Esta salvaje pesadilla
Don Miguel de Unamuno y Jugo (Bilbao, 29 de septiembre de 1864 - Salamanca, 31 de diciembre de 1936), el viejo escritor y filósofo español, trabajaba entre estas mismas paredes que hoy me rodean y enseñaba los mismos pensamientos y lenguas a jóvenes semejantes en todo a los jóvenes a los que yo enseño. Parece que me mira desde ahí atrás. Percibo su respiración en mi nuca si cierro los ojos y me concentro. Veo su chepa entrañable y sus ojitos vivarachos tras esas lentes redondas cada día, al bajar las escaleras, en torno al mismo claustro desde el que se iniciaron las transmisiones de Radio Nacional también en este mismo edificio (a escasos quince metros de esta mesa) un 19 de enero de 1937, muy pocos días después de la muerte del vizcaíno más universal.
En 1891, con veintisiete años, obtiene una cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca. En 1901 es nombrado rector de la Universidad. El 11 de octubre de 1894 había ingresado en la Agrupación Socialista de Bilbao. En 1914 el ministro de Instrucción Pública lo destituye del rectorado por razones políticas. En 1920 es elegido por sus compañeros decano de la Facultad de Filosofía y Letras. Es condenado a dieciséis años de prisión por injurias al Rey, pero la sentencia no llegó a cumplirse. En 1921 es nombrado vicerrector. Sus constantes ataques al rey y al dictador Primo de Rivera hacen que éste lo destituya nuevamente y lo destierre a Fuerteventura en febrero de 1924. El 9 de julio es indultado, pero él se destierra voluntariamente a Francia; primero a París y, al poco tiempo, a Hendaya, en el País Vasco francés, hasta el año 1930, año en el que cae el régimen de Primo de Rivera. A su vuelta a Salamanca, entró en la ciudad con un recibimiento apoteósico. Unamuno se presenta candidato a concejal por la conjunción republicano-socialista para las elecciones del 12 de abril de 1931, resultando elegido. La República le repone en el cargo de Rector de la Universidad salmantina. Se presenta a las elecciones a Cortes y es elegido diputado republicano-socialista en Salamanca. Sin embargo, pronto empieza a desencantarse. En 1933 decide no presentarse a la reelección. Al año siguiente se jubila de su actividad docente y es nombrado Rector vitalicio, a título honorífico, de la Universidad de Salamanca. En 1935 es nombrado ciudadano de honor de la República. Pero su enfrentamiento y desencanto con la República llegan a tal nivel, que, ante el advenimiento de la Guerra, lo celebra inicialmente, creyendo genuinamente que estaba cercana la salvación de la civilización occidental. Y apoyó inicialmente a los rebeldes. Vuelve a ser concejal. En el verano de 1936 hace un llamamiento a los intelectuales europeos para que apoyen a los sublevados. Azaña lo destituye como Rector, pero el gobierno de Burgos le repone de nuevo en el cargo.
En 1891, con veintisiete años, obtiene una cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca. En 1901 es nombrado rector de la Universidad. El 11 de octubre de 1894 había ingresado en la Agrupación Socialista de Bilbao. En 1914 el ministro de Instrucción Pública lo destituye del rectorado por razones políticas. En 1920 es elegido por sus compañeros decano de la Facultad de Filosofía y Letras. Es condenado a dieciséis años de prisión por injurias al Rey, pero la sentencia no llegó a cumplirse. En 1921 es nombrado vicerrector. Sus constantes ataques al rey y al dictador Primo de Rivera hacen que éste lo destituya nuevamente y lo destierre a Fuerteventura en febrero de 1924. El 9 de julio es indultado, pero él se destierra voluntariamente a Francia; primero a París y, al poco tiempo, a Hendaya, en el País Vasco francés, hasta el año 1930, año en el que cae el régimen de Primo de Rivera. A su vuelta a Salamanca, entró en la ciudad con un recibimiento apoteósico. Unamuno se presenta candidato a concejal por la conjunción republicano-socialista para las elecciones del 12 de abril de 1931, resultando elegido. La República le repone en el cargo de Rector de la Universidad salmantina. Se presenta a las elecciones a Cortes y es elegido diputado republicano-socialista en Salamanca. Sin embargo, pronto empieza a desencantarse. En 1933 decide no presentarse a la reelección. Al año siguiente se jubila de su actividad docente y es nombrado Rector vitalicio, a título honorífico, de la Universidad de Salamanca. En 1935 es nombrado ciudadano de honor de la República. Pero su enfrentamiento y desencanto con la República llegan a tal nivel, que, ante el advenimiento de la Guerra, lo celebra inicialmente, creyendo genuinamente que estaba cercana la salvación de la civilización occidental. Y apoyó inicialmente a los rebeldes. Vuelve a ser concejal. En el verano de 1936 hace un llamamiento a los intelectuales europeos para que apoyen a los sublevados. Azaña lo destituye como Rector, pero el gobierno de Burgos le repone de nuevo en el cargo.
