Aristóteles, Política (1253a):

"Según esto es, pues, evidente, que la ciudad-estado es una cosa natural y que el hombre es por naturaleza un animal político o social; [....] Y la razón por la que el hombre es un animal político (zôon politikón) en mayor grado que cualquier abeja o cualquier animal gregario es evidente. La naturaleza, en efecto, según decimos, no hace nada sin un fin determinado; y el hombre es el único entre los animales que posee el don del lenguaje. La simple voz, es verdad, puede indicar pena y placer y, por tanto, la poseen también los demás animales -ya que su naturaleza se ha desarrollado hasta el punto de tener sensaciones de lo que es penoso o agradable y de poder significar esto los unos a los otros-; pero el lenguaje tiene el fin de indicar lo provechoso y lo nocivo y, por consiguiente, también lo justo y lo injusto, ya que es particular propiedad del hombre, que lo distingue de los demás animales, el ser el único que tiene la percepción del bien y del mal, de lo justo y lo injusto y de las demás cualidades morales, y es la comunidad y participación en estas cosas lo que hace una familia y una ciudad-estado."

martes, 1 de julio de 2008

Manifiesto en favor del castellano

Mi lengua materna es una de las grandes lenguas habladas en el mundo. Ha alcanzado las máximas cotas de excelencia literaria y cultural. Es el vehículo de comunicación de más de trescientos millones de seres humanos en todos los continentes. Es la lengua oficial de más de una veintena de países. Mi lengua materna es el castellano o, como yo prefiero llamarlo, el español.

Soy leonés, como el anticristo de la Moncloa, y vivo en Salamanca, como un señor con bigote y voz rota, amigo de la hipérbole como recurso retórico y con apellido de isla canaria.

Los leoneses hablamos buen castellano desde que nuestra lengua leonesa perdió la batalla histórica con la lengua dominante. Salvo los restos del bable o asturianu y las palabras o expresiones peculiares de ciertos hablantes del antiguo reino de León, nos entregamos hace años a la lengua de nuestros vecinos castellanos, una lengua más internacional. Exactamente igual que ha venido sucediendo sobre la Tierra, en cada rincón de la Tierra, durante decenas de miles de años, las lenguas grandes se comen a las pequeñas.

Pero en España la lengua grande aún no se ha comido a todas las pequeñas. Pequeños o medianos grupos de irreductibles galos se defienden como gatos panza arriba. El catalán lo hablan casi cinco millones de ciudadanos españoles como lengua materna, como primera lengua. Variantes dialectales del catalán, como el valenciano o el mallorquín, completan el cuadro lingüístico del este peninsular. El gallego tiene menos proporción de hablantes (1,5 millones) en su territorio, y el vascuence, vasco, euskera o euskara, esa rareza tipológica en el ámbito europeo, aún menos.

Pero estas lenguas son cooficiales con el español en sus respectivos terruños, tal y como garantiza la para otras cosas sacrosanta carta magna, la Constitución Española de 1978.

La lucha establecida es la de David contra Goliat. Aunque el estado natural del ser humano a lo largo de milenios es el bilingüismo o incluso el trilingüismo, como antropólogos, arqueólogos y, especialmente, lingüistas rotundamente manifiestan, parece que hay siempre una deriva política en la convivencia de lenguas.

Parece que algunos medios proclives a conspiraciones varias, con consecuencias suculentas en la venta de ejemplares, han encontrado otra bandera de enganche, nunca mejor dicho, aunque no siempre han opinado del mismo modo. Nacionalismo y lengua siempre van unidos.

Comparto algunas discrepancias con las políticas lingüísticas de las autoridades competentes en el ámbito de la educación en ciertas comunidades autónomas con lengua propia. Algunas discrepancias con decisiones tomadas en el detalle: el número de horas de esto o de lo otro o la capacidad de elegir este o aquel modelo. De esto se podría hablar.

Pero amigos, dejémonos de pamplinas. El pez chico nunca se come al grande.

