obrera de Unidad Sindical (FOUS) en mayo de 1936.
Al estallar la Guerra Civil Española se convirtió en el máximo dirigente del POUM y tras formar parte del Consell d'Economia de Catalunya (entre agosto y septiembre de 1936) fue consejero de justicia de la recién constituida Generalidad (hasta diciembre de ese año) hasta que fue cesado debido a las presiones comunistas.
Finalmente, a medida que las tensiones antitrotskistas se hicieron más evidentes, supuestamente azuzadas por los agentes soviéticos a través del Partido Comunista de España y del Partido Socialista Unificado de Cataluña (rama catalana del partido comunista), la posición del POUM se fue haciendo más difícil en la España republicana. Tras los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona, Nin fue detenido por la policía, junto con otros dirigentes del POUM (16 de junio de 1937), al haberse descubierto entre los documentos incautados a una red de la quinta columna en Madrid, algunos de los cuales se alegaba que "demostraban" la relación entre el POUM y el gobierno de Burgos. Inmediatamente su custodia fue transferida a la NKVD, que actuaba clandestinamente en la zona republicana. Los dirigentes del POUM fueron trasladados a Valencia y luego a Madrid. Nin fue separado del resto de dirigentes del POUM desde el momento de la detención, siendo trasladado a Alcalá de Henares, donde fue se sostiene que fue interrogado y torturado los días 18, 19 y 21 de junio de 1937. A pesar de las torturas, Nin negó cualquier complicidad con el espionaje fascista. Posiblemente, Nin fue asesinado el 22 de junio, por orden del general Orlov, que actuaba a las órdenes de Stalin. La versión de las autoridades de la república fue que Nin fue liberado de la checa por "sus amigos de la Gestapo". Así lo sostuvo Juan Negrín, jefe del Gobierno de la República.
En febrero de 2008, hace unas semanas, fue hallada casualmente una fosa común con restos de cinco cuerpos humanos de la época de la guerra civil. Se ha especulado con que uno de los cuerpos fuera el de Andrés Nin, lo que -de confirmarse- iría en contra de lo sostenido por Negrín.
Paradójicamente son aquellos que más han expresado su desacuerdo con la memoria histórica y con la ley del mismo nombre, quienes más interés han mostrado en este hallazgo, sin ser, por supuesto, los únicos que han tratado de ella.
Veo todo esto como un paradigma claro de un tipo de política que me desagrada profundamente. Parece que el objetivo de la COPE, El Mundo o ABC es, con este asunto, desacreditar al PSOE de Zapatero. Porque, patéticamente, si Nin fue finalmente asesinado por comunistas rusos demostraría... la verdad es que no sé muy bien cómo, pero demostraría, en la complicada mente de Jiménez Losantos que... Zapatero estuvo detrás de esa muerte, supongo. Y si se mantiene tan joven es porque alomojó ha hecho un pacto con el diablo, algo sin duda poco sorprendente en alguien frecuentemente tildado de anti-Cristo.
Uno puede rechazar, si le parece oportuno, la Ley de la Memoria Histórica. O puede sentirse incómodo porque el presidente democráticamente elegido por los españoles haga panegíricos, por aislados y tímidos que sean, de distintos episodios o personas de la 2ª república (salvo si Aznar hace lo propio con Azaña, en este caso es muestra del corazón gigante que anida en su pecho). Por las razones que sea. Pero este constante manoseo de la historia y por medio de ella del presente me parece repugnante.