Unamuno se arrepintió públicamente de su apoyo a la sublevación. Durante el acto de apertura del curso académico (que concidía con la celebración del "Fiesta de la Raza") el 12 de octubre de 1936, en el Paraninfo de la Universidad, y tras una serie de discursos atacando a la "anti-España", al clausurar el acto como rector, Unamuno hizo un discurso improvisado, criticando duramente cómo se estaba llevando la rebelión, y sentenciando al final: "Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha.". Le contesta enardecido el general José Millán-Astray, gritando "A mí la Legión", "viva la Muerte" (lema de la Legión) y "abajo la inteligencia"; Unamuno contesta "viva la vida" (casi un insulto a la Legión). El general se levanta indignado, y José María Pemán trata de aclarar: "¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!". La esposa de Franco, Carmen Polo, toma del brazo a don Miguel y le acompaña a su casa, rodeados de su guardia personal. Ese mismo día, la corporación municipal se reunió de forma secreta y expulsó a Unamuno. El proponente, el concejal Rubio Polo, reclamó su expulsión "...por España, en fin, apuñalada traidoramente por la pseudo-intelectualidad liberal-masónica cuya vida y pensamiento [...] sólo en la voluntad de venganza se mantuvo firme, en todo lo demás fue tornadiza, sinuosa y oscilante, no tuvo criterio, sino pasiones; no asentó afirmaciones, sino propuso dudas corrosivas; quiso conciliar lo inconciliable, el Catolicismo y la Reforma; y fue, añado yo, la envenenadora, la celestina de las inteligencias y las voluntades vírgenes de varias generaciones de escolares en Academias, Ateneos y Universidades". El 22 de octubre, Franco firma el decreto de destitución de Unamuno como rector.
Ricardo Robledo, Catedrático de Historia Económica de la Universidad de Salamanca, ha coordinado un libro impresionante acerca de cómo vivieron distintas personas la Guerra Civil en Salamanca. La obra, en la que colaboran otros profesores, es un texto escalofriante y fundamental, pero no sólo para la historia local de esta ciudad, sino para la correcta comprensión del sufrimiento y nuestro pasado inmediato como pueblo. El título de la misma procede de una cita de Unamuno, el viejo profesor de Griego y Rector:
aquí en Salamanca no hay guerra, sino algo peor, porque se oculta en el cinismo de una paz en estado de guerra. No hay guerra de trincheras y bayoneta calada, pero la represión que estamos sufriendo no hay forma de calificarla. Se cachea a la gente por todas partes. Los "paseos" de presos hasta los lugares de fusilamiento son constantes. Se producen desapariciones... Hay tortura, vejaciones públicas a las mujeres que van por la calle con el pelo rapado. Trabajos forzados para muchos disidentes. Aglomeración inhumana en la cárcel. (...) ¿Qué será de mi España cuando despierte de esta salvaje pesadilla? Al final no quedará piedra sobre piedra, ni vivos que puedan enterrar a los muertos. Toda la tierra será un cementerio al aire libre donde sólo podrán sobrevivir las alimañas, alimentándose de los restos de seres humanos que van dejando las balas por los campos y ciudades.
Ésta es la misma ciudad. Aquí, el ayuntamiento que tan apreciado es por la población, ha tenido el poco gusto de actuar de ariete de las Españas contra el peligro bolchevique que llega de la Moncloa, a propósito del tristemente famoso Archivo de la Guerra Civil. En el contexto de las protestas populares, Lanzarote trajo a Pío Moa y otros revisionistas a Salamanca y colocó una enorme pancarta con el texto "Venceréis, pero no convenceréis", en el balcón principal del Ayuntamiento, en la Plaza Mayor, como puede apreciarse en esta foto (es el mismo lugar por el que pasea Millán Astray entre vítores en la imagen de un poquito más arriba). Se equiparaba la decisión democrática de devolver a Cataluña los papeles expoliados a punta de pistola, con las acciones franquistas en la Guerra Civil. Pocos meses después, Julián Lanzarote obtuvo la cuarta mayoría absoluta consecutiva, con una participación en los barrios que normalmente votan a la izquierda de poco más del 50%, casi quince puntos menos que la participación media en la ciudad. Esto sí que es memoria rota.