La lengua que necesita manifiestos a su favor no es la internacional en constante crecimiento, INCLUSO EN LAS REGIONES BILINGÜES de la vieja piel de toro. Las lenguas que necesitan manifiestos, ayudas y apoyos, dentro de lo razonable, son las que seguirán, con bastante probabilidad, en los próximos decenios, siglos o milenios el camino de la que hablaban mis antepasados hace 800 años (el antiguo leonés), si los hados de la historia no lo remedian. La extinción.

12 comentarios:

Maripuchi dijo...

¿Para qué sirve la lengua? Para comunicarse. Ni más ni menos.
Si no nos entendemos con una, pues hay que hablar otra.
A un bebé no le puedes hablar de forma retórica, o mordaz, no te va a entender. Hay que usar un lenguaje simple y emplear entonaciones que le hagan discernir lo bueno de lo malo, lo que gusta de lo que no gusta.

Si una persona va a Cataluña y no entiende catalán, ya se encargará el tendero de hacerse entender, en español, inglés o por señas...

Pues eso.

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo contigo, animal, (leíste ayer a Gamoneda? pues eso mismo)

Un besito,

RGAlmazán dijo...

Totalmente de acuerdo. Mi experiencia con las otras lenguas (más con el catalán que las otras dos) no puede ser más positiva. Ningún problema. Aunque es verdad que en alguna ocasión puede haber un abuso, no es menos cierto que lo que tú has dicho muy claramente: El pez chico nunca se come al grande. En todo caso es al revés.

Salud y República.

Gracchus Babeuf dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gracchus Babeuf dijo...

Como castellano-parlante, y comolingüista,le honra especialmente esta entrada.

Son los grandes los que tienen que ser generosos

Antonio Flórez dijo...

Creo que se podrían hacer algunos matices a lo que dices, Animal. Matices que tienen que ver con los factores de "corrección de lo natural" que las políticas represivas de regímenes autoritarios introducen en esa suerte de liberalismo lingüístico que defines. Pero son sólo matices. En el grueso, estoy de acuerdo contigo y cada vez más.

Un saludo.

animalpolítico dijo...

Claro, Maripuchi, el sentido principal de una lengua es ser un vehículo de comunicación.

Pero además son un elemento de identidad "nacional" y un instrumento de lucha política. Y otras muchas cosas.

Lo peor que se puede hacer es darle en la cabeza al otro usando la lengua como martillo. Es digno del hombre de las cavernas.

En línea con lo que dice Antonio, una posibilidad es una especie de liberalismo lingüístico. Aunque eso no es lo que yo propongo. Yo soy comprensivo con las autoridades que se intentan asegurar de que su lengua minoritaria no muera. Pero no necesariamente comparto las decisiones concretas que toman.

La política lingüística catalana o vasca, que por cierto no se ha inventado ZP aunque al Mundo y la COPE le guste retratarlo así, no la comparto en varios puntos.

Creo que un niño español debería poder elegir ser educado en español en cualquier lugar del país si el español es lengua cooficial en cualquier lugar del país. Pero comprendo que se hagan esfuerzos para primar a las lenguas que no dejan de perder hablantes.

Y me parece una memez lo del manifiesto a favor del castellano, lo siento. El castellano no tiene ningún problema de salud. Ni en Barcelona, ni el Penedés, ni en el Goyerri siquiera.

Un saludo a todos.

Maripuchi dijo...

Te aseguro, animal, que donde menos problema tiene de los tres sitios mencionados es en el último...
Trabajo con infinidad de clientes. Todos ellos vascos. Jamás nadie se ha dirigido a mí en euskera. Nunca nunca. Cosa que no puedo decir de cuando trabajaba con catalanes...
Y sin embargo, la educación pública tiende a modelo D (todo euskera menos español e inglés)... Lo que no sea modelo D, ni pisarlo...
Ah! Y en zonas limítrofes con La Rioja, por ejemplo, a los niños los escolarizan en La Rioja ...
¿Política lingüística?
Una mierda pinchada en un palo.

animalpolítico dijo...