La 2ª república fue, entre 1931 y 1936, un régimen de libertades, democrático. Con graves problemas de orden público, de convivencia y de inestabilidad. En un país muy pobre, con una población en alto grado analfabeta, algo que los gobiernos trataron, con los recursos escasos que tenían, de paliar. Y con unos sectores reaccionarios muy centrados en poner fin por el medio que fuera a lo que veían como desmanes intolerables. Así, tras el intento golpista del general Sanjurjo en 1932 y la revolución de los mineros asturianos de 1934, el principal problema de orden público vino a ser la rebelión militar del 18 de julio de 1936 contra el estado legalmente constituido, democráticamente dirigido y sostenido por la voluntad mayoritaria de los ciudadanos españoles. Este problema de orden público desembocó en la muerte de casi un millón de españoles en ambos bandos durante la guerra (muchos más en un lado, el perdedor, que en el otro), en el frente y en retaguardia (hasta 3 muertes en el lado nacional por cada muerte del republicano, según investigaciones recientes). Y después dispusimos de cuarenta años de libertad secuestrada para terminar de entender el punto de vista del ejército español y sus apoyos sociales, entre ellos la jerarquía de la Iglesia Católica.
¿Hasta cuándo seguiremos oyendo y leyendo estos zafios y patéticos esfuerzos por mostrarnos que Zapatero era un agente de Moscú en 1937?
7 comentarios:
Cuando dice "si se demostrara que Nin fue asesinado por los rusos", ¿es porque duda usted de que fue así? En tal caso, por favor, indíqueme que fuente historiográfica lo pone en duda o si es sólo una intuición persnal, porque admito que no conozco quien lo haga (salvo usted). ¡Tal vez estemos ante todo un fenómeno revisionista! Si al final iba a tener razón Negrín cuando dijo que los nazis lo habían liberado ... Creo que la historiografía le debe unas disculpas al doctor Negrín. Gritemos todos juntos: ¿Donde estará Nin? ¿En Salamanca o en Berlín?
PD: 6/3/2008 ABC da la noticie en exclusiva. El descubrimiento tuvo lugar una semana antes. El Ministerio de Defensa no dijo "esta boca es mía". A preguntas del ABC ese mismo día dijo que no le sonaba nada de ninguna fosa. Tampoco se ha informado desde la Vicepresidencia del Gobierno, responsable de la redacción de la llamada «Ley de Memoria Histórica», mediante la que el propio Zapatero se comprometió a que el Gobierno facilitaría toda la información disponible sobre los terrenos en que se localicen restos de víctimas de la Guerra Civil. Supongo que éste es el tipo de política que le desagrada profundamente. Ciertamente lo entiendo.
Los sucesos de Barcelona, del año 37, quedan excelentemente retratados en el "Homenaje a Cataluña", de George Orwell.
No me cabe duda de que fué la represión estalinista la que acabó con Andreu Nin.
Es sorprendente el interés de Libertad Digital, o del ABC, en desenterrar fosas de la guerra. Se deberían integrar en las organizaciones que se dedican a localizar y recuperar los restos de los represaliados. Especialmente me sorprende su interés por seguir los restos de políticos Marxistas-Revolucionarios.
No entiendo por qué el gobierno querría ocultar la fosa de Nin.
Yo, que procedo de la tradición comunista, defiendo su recuperación, y que se le rinda el homenaje que merece, como el resto de los luchadores que yacen en cunetas.
Nin va a rendir un último servicio: Todos, derecha e izquierda, estaremos de acuerdo en la necesidad de dar digna sepultura a los asesinados. A las víctimas. ¿O unos son más víctimas que otros?
La memoria histórica no debe hacer distinción entre víctimas de ambos bandos.
Me gustaría que la Cope se apuntara a ello.
Abrazos.
Amigo anónimo:
El entrecomillado que recoge en su comentario no lo reconozco. Yo no hago esa salvedad en ningún lugar. Y el artículo de wikipedia al que me remito en el texto en letra pequeña, tampoco.
En cambio se incluye literalmente: "Posiblemente, Nin fue asesinado el 22 de junio, por orden del general Orlov, que actuaba a las órdenes de Stalin. La versión de las autoridades de la república fue que Nin fue liberado de la checa por "sus amigos de la Gestapo". Así lo sostuvo Juan Negrín, jefe del Gobierno de la República."