"La Universidad es el templo de la inteligencia y yo soy su sumo sacerdote", acertó a balbucear también D. Miguel aquel famoso día de octubre, mientras le quemaba en el bolsillo la carta de la mujer de su amigo Atilano, que le pedía por favor que hiciera lo que pudiera para salvarle. Pocas semanas después su amigo fue fusilado. Por masón.
32 comentarios:
Unamuno siempre ha sido para mí uno de esos raros referentes cuando uno hace alusión a una derecha civilizada y culta, rara avis en el panorama político español de todos los tiempos. Tratándose de un hombre con profundas convicciones religiosas cristianas, habiendo escrito sobre el propio cristianismo a modo de filósofo pero sin poder obviar su fe, el apoyo inicial a la sublevación se entiende por parte de alguien que estructuraba su mundo político en torno a conceptos tradicionales que se vieron profundamente alterados durante los años poseriores a la Dictadura de Primo de Rivera y hasta el comienzo de la rebelión militar.
Un hombre, pues, de derechas. Pero un hombre firme y realmente convencido de lo que decía, extraordinariamente honesto hasta el punto de arriesgar su vida en el acto que has narrado, Animal. Gracia a él es posible pensar en una derecha que, no lo neguemos, resulta un tanto ideal si no es en casos aislados coo éste.
Este Unamuno fue y es el más grato espejismo posible.
Yo creo que Unamuno es la duda. ¿Has visto cuántos cambios de rumbo hace a lo largo de su larga vida? Militante socialista, concejal republicano, adalid de la rebelión, desencantado de la rebelión, símbolo para los rebeldes, símbolo para los republicanos... su féretro entre los falangistas y el profesorado diezmado por la represión...
Es la duda en persona. Como su cuasi-autobiografía en San Manuel Bueno, Mártir.
Un tipo complejo, conservador en la moral, en lo religioso, pero un intelectual como la copa de un pino, inconformista y esencialmente protestón... Un tipo extraño, entrañable y ejemplar. Humano y errado, divino e inspirado, arrebatado por la idea, irresponsable.
Da coartadas ideológicas a los rebeldes y terminan enfrentándose a ellos, que lo ningunean, le rechazan y no lo matan por la relevancia internacional de su figura y porque era más útil como bandera.
Hoy sigue siendo bandera para todos. Para Lanzarote y sus supporters y para la izquierda.
Peculiar.
Rectificar es de sabios y Unamuno lo hizo, hay que echar valor para enfrentarse al loco de Millan -Astray delante de sus acólitos y en plena época de guerra y represión. Siempre me ha impresionado ese hecho.
Quizás sería bueno que hubiese mas gente como Unamuno criticando lo que le parece injusto venga de donde venga, así se eliminarían todo tipo de sectarismos, de paso que tomen nota en el pp de como se puede ser conservador sin pasarse al extremo ultra.
Animal, felicidades por esta entrada, me ha gustado mucho y ánimo con Lanzarote, no hay mal que cien años dure.
Salud.
Aunque por formas e ideas (y unas cuantas cosas más) pudiera parecer en muchas ocasiones, estos individuos tipo Lanzarote no se sienten ligados al viejo régimen.
Por el hecho de vivir ahora en una democracia y ser elegidos (que no es baladí) sienten que han roto totalmente con el pasado y que pueden hacer de su capa un sayo.
Vuelven la historia por pasiva ... recuérdan sólo lo que les parece oportuno y cuando les parece oportuno. Cualquiera otra cosa les parece mal, revanchista ...
Doble rasero. ¿Para los unos pero no para los otros?
Me ha encantado la entrada, Animal. Y lo que más me ha gustado ha sido leer lo valiente que fue Unamuno al reconocer que se había equivocado y hacerlo además públicamente.
Qué pena que Lanzarote utilice electoralmente una frase que en realidad va contra los de su clase.