El País Vasco, Maripuchi, evidentemente, lo conoces mucho más tú que yo.

Creo que sí es una política lingüística lo que hay en esto. Otra cosa es que nos parezca equivocada. Entiendo que los hablantes de castellano deseen que sus hijos tengan la opción de ser escolarizados en castellano. Entre otras consideraciones porque esto es lo que dice la ley.

Mi crítica va hacia la oportunidad de un manifiesto a favor de una lengua hablada por más de 300 millones de seres humanos, y que no deja de crecer incluso en comunidades como la vasca o la catalana, a costa de las lenguas propias de esas tierras.

He leído hace un rato esto. Me ha parecido interesante, cuando menos.

Un abrazo

Dardo dijo...

Muy buenas; estimado Animal. Está muy bien tu entrada. Pero como estamos hablando del Manifiesto (que tiene un contenido bastante ponderado) he echado en falta que ni tú, ni los apreciados comentaristas hayáis hecho mención del objetivo del manifiesto; que si bien es verdad que se titula "Manifiesto por una lengua común" va más allá de lo abstracto cultural y señala que su causa es una inquietud política concreta (evidentemente el castellano tiene más potencialidad cultural sin duda) que no es otra que defender derechos educativos y cívicos; porque son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüísticos, no los territorios, ni mucho menos la lengua mísma. Lo contrario es toda una regresión porque se pasa por encima de los derechos y libertades de personas concretas. El reperterio de derechos y libertades constitucionales tiene un sujeto claro: los ciudadanos, no los territorios (estos lo que tienen es competencia, que en modo alguno pueden colisionar con los derechos fundamentales y libertades públicas; ya que éstas prevalecen).

Un saludo.

animalpolítico dijo...

Encantado de leerte de nuevo, querido Dardo. Es un placer tenerte por aquí.

Es cierto que el contenido del Manifiesto es bastante comedido. Es cierto también que ése precisamente es el señuelo. Porque lo que no es comedido es el uso que se hace de él, como ariete contra el gobierno socialista, por parte de los medios que lo promueven. Es notorio que personalidades que lo firmaron en su día hoy se han visto obligadas a matizar sus posiciones. Porque podían sentirse de acuerdo con la literalidad del escrito, pero no con el uso que se está dando al escrito.

Entre ellos, por ejemplo, mi paisano Gamoneda.

En cualquier caso, como señalas, mi post es una reflexión A PROPÓSITO del Manifiesto. La reflexión que a mí me vino a la mente.

Otro día hablaré de lo harto que estoy del uso de la(s) lengua(s) como arma política. En todas las direcciones...

LA REVOLUCION BOHEMIA dijo...

Hola a todos:
Aquí hay un trasfondo político, como en casi todo lo que mueve a gobernantes y prensa. Al final se dan la mano de alguna manera y cómo no, quien promueve este manifiesto es el periódico "El Mundo". Pues que tomen nota, porque ellos son los que le hacen un flaco favor al español (como lenguaje, claro) desdeñando palabras que están a su disposición en suu vocabulario de español y utilizando otras sacadas del Catalán, Vasco ó Gallego. Me explico. Si hablamos de la capital de Inglaterra, todos decimos Londres y no London. ¿Por qué si hablamos de otras capitales decimos Lleida, A Coruña o Girona?. Tenemos palabras en español para denominar a estos lugares, pero es que pasa lo mismo con cargos públicos, instituciones y demás. ¿No habési leído nunca en un periódico algo así como "Conseger en cap" para referirse al señor Puyol?. Un poco de criterio, por favor, y más leer y escribir, que hace falta. Además, queramos o no, Cataluña sigue perteneciendo al estado español, y como tal, tiene que mantener las instituciones públicas en el bilingüismo, pero siempre predominando el español.
Menos politiqueo y más practicidad. Ni el español se agota, ni el catalán fallece. Los últimos estudios indican que en Cataluña se está uniendo el catalán y el español, para dar pie a lo que ya denominan el catañol.
Gracias y hasta la vista.