Es decir, le agradecería que no ponga en mi boca lo que no he dicho. Además, entrecomillado.
Lo único que parece que está por demostrar es si ese cuerpo recientemente descubierto es el de Nin. No si Nin fue o no asesinado. Quizá no sea fácil captar la diferencia en mi redacción sin duda torpe... Y si finalmente ése es el cuerpo de Nin, ello no va a modificar lo que todos los expertos sostienen: que Nin fue represaliado dentro del bando republicano por una supuesta traición en un período penoso de caza de brujas.
El sarcasmo no me a desviar de mi planteamiento, que no es defender el asesinato de Nin, como cualquiera puede apreciar si lee con cuidado mi post.
Sí, me desagradan profundamente los falsos debates. Realmente me desagradan.
Gracchus:
Sí, tal vez Libertad Digital y ABC patrocinen ahora el apoyo y extensión de la Ley de Memoria Histórica. Podrían hacer una campaña de captación de fondos para investigar en Badajoz, por ejemplo. Quizá se animen. Ahora que ya sabemos mucho de Paracuellos podríamos aprender de lo sucedido en otros lugares.
Son cuestiones que pertenecen a la historia, a la investigación histórica. Aunque también pertenezcan a la memoria.
Interesante artículo.
Dices "La 2ª república fue, entre 1931 y 1936, un régimen de libertades, democrático. Con graves problemas de orden público, de convivencia y de inestabilidad"...
Bueno pues hoy vivimos un régimen democrático en el que empiezan a atinarse graves problemas de convivencia... Espero que hayamos / hayan aprendido del pasado porque la cosa empieza a estar para echarse a temblar. No sé si la avt y la iglesia volverán a las calles, de hacerlo, espero que no conviertan sus manifestaciones en graves problemas de orden público.
un abrazo
A mi, comunista del PCE, no me asusta que se descubra lo ocurrido en el pasado. Y si Andreu Nin fue eliminado por la NKDV, por Orlov, o por quien fuera, con la anuencia y consentimiento del PSUC y del Govern de la Generalitat de Catalunya, pues que sepa no es nada ni bueno ni malo, es un hecho. Los comunistas, parece ser que, somos los únicos que tenemos memoria, memoria colectiva, de nuestro pasado, y sabemos que en él hay luces y sombras. De las luces nos sentimos muy orgullosos y procuramos gritarlas a pleno pulmón, de las sombras no nos sentimos orgullosos, pero asumimos que son parte de nuestro pasado, no lo negamos.
Lo que siempre nos ha producido una cierta perplejidad, es que los medios de la derecha, y la extrema derecha, hayan tenido ese respeto casi reverencial por Andreu Nin que, siempre manteniendo la teoría de que fuimos los comunistas quienes lo eliminamos, no era precisamente una hermanita de la caridad, ni los gravísimos acontecimientos de 1937, pretendían la instauración de, hablando en términos burgueses, de una democracia parlamentaria, sino del comunismo libertario.
En la interesante semblanza que nos hace Animal falta apuntar un hecho fundamental: La división de carácter estrátegico, que se produce en el seno del movimiento obrero, entre los partidarios de ganar la guerra a toda costa, y los partidarios de ir haciendo la Revolución, al mismo tiempo que se combatía. Entre los primeros estaba la UGT, PSOE, PCE y todos los partidos republicanos, entre los segundos la CNT y el POUM. Y como los bandos estaban armados, los enfrentamientos fueron armados. Pensaban los comunistas entonces, y pienso yo hoy, que la actitud de la CNT y el POUM, boicoteando las instituciones legales de la República, fue una actitud políticamente criminal, merecedora deun castigo. ¿Justifico con ello la desparición irregular de Andreu Nin?. Naturalmente que no. Él, y otros dirigentes no menos responsables que él, en los sucesos de mayo del 37, debieron haber sido detenidos, juzgados y condenados de acuerdo a las leyes de la república en tiempo de guerra.
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