A mi me has aportado una bocanada de conocimientos que te agradezco.
Excelente comentario, lleno de aportaciones historicas y bien resumidas.
He aprendido mucho leyendote.
¿das clases particulares?.
Un abrazo y un beso.
Este recuerdo hacia Unamuno, me hace pensar en algún comentario mío sobre conservadores democráticos. Me acuerdo de otros: Ruiz Jiménez, Dionisio Ridruejo, y tantos que tanto bien hicieron, aún con sus dudas, al sostenimiento de cualquier democracia.
Y ésto es, fundamentalmente, lo que se echa tanto de menos en la actual derecha: abajo la inteligencia, viva la muerte... de las ideas...
La idea de que la "ilustración" es mala para el sostenimiento de los fascismos en el poder, se continuó durante toda la dictadura. Nunca se me podrá olvidar la frase del eterno ministro del Movimiento (raro movimiento que nunca andaba) y sonrisa del Régimen, José Solís, cuando enseñando una vez más los dientes en esa eterna sonrisa cínica que tanto me recuerda a Zaplana, pedía: "Menos latín y más deporte..." sin darse cuenta el indocumentado de que el había nacido en Cabra...
En cuanto a Lanzarote y su desfachatez, poco puedo añadir, animal, el va con los de la feria y vuelve con los del mercado, en un claro ejemplo de demagogia populista, tan del gusto de gran parte de la población española... ay...
Con este comentario deseo unirme al homenaje a D. Miguel.
Ejemplo de persona buena, y honestidad intelectual.
Su actitud intelectual es una contínua búsqueda sin sectarismos ni fidelidades intelectuales previas, pero comprometido con la verdad.
Es un hombre ilustrado (de la ilustración) que se opone al exceso del reduccionismo de la razón instrumental.
Es un independiente que no acepta servilismos. La república le nombra rector y le destituye e igualmente le ocurre con los militares.
Es conservador en valores morales, acepta los valores humanistas del cristianismo, pero no cree, no tiene FE, no es fiel de la iglesia romana.
Sí creía en algo, creía en la educación, en la educación pública.
Para terminar una nota complementando el comentario de AnimalPolítico:
Como ha indicado era un acto de “el día de la raza”, D. Miguel asistía sin intención de intervenir y con la esperanza de interceder ante alguna autoridad a favor de Atilano (llevaba y colocó sobre la mesa una carta de la esposa de su amigo). En determinado momento no pudo contenerse, se levantó y habló:
” Dije que no quería hablar porque me conozco, pero me habeis tirado de la lengua y debo hacerlo.
Se ha hablado aquí de guerra en defensa de la civilización cristiana, pero no, la vuestra sólo es una guerra in-civil (…) vencer no es convencer. Hay que convencer sobre todo y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión, el odio a la inteligencia que es crítica y diferenciadora, inquisitiva pero no inquisición.
Se ha hablado también de los vascos y los catalanes llamándoles la anti-españa. Pues bien, con la misma razón pueden ellos decir otro tanto y aquí está el sr. obispo catalán para enseñaros la doctrina cristiana que no quereis conocer.
(El obispo permaneció callado ante la invitación de D. Miguel, quizá estaba de acuerdo con la doctrina de los falangistas asesinos).
Sigo con las palabras de Unamuno: y yo, que soy vasco, llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española que no sabeis, ese si es un imperio, el de la lengua española
En este momento se levanta Millán Astray y dice “mueran los intelectuales”.
Muy bien, Animal. Estupendo homenaje a Unamuno.
Voy a poner mi granito de arena. En Unamuno todo es genial, incluso cuando metía la gamba. De él constan dos burradas.
"Qué inventen ellos" y su oposición a la "japonización de España". Cierto es que hoy en día, a toro pasado, la perspectiva histórica da ventaja. Pero en su momento, estos dos pensamientos estaban en la mente de todos.
Es que Unamuno era un gran hombre, pero no perfecto. Todos somos humanos.
Gracias, M. Ángel. Lo de Lanzarote ya lo tengo superado. He llegado a la muy democrática conclusión de que los salmantinos tienen el alcalde que quieren, ergo, nada que objetar en ese aspecto.
Eso sí, seguiré opinando sobre él. Yo solo no puedo cambiarlo, pero opinaré.
Sí, Maripuchi, el tío 'usa' la historia como le conviene, cuando le conviene, y puede fingir si hace falta que él mismo con sus propias manos luchó contra el franquismo. Aunque a mí casi me preocupa más que le importe un bledo que la gente, la oposición le acuse de franquista. Dentro de poco dirá "sí, soy franquista, ¿y qué?"; y llegarán las urnas y volverán a ganar...
Gracias Scout, gracias Arbillas (clases particulares, no, lo siento, ya tengo bastante con las otras...;-)...).
Gracias, Blanca. Hombre, la verdad es que Millán Astray es casi la peor imagen del más fascista franquismo. Aunque la mano de Franco firmando con el 'enterado' las condenas a muerte en el Palacio Episcopal, a escasos doscientos metros del edificio del Rectorado, también es espeluznante.
Saludos
Elohim, gracias por tu visita.
Me encanta el comentario que has hecho. Tienes razón en lo de la fe, por eso aludía antes a San Manuel Bueno mártir. Yo creo que él tenía la misma lucha interior que el protagonista del libro, que quería creer y que no podía.
Hermosas palabras de Unamuno que completan ese episodio tan especial.
¿Sabéis qué? Realmente no se conserva escrito el texto completo de Unamuno, pues fue una intervención oral improvisada. Se reconstruye a partir de lo que recordaban diferentes testigos y con un documento muy especial: la carta de la mujer de Atilano Coco, que él cogió de su bolsillo y puso sobre la mesa cuando iba oyendo los ridículos discursos de quienes le precedían. Tomó la carta y, al dorso, escribió una serie de palabras clave, que actuarían a modo de guión: 'Vencer-Convencer', Guerra Incivil, anti-España...'
Es estremecedor ver qué pone un lado del papel y qué pone el otro. Un pedazo de historia de gran calibre en pocos centímetros.
Gracias de nuevo, Elohim.
Gracias, Lole, me encanta el adecuado contrapunto. Si no, sería hagiografía, como dice Dardo...
Era un gran hombre. Íntegro, culto, inteligente. Pero no un visionario. Era mucho pedir, claro.
Animalpolítico
Gracias por la acogida. (y por recordarnos a D. Miguel)
Dice ”que quería creer y no podía
Veámoslo así:
Unamuno no se negaba a la fe, como le acusaban los curas. Le decían que se negaba a aceptar la gracia de dios a causa de su soberbia intelectual (llegó a colocarse de rodillas en público como prueba de humildad). Esa prueba puede ser una ingenuidad, pero dejarse acusar de soberbia intelectual por los que se creen únicos depositarios de la verdad eterna, atender esa imputación es prueba suprema de humildad.
No, no quería creer, sólo quería ser honesto consigo mismo. Como era un hombre bueno pensaba que los curas eran honestos y que eso de la fe y los dogmas de que le hablaban eran ciertos y estaba en disposición de admitirlo con la mente abierta.
No, no podía creer, no había gracia divina y en la iglesia sólo observaba palabras vacías. No podía…engañarse a sí mismo.
No te lo discuto, Elohim, porque realmente no lo sé. Mi comentario se basa un poco en la lectura de esa novela que digo, la de San Manuel Bueno. Yo identificaba, hace ya años cuando la leí, a Unamuno con el sacerdote protagonista de la novela, que tiene una crisis de fe y se resiste a confesárselo a sí mismo.
Quizá yo abusaba del carácter supuestamente autobiográfico del libro. Quizá no tenga derecho a ello y tengas toda la razón. No soy ningún experto en Unamuno o en su pensamiento. De ningún modo.
Saludos
Animalpolítico
Residiendo usted en Salamanaca no tengo la pretensión de enseñarle nada sobre Unamuno.
Espero, sin embargo, que me admita una consideración:
Le parece creible que con su biografía D. Miguel se resistiera a confesarse a sí mismo una duda o crisis existencial.
A mi me parece más creible que la novela esté basada en alguno de los clérigos con los que solía debatir.
En confianza, le confieso que la figura de D. Miguel tomó importancia para mi hace años tras escuchar a otro vecino de Salamanca, D. Elías Diaz. Me impresionó la referencia a su lealtad a la verdad y la honestidad intelectual. Dispuesto siempre a ser crítico e inquisitivo que no inquisidor, como él define la inteligencia.
Saludos
Bueno, sabes que te leo en silencio, pero esta entrada y los comentarios de tu gente, me han estremecido. Sabes tambien de mi admiración por D.Miguel de unamuno y por Filiberto Villalobos -espero una entrada sobre él-.
Son gente a la que nunca podremos agradecer, ni siquiera valorar en su justa medida el legado de humanidad que nos dejaron, para siempre y para que esté ahí, de ejemplo y bofetada a la inhumanidad, a la hipocresía y a la maldad.
Con modestia:http://sentado-.blogspot.com/2007/01/paradojas.html
Un saludo cuñao
Me hace ver un amigo que mis comentarios pueden dar lugar a interpretacion equívoca.
Permítame una aclaración.
Unamuno no era ateo. Tenía un fuerte sentimiento religioso.
Lo que no podía creer era en la religión romana, en su dios y en sus dogmas. En eso no tenía ninguna duda.
Gracias por su acogida.
....Son tan sospechosos los afectos humanos, que no hay acción de la voluntad, ya sea celebrando el gusto, ya sea llevándose del sentimiento, que no mire a la propia conveniencia... (Quevedo)
Yo literariamente con don Miguel, lo que queráis, pero de verdad que con los existencialistas... que no puedo, no puedo con la vida. Y con los existencilistas cristianos menos todavía. La agonía del cristianismo, qué miedo. Ese tipo de intelectual tan soberbio y tan exhibicionista no casa nada conmigo, aunque desde el punto de vista literario sean magníficos.
Por cierto, Animal Político, ya soy llionés (casi), en Villaobispo vivo nada menos.
Para SuperSantiEgo
Espero que al menos reconozca al existencialismo su esfuerzo y triunfo en colocar al sujeto por encima del ser ontológico. Su propuestas de una ética de la autenticidad y de un humanismo ateo (el “aunque dios no existiera” sartreano). La radical libertad de la acción humana. La liberación del hombre del idealismo metafísico.
¿Debo entender que son estas características lo que ud denomina soberbia y exhibicionista?
Quizás don Miguel, con mayúscula, representa la angustia, la contradicción que representaban estos Intelectuales, también con mayúscula, Españoles, por una vez con mayúscula, de finales del XIX y comienzos del XX, no podemos dejar de lado a un Pío Baroja capaz de llegar a firmar, dudo que lo escribiera, un panfleto llamado: " Comunistas, Judios y demás ralea". Estas eteternas dudas, estoy convencido de que don Miguel murió sin sbaer si creía en dios o no, no deben ser impedimento para que podemos considerarlos, con orgullo, españoles de primerísima fila.
Enhorabuena Animal por el gran éxito de tus entradas, ya te lo dije personalmente, además de muy bien escritas, lo cual no tiene mérito en tu caso dedicándote a lo que te dedicas, consigues crear interés lo que es más difícil.
Para J.G.Centeno
¡Caray sr. Centeno¡ ¡pues claro que el bueno de D. Miguel no sabía si creía en dios o no¡ como saber…saber no lo sabe nadie. Recuerdo una viñeta de Máximo que ponía en boca de dios: “a veces yo dudo de que exista”.
En el asunto de las mayúsculas voto a favor de su moción
Elohim, gracias, pero es claro que vivir en Salamanca no me convierte en autoridad sobre Unamuno. Obviamente.
Es verosímil su interpretación sobre D. Manuel Bueno. Es muy posible. Aunque yo no descarto lo que hablaba ayer. No lo descarto ni lo defiendo a brazo partido. No me gusta porfiar en lo que desconozco.
Gracias, Sentado, cuñao. Sí, es una buena idea una entrada sobre el sr. Villalobos. Un día de estos. A ver cuándo tú recuperas las tareas blogueras...
Sí, Elohim, está bien la aclaración, oportuna.
Anónimo de las 11:23. Soy muy simple ocn las alusiones. No las pillo.
Gracias, SuperSanti. Es curioso, no vayáis a creer que soy un enamorado del intelectual Unamuno o algo así. No particularmente. Es un poquillo peñazo demasiado a menudo como autor.
Es la figura humana, el personaje público y su peripecia lo que me ha interesado últimamente. En eso me parece ejemplar una punta de iceberg en un mar de mediocridad, la terrible España de la "salvaje pesadilla".
Villaobispo city, creo que ya es la segunda población de la provincia o la tercera, ¿no? Que te vaya bien por esas tierras...
Gracias, JG Centeno. Saludos.
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